El laberinto catalán
El Consell de la República de Puigdemont se hunde entre acusaciones de corrupción de sus propios militantes
Toni Comín, en el ojo del huracán por acusaciones de malversación de desviar fondos para uso personal
Corren malos tiempos para el Consell de la República, el artilugio creado por Carles Puigdemont para aparentar que presidía un gobierno en el exilio. La militancia del Consell, que debe pagar una cuota para formar parte del mismo, lleva meses protestando en las redes por la falta de transparencial tanto por la gestión de los fondos como por la falta de democracia interna.
La primera de las polémicas se dio cuando Puigdemont, para evitar la crítica de sus bases, ante el inminente acuerdo con Pedro Sánchez, disolvió el falso parlamento del Consell. Desde el pacto entre Sánchez y Puigdemont este ha perdido interés en el Consell y se ha centrado en su actividad en el partido. Así, su elección como presidente del mismo hace una semana puede ser el preludio del fin del Consell de la República.
El Consell de la República vive envuelto en polémicas sucias. Han aflorado sospechas, denunciadas por los propios miembros de la organización, de que Toni Comín, ex eurodiputado y vicepresidente del Consell había gastado dinero del Consell en unas vacaciones en yate por la Costa Azul con, entre otros, el presidente de la Asamblea Nacional Catalana, el ex cantautor Lluís Llach.
No acabaron aquí los problemas de malversación y mala praxis de fondos en el Consell de la Republica. La militancia, en diversas ocasiones, ha acusado a los dirigentes del Consell de ligereza, debido a que ha habido brechas de seguridad y se han filtrado datos e información del Consell.
Los mails filtrados hacen, casi siempre, referencia al desvío de fondos Consell desde 2018 a la empresa Events, relacionada con la familia Comín. En los mails que han acabado trascendiendo los militantes del Consell de la Republica exigen a Puigdemont saber si las facturas pagadas a la empresa vinculada a Comín son gastos reales o si los mismos han sido hinchados ficticiamente.
Denuncia de CatGlobal
Ahora desde CatGlobal, una organización instrumental que ofrece ayuda financiera y legal al Consell de la Republica se ha denunciado que Toni Comín, quien no ha podido tomar posesión del escaño europeo al no personarse en el Congreso de los diputados en Madrid para acatar la Constitución y recoger su acta de diputado, ha desviado fondos para su uso personal cuando en realidad se habían recaudado para apoyar a los Mossos que hacían labores de guardaespaldas de Puigdemont. Hay que tener en cuenta que el Consell de la República se financia, aparentemente, de donaciones privadas.
Según CatGlobal las posibles irregularidades han sido detectadas por el auditor, y el medio digital afín a Junts El Món informa que el auditor considera las infracciones son graves. El periodista Quico Sallès, gran conocer del mundo opaco del Consell de la República, indica que los apuntes contables que demuestran la desviación se sitúan entre 2022 y 2024 y se mueven entre 28.963 euros y los 68.963. El total del dinero desviado no ha trascendido aún.
El anterior gerente del Consell, Sergi Miquel, dimitió por discrepancias con Comín en materia financiera pero una vez Miquel estuvo fuera de la estructura del Consell, Comín procedió a incluir los apuntes contables en el balance del Consell.
El escandalo y los ajustes de cuentas entre militantes del Consell de la Republica también han servido para obtener más información sobre el modus operandi y la financiación del Consell de la República. Ahora, gracias a los datos filtrados por los seguidores de Puigdemont, se conoce que CatGlobal es una sociedad pantalla para que el Consell pueda contratar, recibir dinero y pagar, pero que no es la única organización creada a tal efecto.
La asociación cultural República Global, con sede en el municipio pirenaico de Gerri de la Sal también servía de tapadera para la gestión y captación de fondos del Consell. Los trabajadores del Consell de la Republica en realidad están contratados por esta asociación, que solo controla Comín y escapa a la supervisión del resto de la dirección del Consell.
El escandalo de apropiación de fondo que envuelve al Consell ha generado un flujo importante de bajas entre sus militantes y eso, sumado a la perdida de los tres escaños europeos por parte de Junts, ha dejado al Consell en una situación financiera muy delicada. Puigdemont necesita cada vez con más urgencia que se le aplique la amnistía o esta en riesgo de tener que mudarse de su chalet de Waterloo a un lugar más modesto.