El recién elegido presidente del Parlament de Catalunya, Josep Rull, entre aplausos.

El recién elegido presidente del Parlament de Catalunya, Josep Rull, entre aplausos.Europa Press

Crónica política

Puigdemont humilla a Sánchez y pone a un condenado a 10 años por sedición al frente del Parlament

Junts arrebata al PSC la presidencia de la cámara y Cataluña se encamina a la repetición electoral

De nada han valido los intentos de Santos Cerdán, ni las ofertas de Salvador Illa de pactar la mesa a cuatro bandas entre el PSC, Junts, ERC y los Comunes, dejando fuera al PP. Las fuerzas independentistas han hecho un flashback: han pactado entre ellas y han elegido a Josep Rull como presidente del Parlamento catalán.

Recordemos que Rull, conseller en el gobierno de Puigdemont, fue condenado por el Tribunal Supremo a 10 años por sedición. Posteriormente indultado por el gobierno, desde hoy preside la Mesa del Parlament.

El viaje al pasado ha sido completo, dado que la Mesa de Edad ha decidido –con el voto en contra de Julia Calvet (VOX)– desobedecer la instrucción del Tribunal Constitucional de no admitir el voto por delegación de los fugados Puigdemont y Lluís Puig (Junts), así como de Wagensberg (ERC).

Enfado en el PSC

El malestar en el PSC es total. Fuentes de la dirección socialista han filtrado a los medios que en la tarde de ayer, domingo, el acuerdo entre socialistas y republicanos era total, pero que una decisión personal de Marta Rovira, secretaria general de ERC –huida de la justicia y residente en Ginebra desde 2017– había roto el pacto de forma unilateral y sin previo aviso.

El líder del PSC, Salvador Illa, durante el pleno de constitución de la XV legislatura del Parlament

El líder del PSC, Salvador Illa, durante el pleno de constitución de la XV legislatura del ParlamentEuropa Press

A pesar del enfado y decepción, en el PSC intentan hacer contención de daños, dado que saben que –si bien Pedro Sánchez seguirá en Moncloa– romper con Junts supone dejar la legislatura en vía muerta. No habría posibilidad alguna de aprobar ninguna ley, ni validar ningún decreto en el Congreso de los Diputados.

Asimismo los socialistas, aunque hoy hayan recibido un mazazo, aún no renuncian a que Salvador Illa pueda ser presidente. Fían su suerte a que las consabidas malas relaciones entre las cúpulas de ERC y Junts les permita obtener la presidencia.

Mesa independentista

Los independentistas han pactado garantizarse la mayoría de la Mesa. Raquel Sans, de ERC, ocupará la vicepresidencia primera, y Glòria Feixa y Juli Fernández, de Junts y ERC, respectivamente, serán secretarios. El independentismo ocupa cuatro de las siete sillas de la mesa y dejan tres a los socialistas: la vicepresidencia segunda, que recae en manos de David Pérez, y dos secretarías, para Rosa María Ibarra y Judit Alcalá.

Ahora Rull, que percibirá 155.000 euros anuales de salario –la remuneración más alta que se paga en la administración catalana–, tiene en sus manos designar qué candidato se somete primero a la investidura: Illa o Puigdemont. Nadie duda que Rull se plegará a los intereses de Puigdemont, quien aún vive pendiente de que se publique en el BOE la ley de amnistía.

El nuevo presidente del Parlament tiene ahora diez días para designar un primer candidato a la investidura que deberá celebrarse como muy tarde el 25 de junio. Para esa fecha, si el candidato propuesto es Puigdemont, el de Gerona debería estar en España de vuelta para ir al pleno.

En caso de que el primer candidato no sea investido, Rull puede ir proponiendo candidatos hasta el 12 de agosto, fecha en la que, si no hay nuevo presidente, se disolverá automáticamente el Parlamento hoy constituido.

Fuentes parlamentarias señalan que lo más factible es que Rull invite a Illa a someterse a la confianza de la cámara para dar tiempo a Puigdemont a esclarecer su futuro judicial.

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