De Santa María de Besora al Salt del Mir, una ruta idílica entre castillos y cascadas

El municipio de Santa María de Besora está en la comarca de Osona. Tiene una población de 165 habitantes. Su iglesia esta documentada desde el año 875, cuando el conde de Barcelona Wilfredo el Velloso, la cedió al monasterio de Sant Joan de les Abadesses.

El municipio se encuentra en la carretera que va desde Sant Quirze de Besora a Vidrá. Además de su iglesia y su castillo, destacamos la ermita de San Moi o Sant Mui, de origen medieval y la iglesia románica de San Salvador del Prat.

El castillo de Besora

Empezaremos nuestra ruta por el castillo y la iglesia de Santa María. El castillo de Besora está documentado desde el 991. El primer señor del castillo fue Ermemir en el 975 y luego Gombau de Besora. En aquella época se le conocía como Castro Bisaura, que derivó a Besora, aunque el nombre Bisaura actualmente es una subcomarca catalana, formada por los municipios de Sant Quirze de Besora, Montesquiu, Sora, Santa María de Besora y Vidrá.

El tal Ermemir estaba casado con Ingeberga. Parece ser que esta le fue infiel y tuvo una hija con Oliba Cabreta, conde de Cerdaña y de Besalú. Este conde fue el padre, entre otros, del Abat Oliba, considerado el padre espiritual de Cataluña.

Pues bien, a aquella niña le pusieron por nombre Ingeberga de Cerdaña, que llegó a ser abadesa del monasterio de Sant Joan de les Abadesses. En realidad fue la última abadesa, pues sus hermanos Bernardo Tallaferro y el Abad Oliba, en 1017, ejecutaron la bula del Pala Benedicto VIII para la expulsión de la comunidad femenina del monasterio, que sería reemplazada por monjes. Ingeberga falleció en el 1046.

A partir de Gombau de Besora, 1201, hasta el 1276 estuvo en manos de la familia Besora. En aquella fecha pasó a Gastón de Montcada de Forcalquier, vizconde de Bearne. En el siglo XIV paso a Guilabert de Canet, quedando en muy malas condiciones en el siglo XV. Actualmente esta declarado Bien Cultural de Interés Nacional, en la categoría de Monumento Histórico.

Junto al castillo está la iglesia de Santa María, construida sobre los restos de una primitivo templo del siglo IX. Destaca por su solidez el campanario del siglo XI y, por su belleza, el atrio porticado que datamos del siglo XII. Durante el siglo XVI, se reformó y amplió con capillas, hasta que el día 25 de abril de 1838, según un documento del archivo parroquial, se dinamitó el tejado para evitar así que se fortificaran los carlistas.

El salto del Mir

En Santa María de Besora también podemos visitar el espectacular Salt o salto del Mir, de 35 metros de altura. Situado entre el Valle del Ges y el Bisaura. ¿Cómo llegar a este lugar paradisíaco?

Al salir de Santa María de Besora tomamos la carretera hacia Vidrá. A 1,6 kilómetros, a mano derecha, encontramos una indicación que nos dice que por ahí llegaremos a unas casas llamadas el Pous, el Nogué, el Graell, el Molinot y el Mir. Esta última es la que da nombre al salto. Debemos seguir por esa carretera hasta el vecindario del Mir. Continuaremos recto pasando por la Casa o Cabaña Mir, convertida hoy en día en restaurante.

Continuaremos recto y cruzaremos la riera de Foradada y cuando se acabe la pista, a mano derecha hay un camino pequeño que conduce al Salt. Desde la Cabaña Mir al Salt hay unos 20 minutos a pie, en un camino sin dificultad. Desde Santa María de Besora, a pie, se tarda una hora y media aproximadamente.

Si uno quiere llegar en coche puede hacerlo, dejándolo en el restaurante, siempre y cuando uno se quede allí a comer. Si no, se puede dejar donde uno pueda, teniendo en cuenta que puede ser multado.

El Salt del Mir también se conoce como El Tombo. La riera proviene del río Ter. Allí uno puede observar una esclusa que, en su tiempo, sería para aprovisionar de agua un molino. En realidad el conocido como molino del Mir eran tres, dedicados a moler harina, que actualmente están en ruinas.

A continuación tenemos el Salt del Mir. Detrás de la cascada hay una cueva a la cual se puede acceder, siempre y cuando la caída de agua no lo impida. El agua ha formado una poza, donde uno puede bañarse.

El castillo de Montesquiu

Cuando retomamos la carretera de Sant Quirze de Besora a Vidrá, BV-5227, dirección a la primera, podemos llegar a Montesquiu y allí visitar su castillo. Se tiene constancia documental de su existencia desde el siglo XIII.

Su origen parece poder encontrarse en una pequeña guardia o atalaya de planta rectangular que probablemente se construyó entre los siglo X y XI. Se encuentra vinculado al castillo de Besora, verdadero centro de poder del término durante la Baja Edad Media.

En el siglo XVII Lluís de Descatllar Desbach, Señor de Besora, bandolero, lugarteniente, regente de la Tesorería real y Baile, realizó importantes modificaciones de ampliación: mejoras interiores y amplió la fachada norte.

A parte de sus aventuras como bandolero, Descatllar se casó con María de Rocabertí de Pax, hija del vizconde de Rocabertí y en segundas nupcias con Elvira de Sarriera, hija del señor de Osor y Sant Hilari Sacalm.

A principios del siglo XX, es objeto de los principales retoques que le confieren la fisonomía actual. El castillo tuvo como último propietario a Emili Juncadella Vidal-Ribas, de la alta burguesía catalana. Fabricantes textiles y la banca. Aunque fue asesinado el 29 de julio de 1936, por expreso deseo de su descendiente, Mercedes Juncadella Salisach, se cedió a la Diputación de Barcelona el castillo y la finca, que eran la residencia de verano de la familia.

Salto del Molí

Tomando de nuevo la misma carretera, en Vidrá, encontramos un segundo salto, conocido como del Molí, en el municipio de Vidrá, de las mismas características que el anterior. Antes de llegar nos encontraremos con el puente de Salgueda, de estilo románico. La cascada tiene una altura de 20 metros de caída. Este salto también se conoce como Salt del Molí de Salgueda.