Carles Puigdemont

Carles PuigdemontEuropa Press

El laberinto catalán

El amargo regreso de Puigdemont

Formalmente Junts aprieta para que su líder pueda regresar limpio de polvo y paja cuanto antes, pero la realidad es que de puertas a dentro el retorno genera inquietud

El Tribunal Constitucional, en manos de Pedro Sánchez, se ha convertido en la práctica en un tribunal de casación que adapta las resoluciones a la conveniencia política del presidente del gobierno. La última de las instrucciones recibidas por Cándido Conde-Pumpido es la de acelerar la revisión de la posición del Tribunal Supremo sobre la aplicación de la amnistía una vez Puigdemont ha agotado todos los recursos.

Para La Moncloa, cada vez más contra las cuerdas, con infinidad de carpetas atascadas en el Congreso, facilitar el regreso impune de expresidente autonómico y líder de Junts es visto como el balón de oxígeno que necesitan para lograr luz verde de Junts a los Presupuestos y garantizarse la supervivencia hasta 2027.

Formalmente Junts aprieta para que su líder pueda regresar limpio de polvo y paja cuanto antes, pero la realidad es que de puertas a dentro el retorno genera inquietud.

Puigdemont prometió regresar en agosto del año pasado para participar en el Pleno de investidura, pero la realidad fue que aterrizo en Barcelona unas pocas horas y se volvió a fugar con la sensación de que su desangelado mini mitin, con cortinilla de mago de feria incluida, en las cercanías del Parlamento fue una operación más o menos pactada y tolerada con el Ayuntamiento de Barcelona, en manos socialistas, la Generalitat y los Mossos, en aquel momento con ERC en funciones, y el Ministerio del interior.

La espantada de Puigdemont dejó a Junts sin líder en el Parlament y permite a Salvador Illa, a diferencia de Sánchez, tener unas plácidas sesiones de control al no tener ni Junts ni ERC a sus líderes en la Cámara autonómica. Tras su retorno a Waterloo, Puigdemont aclaró que a su regreso a España no ejercería de diputado autonómico y renunciaría al acta de diputado, pero en Junts saben que su líder es volátil dado que ya en otras ocasiones anunció pasos que luego se dieron en dirección contraria como, por ejemplo, abandonar la política en caso de no ser investido presidente de la Generalitat, cosa que no sucedió, antes al contrario, se hizo con la presidencia de su partido.

¿Qué hacer con Puigdemont? El presidente del partido es dibujado por muchos de los que le visitan en Bélgica, para que interceda ante Sánchez para todo tipo de temas, como alguien bastante desconectado de la realidad cotidiana de Barcelona.

La última de las ideas que sobrevuela la sede de Junts es que su portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, será la candidata a la presidencia de la Generalitat y que Puigdemont a su regreso a su domicilio en Sarriá de Ter (Gerona) se dedicará a recorrer Cataluña.

Nogueras ha ganado popularidad entre las bases independentistas por sus desplantes a Sánchez, por retirar banderas de España cuando comparece ante la prensa, y ha conseguido competir con Gabriel Rufián, que en otras legislaturas tenía la exclusividad de la voz independentista en el Congreso ante la falta de carisma de los portavoces de Junts. En estas circunstancias, la candidatura de Nogueras es bien vista por muchos, pero en Junts es sabido que Puigdemont no quiere un número dos claro, y que cuando algunos líderes han despuntado han sido rápidamente laminados; como le sucedió a la hoy condenada por corrupción Laura Borrás o al exdirectivo de Caixa Bank, Jaume Giró.

Otros señalan que un tour de Puigdemont por Cataluña podría servir para frenar el rápido crecimiento que está experimentando Aliança Catalana, una especie de spin off de Junts, que amenaza las posibilidades de Junts de aspirar a regresar al poder en algún momento del futuro.

comentarios
tracking