Un niño disfrazado por Halloween

Un niño disfrazado por HalloweenUnsplash

Tradiciones

Un folklorista contra el Halloween separado de Todos los Santos: «Estamos copiando los modelos cutres»

Amadeu Carbó recuerda que los ‘panellets’ son una comida funeraria, ligada a la fiesta cristiana

El folklorista y escritor Amadeu Carbó es uno de los autores que más ha investigado la historia de las tradiciones en Cataluña, en libros como Corpus. La festa de les festes, Celebrem el Nadal o Fins aquí hem arribat. Este jueves, Carbó ha desplegado su análisis sobre la celebración impostada de Halloween, la tradición anglosajona de la cual aquí nos ha llegado su versión «cutre».

«Estamos copiando modelos, pero que quede claro que lo que copiamos son los modelos cutres de Halloween», critica Carbó en una entrevista para betevé, recordando que «el problema es que ni el Halloween ni la Castañada son fiestas por sí mismas», sino que ambas nacen en relación a la fiesta cristiana de Todos los Santos.

Así, el investigador llama a ir más allá de la supuesta dicotomía entre la celebración pagana traída de los EEUU y su supuesta alternativa catalana, basada en comer castañas. «Lo que hemos abandonado es la fiesta de Todos los Santos, y la hemos vaciado de contenido», reflexiona, añadiendo que, cuando esto ocurre con cualquier fiesta «se banalizan aquellos rituales que le son propios».

Los 'panellets', un manjar funerario

En esta línea, Carbó alerta de que muchos elementos que consideramos propios del Halloween, como la calabaza con una vela dentro, ya estaban presentes en nuestra cultura. En relación a los panellets, el dulce catalán que se elabora por estas fechas, Carbó ha recordado que esta era una comida cuya razón de ser está en la vigilia nocturna de Todos los Santos en los cementerios.

Además, Carbó explica que antes los panellets se realizaban en las casas, y que la «sofisticación» del panellet no llegó hasta bien entrado el siglo XVIII, cuando intervinieron los pasteleros. «El barón de Maldà recoge en Cajón de sastre en que la Barcelona vieja empezaban a haber paradas de venta y rifas de panellets», señala.

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