Política
Puigdemont huye del Consell de la República dejando tirados a sus empleados
Anuncian un recorte del 50% del salario de los ocho trabajadores de la entidad
Tras la denuncia de irregularidades económicas en el Consell de la República, el chiringuito que montó Puigdemont en Bélgica para dar apariencia de falso gobierno en el exilio, el líder de Junts dimitió de su cargo hace seis días alegando que era incompatible con la dirección del partido para la que fue recientemente elegido y dejó al Consell de la República tirado a su suerte.
Las denuncias surgidas de la propia militancia del Consell, y avaladas por la auditoria, de que el vicepresidente y persona de máxima confianza de Puigdemont, Toni Comín, se había apropiado de dinero, llevaron a Puigdemont a salir huyendo de la presidencia del Consell para no verse salpicado por el escándalo. Esto ha tenido como consecuencia una caída de ingresos derivada de la baja masiva de muchos militantes.
Si bien el Consell no ha explicado cuánta gente sigue pagando hoy la cuota, desde Waterloo se reconoció que habían superado los 100.000 miembros, aunque en la última consulta a la militancia del Consell sobre si apoyaban el pacto con Sánchez o no la participación fue de poco más de 6.000 personas.
La falta de ingresos ha llevado al Consell a anunciar una reducción de salario del 50% de sus ocho trabajadores. Las cuentas, realizadas por la empresa Senior Auditing, una firma de pequeño tamaño con sede en Terrassa, revela que los gastos de personal en 2023 fueron de 465.000 euros, los gastos generales de 554.000 euros y los ingresos, todos ellos procedes de donaciones, de 1,15 millones de euros. En relación al año anterior los donativos ya habían experimentado una caída de 300.000 euros.
Saltan del barco
El recorte drástico de los salarios ha provocado la salida de varios trabajadores de la organización. Así su responsable de comunicación, Marina Martínez Almansa, ha encontrado acomodo en el RACC, el Real Automóvil Club de Catalunya, una de las organizaciones de referencia de la burguesía catalana.
Junto a Puigdemont y Martínez, también ha abandonado la nave el responsable de relaciones exteriores del Consell, Adrià Alsina, que en este caso ha encontrado trabajo en la escuela de negocios GBSB, una business school con sedes en Madrid, Barcelona y Malta.
Ahora quedan en el Consell seis trabajadores, que percibirán el 50% de la remuneración percibida hasta ahora, la medida es un ERE encubierto. Formalmente la organización ha convocado elecciones para elegir un nuevo «gobierno».
No obstante, son muchas las fuentes próximas a Junts y al Consell que creen que la salida de Pugidemont y el abandono de parte del personal es la antesala del cierre de la organización creada con ínfulas de gobierno legítimo en el exilio y del que su papel como censor del gobierno catalán fue motivo de discusión entre ERC y Junts en el momento de firmar el pacto de gobierno que abrió a Aragonés la puerta de la presidencia de la Generalitat en 2021.