Escapadas
Los 25 pueblos catalanes con encanto
Dentro de todo el panorama geográfico catalán hay poblaciones, grandes o pequeñas, que tienen su encanto, su idiosincrasia particular
Hemos hablado de los mejores restaurantes de Barcelona, donde sirven las mejores copas, aquellos lugares para comer o reunirse con encanto, los ganadores de un premio. En definitiva, lugares concretos dentro de una ciudad, pero hay más. Dentro de todo el panorama geográfico catalán hay poblaciones, grandes o pequeñas, que tienen su encanto, su idiosincrasia particular. Por eso hablaremos de 25 pueblos catalanes que consideramos tienen un encanto espacial. Evidentemente, este listado es subjetivo y cada uno lo puede ampliar y pensar que teníamos que haber puesto otro y sacar alguno de ellos. Y tendrán razón. Sin embargo, este es un punto de partida para descubrir lugares entrañables y, tal vez, para algunos, desconocidos.
Horta de Sant Joan. En la comarca de la Terra Alta. Allí estuvo una temporada viviendo Pablo Picasso, en casa de su amigo Manuel Pallarés. Existe un museo dedicado al pintor. El municipio está enclavado en el Parque Natural dels Ports.
Cadaqués. En la Costa brava y refugio de Salvador Dalí y de Gala. Un sitio ideal para desconectar. Se puede afirmar que no se ha modificado urbanísticamente en los últimos 100 años. Pueblo pesquero, se puede disfrutar de paseos y de sus restaurantes.
Bagergue. En la Vall d’Arán. Destaca el Santuario de Santa Margarita y la iglesia de San Feliu. Un lugar con encanto tanto en primavera como en invierno por su contraste. A los amantes del senderismo, les permite hacer diferentes rutas.
Besalú. En la comarca de La Garrotxa. Con su famoso puente que da entrada al casco antiguo. Es uno de los pueblos medievales más singulares de Cataluña.
Rupit i Pruit. Según la Organización Mundial del Turismo es el pueblo más bonito del mundo. Con menos de 300 habitantes, el pueblo es Rupit y las masías diseminadas forman Pruit. Pertenece a la subcomarca del Collsacabra.
Montblanc. En la comarca de la Conca de Barberà, posee el título de villa ducal y su casco antiguo está declarado conjunto histórico-artístico. El folclorista Joan Amades situó aquí la leyenda de Sant Jordi. Se debe visitar su Semana Medieval.
Mura. En el Parque Natural de Sant Llorenç de Munt y L’Obac, destaca por su castillo y tranquilidad.
Beget. Un lugar para perderse si uno busca tranquilidad. Cerca de Camprodon, recomendar una visita al templo románico dedicado a San Cristóbal.
Calella de Palafrugell. En la Costa Brava, es la cuna de las habaneras. El jardín botánico de Cap Roig y su origen de pescadores le da un encanto especial.
Queralbs. En el Ripollès, entre Ribes de Freser y Setcases, su iglesia románica de Sant Jaume es un espectáculo para los amantes del arte.
Miravet. El pueblo templario por excelencia, a orillas del río Ebro. Lugar ideal para revivir viejas historias y para visitar las bodegas de Gandesa y el Santuario de Fontcalda.