Albert Dalmau, consejero de Presidencia, durante la presentación del plan

Albert Dalmau, consejero de Presidencia, critica a la Comunidad de MadridEuropa Press

Cataluña

La Generalitat se queja del «modelo de insolidaridad fiscal» de Madrid, mientras que Cataluña tiene la presión fiscal más alta

Cataluña dispone de hasta quince impuestos propios en 2025. La Comunidad de Madrid, ninguno

El consejero de la Presidencia de la Generalitat, Albert Dalmau, se queja del «modelo de insolidaridad fiscal de la Comunidad de Madrid» y que, a su juicio, se ha convertido «en un problema para otras comunidades». Por todo ello, ha asegurado que Cataluña tiene que «encontrar su modelo», algo que se verá reflejado en los ´presupuestos, que «tendrán la máxima capacidad de inversión». Eso, si se acaban aprobando, porque, de momento, lo que ha hecho la Generalitat es prorrogar los actuales porque no cuenta con los apoyos suficientes.

El consejero, en una entrevista a El Periódico, criticaba el modelo fiscal de Madrid, algo que se ha hecho en repetidas ocasiones desde Cataluña, que acusan a la comunidad madrileña de «dumping fiscal». Y mientras tanto, y según datos de la Agencia Tributaria, Cataluña es la autonomía que más grava a sus ciudadanos. Expertos y patronales hablan del «infierno fiscal» catalán.

Y las comparaciones con Madrid son odiosas. De entrada, en 2022 Cataluña ingresó 4.650 millones de euros. Hay que tener en cuenta que es la comunidad autónoma con más impuestos propios, una de las que tiene tipos impositivos más altos y no aplica excesivas deducciones.

Por poner solo algunos ejemplos. Cataluña es la principal fuente de ingresos en el impuesto de patrimonio. De los 1.431 millones de euros que recaudó el estado en ese año, casi la mitad, unos 690 millones de euros, vivieron de contribuyentes catalanes. Y lo mismo pasa con sucesiones y donaciones. Desde Cataluña se recaudaron 900 millones de euros frente a los 662 de Madrid.

Madrid ingresó ese año 1.400 millones de euros por transmisiones, mientras que en Cataluña la cifra fue de unos 2.100 millones. Si nos fijamos en el impuesto de actos jurídicos documentados, en Madrid se recaudaron por este concepto 437 millones frente a los 760 de Cataluña.

También Cataluña o los catalanes salen perdiendo observando el tramo autonómico del IRPF. De media, un trabajador catalán que gane 30.000 euros brutos paga 446 euros más que un madrileño. En este supuesto, es la que tiene una mayor presión fiscal. La diferencia sube a los 1.120 euros en caso de salarios de unos 60.000 euros anuales brutos.

Y luego están los impuestos propios, por los que Cataluña recauda unos 900 millones de euros. Aquí hay que incluir el canon del agua, grandes establecimientos comerciales, bebidas azucaradas, viviendas vacías, tasas turísticas, hasta sumar quince en el 2024. Y algunos de ellos está previsto que suba un poco más el año que viene, como el turístico. Madrid, en cambio, no tiene ningún impuesto propio.

Y aun as, el consejero de Presidencia, Albert Dalmau, considera que Cataluña está en condiciones de recuperar el liderazgo que en algún momento, a su juicio, ha perdido. Y, para ello, el Govern establece como obligación «por parte de un gobierno de izquierdas» el refuerzo de la seguridad ciudadana y la planta judicial, entre otros.

Y también tiene que jugar un papel importante la llamada financiación singular que se «abordará» en el primer trimestre del próximo año. Dalmau apunta a la necesidad de multiplicar los efectivos de la Agencia Tributaria para poder dotarse de las herramientas necesarias para recaudar los impuestos: «Esto se empezará a ver a principios de 2025, porque ahora estamos en un diálogo con la agencia tributaria española sobre cuál es la mejor modalidad para hacerlo».

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