El expresidente de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, interviene durante el acto de celebración del cuarto aniversario de la fundación de Junts, en el Théâtre de Verdure, a 27 de julio de 2024, en Amélie-les-Bains-Palalda (Francia). Junts per Catalunya celebra su cuarto aniversario con este acto, en el que la formación arropa al expresidente catalán Carles Puigdemont, a quien no se le ha aplicado todavía la ley de amnistía. La celebración coincide con el tramo final de las negociaciones entre el PSC y ERC para facilitar la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Catalunya.
27 JULIO 2024;JUNTS;AMNISTÍA;INVESTIDURA;PRESIDENTE;GENERALITAT
Glòria Sánchez / Europa Press
27/7/2024

El expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles PuigdemontEuropa Press

Política

Puigdemont confirma que volverá esta semana aunque lo detengan: «En España las amnistías no amnistían»

El líder de Junts asegura en un comunicado que regresará a Cataluña para la investidura del socialista Salvador Illa

El expresidente de la Generalitat y líder de Junts Carles Puigdemont, confirma que volverá a España para la investidura de Salvador Illa aunque lo detengan. Lo ha hecho en una carta a la ciudadanía publicada este sábado en la que advierte que lo importante no será su detención sino que «el hecho verdaderamente importante será la evidencia de que en España las amnistías no amnistían».

Para el líder juntaire, su detención evidenciaría también «que hay jueces dispuestos a desobedecer la ley y que el Gobierno español se lo mira con la indolencia del resignado». Puigdemont afea que, en su opinión, provoque más «aspavientos» que imputen a la mujer del presidente del Gobierno y le citen a declarar que «cuando el Tribunal Supremo se niega a aplicar la única ley que se ha aprobado en esta legislatura».

Puigdemont reconoce que «verme encarcelado ha sido el sueño frustrado de los perseguidores españoles durante siete años», y advierte que para conseguir que entre en prisión «habrán de violar muchas cosas», en una referencia velada al plan adelantado por Josep Rull de atrincherarse en el Parlament, como si se acogiese a sagrado.

Acusa a ERC

En el documento, firmado desde Waterloo, Puigdemont insiste en que «la decisión de la militancia de ERC de investir al candidato socialista Salvador Illa hace que este riesgo sea una posibilidad real de aquí a muy pocos días».

Puigdemont asegura que ha esperado a publicar su carta a que terminase la votación interna en ERC, «para que no se me acuse ni de hacer chantaje emocional ni de interferir en el proceso interno de otra formación política». Considera que un gobierno socialista será «de carácter españolista» y «alérgico a la plena normalización de la lengua catalana», así como incapaz de negociar con el Gobierno de España.

Este disparo a la decisión de ERC tiene eco en el comunicado emitido por Junts, cuya cúpula se ha reunido de forma extraordinaria también este sábado: «Lamentamos que ERC haya optado por la peor de las alternativas posibles, invistiendo a un presidente que representa al PSC más españolista de la historia», indican.

Además, en su carta Puigdemont critica las estructuras B de ERC dedicadas a la guerra sucia y les acusa de haber participado en campañas de desprestigio contra él en 2017. «Hace falta expulsar las malas artes y la toxicidad como tácticas de beneficios partidistas», dice.

Un acto «político», no personal

Tanto el comunicado de Junts como la carta de Puigdemont insisten en vender su regreso como un acto «político» y no como algo personal. Puigdemont asegura que su fuga fue una marcha al «exilio» para «proteger la institución de la Presidencia de la Generalitat de Cataluña» tras la aplicación del 155.

De esta manera, dice, «mantener el compromiso» de volver para un pleno de investidura «también es una decisión política». Además, Puigdemont considera que esta no será la primera vez que lo detienen: «He estado en una prisión alemana y otra italiana, arrestado en una comisaría belga y convocado por la policía antiterrorista francesa», enumera.

«Si se salen con la suya, imagino lo que me espera y sé lo que he de hacer», añade, así como también, a su juicio, «lo que no he de hacer; por ejemplo, convertirme en objeto de negociación ni abonar ninguna decisión política que comporte renunciar a la lucha». La carta concluye con un lema: «No se trata de derramar lágrimas, sino de sacar las garras, ¡viva Cataluña libre!».

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