Cataluña
La degradación del Parlament: robos, peinetas e insultos
A finales de diciembre desapareció una bandera de España y otra de Israel de un despacho del grupo de Ciudadanos
«Una de las consecuencias del procés en Cataluña ha sido la degradación de la vida pública, de la vida parlamentaria y de la convivencia no solo en la sociedad, sino también entre las formaciones políticas». Esta frase la dice el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández. Todo ello, a raíz de un robo que se ha producido hace unas semanas en el Parlament de Cataluña. Desaparecieron dos banderas de un despacho del grupo de Ciudadanos, pero es que últimamente es posible ver en el hemiciclo peinetas o escuchar insultos.
Aunque lo cierto que no es la primera vez que se produce un robo en las dependencias parlamentarias de Ciudadanos. En marzo del pasado año ya desapareció una bandera de España del despacho del equipo de prensa y redes de la formación naranja. Desde entonces, optaron por cerrar la puerta con llave. Pero es que hace unas semanas, a finales de diciembre, alguien robó también una bandera de España y otra de Israel del mismo despacho. Aunque esta vez, según ha explicado a El Debate la diputada de Ciudadanos, Anna Grau, «perfeccionaron la técnica» porque forzaron la puerta. E irónicamente apunta: «lo tuvieron que hacer a oscuras, porque el retrato del Rey ni lo tocaron».
El grupo parlamentario ha denunciado los hechos a seguridad del Parlamento y también se ha tratado esta cuestión en la Junta de Portavoces. Hay que tener en cuenta que a los despachos de los diputados no puede acceder nadie si no está autorizado, si no tiene acreditación. Y junto a Ciudadanos, en la misma zona del Parlament, se encuentra el grupo de los comunes y el de la CUP.
Pues bien, en esa Junta de Portavoces, Grau se dirigió especialmente a esos grupos parlamentarios. El portavoz de los comunes, David Cid, «negó enérgicamente el tema y alzó la voz para desmentir que nadie de su grupo tenga nada que ver». En cambio, dice la diputada de Ciudadanos, la CUP «guardó un silencio llamativo. Vamos, no ha movido ni pata ni oreja».
También tienen intención de informar de los hechos a los Mossos, porque «hoy es una bandera, mañana puede ser un ordenador, un móvil o documentación del partido». En cualquier caso, Grau considera que este tipo de situaciones son un reflejo de la degradación del parlamento catalán los últimos años. Y una prueba de ello, es que en la cámara catalana a menudo son noticias otras cuestiones, como la vestimenta.
Actitudes polémicas
Ella ha recordado las feroces críticas que recibió por llevar una indumentaria que reconoce «no era la más apropiada». Grau llevaba escote. Por cierto, un concejal de Junts llegó a decir de ella «que no sabes si estás en el Parlament o en un club de La Junquera». Pero es que hay parlamentarios que han sido cuestionados por llevar jerséis que «les ha regalado la suegra», con camisetas que se consideran «poco acertadas» o también han acudido en chanclas. El exdiputado de la CUP David Fernández llegó amenazar con lanzar su sandalia al exministro de economía, Rodrigo Rato, durante una comparecencia en el Parlament.
Pero la diputada también ha puesto como ejemplo algunos gestos obscenos. Sin ir más lejos, en los últimos meses se ha visto, en plenos del Parlament, cómo dos diputadas hacían ‘peinetas’ a compañeros de hemiciclo, a los diputados de Vox. Una de ellas es la líder de los comunes, Jessica Albiach, Es la forma que tuvo para responder a una intervención de Ignacio Garriga, líder de la formación de Santiago Abascal en Cataluña. Y un gesto parecido hizo la parlamentaria de la CUP Nogay Ndiaye. En ningún caso hubo llamadas de atención por parte de la presidencia de la Cámara.
También se han escuchado insultos en el Parlament. Insultos que vinieron de la bancada de Vox, del entonces diputado de la formación Antonio Gallego, según denuncian otros diputados. Previamente, el presidente de la Generalitat había acusado a Vox de tener los mismos mensajes que el nazismo. Pero son habituales las referencias a «fascistas» y «xenófobos» dirigidas a los diputados de esta formación.
Y a veces, entre tanta crispación, aparece algún parlamentario que intenta poner algo de paz. El protagonista fue el diputado de Junts, Jaume-Alonso Cuevillas. Por su cumpleaños, en noviembre del año pasado, llevó una gran bolsa de golosinas para repartirlas entre sus compañeros. Como si se tratara de un colegio.
En cualquier caso, y volviendo a Alejandro Fernández, él concluye que «fruto de esa degradación se entra a robar impunemente en los despachos de los partidos políticos y se le intente quitar importancia; lo que se comenta de gestos, incluso en la propia indumentaria. Lo más triste es que esa praxis ya se está trasladando al conjunto de España. Y los espectáculos lamentables del Parlament, también los estamos viendo en el Congreso de los Diputados».