Cámara tortura con ladrillos en el suelo y pinturas en pared

Cámara de tortura en Barcelona, con ladrillos en el suelo y pinturas en la paredAntonio Manuel Moral Roncal

Rutas por Cataluña

Crueldad, horror y heroísmo: un recorrido por las chekas de Barcelona

De la plaza Kennedy al Portal del Ángel: una ruta a pie por algunas de los 47 centros de detención republicanos que tuvo la ciudad

Pocos días después de estallar la Guerra Civil, en Barcelona se establecieron unos centros de detención, conocidos como chekas, para todas aquellas personas cuyos postulados eran diferentes a los establecidos. Dicho de otra manera, todos aquellos que no pertenecían al anarcosindicalismo, ERC o comunismo tenían las horas contadas.

Antes de ser asesinados, si tenían suerte, eran trasladados a las diferentes chekas que se instalaron en la ciudad. Decimos «si tenían suerte» porque muchos murieron en plena calle, en una cuneta o en la carretera de la Rabassada. Eran sacerdotes, monjas, políticos de derechas, de la Lliga Regionalista, empresarios, católicos, personas delatadas… Cualquier persona tenía todos los números para acabar en una cheka y luego asesinada.

Aunque al acabar la guerra se quiso borrar cualquier referencia a lo ocurrido –por eso se maquillaron las chekas y los objetos de tortura que utilizaron–, conservamos los edificios. Por eso hoy haremos una ruta por algunas de las 47 chekas que se instalaron en Barcelona entre 1936 a 1939. Un paseo dará a conocer una parte de la historia de aquella época que ha pasado inadvertida y olvidada.

Plaza Kennedy y Balmes

Iniciaremos nuestra ruta en la plaza J.F. Kennedy. Allí, en el cruce del Paseo de la Bonanova con Avenida del Tibidabo están los Jardines de La Tamarita, que fue cheka. Si se sube por la Avenida del Tibidabo tenemos la Mutua Universal, que fue el consulado soviético y más arriba, delante del Frare Blanc, actualmente un conocido restaurante, esta la cheka de La Torre del Terror. Este edificio quedó inmortalizado en la novela La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón.

Vista exterior de los Jardines de La Tamarita.

Vista exterior de los Jardines de La Tamarita.Google Maps

Nuestro viaje continua volviendo a la Plaza J.F. Kennedy y bajando por la calle Balmes. Debemos bajar hasta la calle Copérnico. Allí estaba la cheka de Vallmajor o Preventorio D. Situada en el número 1 de la calle Vallmajor, entre las calles Ravella, Modolell y Copérnico. Como escribió José María Fontana…

«Eran tan horribles y espantosos los sufrimientos, que se produjeron muchos intentos de suicidio. M. Robles se tiró al patio, y aquel bondadoso y sonriente viejo, Francisco Morera, regresó de un interrogatorio lleno de sangre que le manaba hasta por las orejas, y, después de unas horas de insensibilidad en el suelo, se ahorcó de un grifo a setenta centímetros del piso, con su cinturón. Son dos botones de muestra»

San Elías, crueldad y heroísmo

Seguimos bajando por la calle Balmes hasta la calle San Elías. Actualmente solo se conserva la Iglesia de Santa Inés y los antiguos sótanos del Monasterio de Religiosas de la Soberana Orden de San Juan de Jerusalén. En una parte de la sacristía se conserva un pequeño museo con los objetos que se encontraron al terminar la guerra. En el sótano, en una habitación, fueron depositados y tapiados los restos óseos que se localizaron dispersos por el recinto.

Parroquia de Santa Inés, en Barcelona.

Parroquia de Santa Inés, en Barcelona.Google Maps

Arriba, en el quicio, se inscribió «Ipsi vero mortui sunt pro Chisto et vivent in aeternum». La historia de San Elías es una combinación de crueldad y heroísmo. En sus salas, ubicadas en el sótano, tuvo lugar uno de los episodios más detestables de la persecución religiosa y civil de nuestra Guerra Civil. Se fusiló a personas, había horno crematorio e, incluso se alimentaba una piara de cerdos con carne humana.

Cheka Muntaner y La Pedrera

Dejamos Sant Elías y, esta vez, bajamos por la calle Muntaner paralela a la calle Balmes. En el número 321, esquina con la calle Laforja, en el chalet que encontraremos, estaba la conocida como cheka Muntaner, que durante meses fue la prefectura Servicio de Información Militar (SIM), que era la agencia de inteligencia y del servicio de seguridad de la II República, en Barcelona.

Acabaremos nuestra ruta bajando por el Paseo de Gracia. En La Pedrera tenían su despacho los comunistas Joan Comorera, consejero de la Generalidad, y Erno Gerö, responsable del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos de la Unión Soviética (NKVD) en Cataluña. Esquina con la calle Aragón, en el número 54, estaba el Bar Términus, y en principal primera la Dirección General de Seguridad y del PSOE de Madrid.

Donde actualmente encontramos el Hotel Mandarín, en aquellos tiempos estaba el Círculo Ecuestre. Allí se instaló el Casal Carlos Marx, sede del PSUC. En el edificio que forma el número 1, que se extiende a lo largo de la Plaza de Cataluña, estaba el Hotel Colón, convertida en cheka del Partido Comunista.

Bajando por el Portal del Ángel, en el número 24, Julián Grimau tuvo su cheka. Y finalmente terminamos nuestro recorrido en la Vía Layetana con la Plaza de la Catedral. En el edificio que actualmente es un banco, estaba situado el Banco de España, que se convirtió en la cheka de la Agrupación y Sindicato del Transporte y de los milicianos del Puerto de Barcelona.

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