Fachada iluminada de El Molino, en Barcelona

Fachada iluminada de El Molino, en BarcelonaAjuntament de Barcelona

Historia

Las mil vidas del Molino de Barcelona: de 'cheka' republicana a sala de variedades

El Ayuntamiento ha anunciado la reapertura de la mítica sala de espectáculos, con una visión renovada

Al estallar la guerra civil en Cataluña, la CNT-FAI creó una serie de «chekas»: centros de detención que les sirvieron para retener a las personas que, poco después, serían fusiladas en los cementerios o en cualquier cuneta o calle de Barcelona. Los más conocidos fueron San Elías, Vallmayor o Zaragoza, por poner unos ejemplos, pero hubo más.

En la zona del Paralelo se habilitó como 'cheka' una sala de espectáculos conocida entonces como Petite Moulin Rouge. El edificio se había estrenado en 1898 con el nombre de Pajarera Catalana, y fue remodelado en 1910 por el arquitecto noucentista Manuel Raspall, uno de los más importantes de su época, autor del cementerio de La Doma en La Garriga o toda una serie de casas en Cardedeu, por ejemplo.

Posteriormente, durante la dictadura, pasó a llamarse El Molino. Durante años, allí se llevaron a cabo espectáculos de varietés con estrellas tanto masculinas —como Johnson, Escamillo o Pipper— como femeninas, como La Bella Dorita, Amparo Moreno, La Maña o Merche Mar.

Con el paso de los años ese tipo de espectáculos entró en decadencia, tal vez provocado por alguna televisión que acabó ofreciendo los mismos espectáculos y uno los podía ver desde casa. El Molino ha permanecido cerrado durante muchos años, quizás demasiados. Ha habido varios intentos de que volviera a ser lo que fue, pero ninguno de ellos ha prosperado. Ahora parece ser que vuelve a abrir sus puertas.

El Molino reabre

El nuevo Molino abrirá sus puertas el próximo 27 de octubre. La idea es dar un cambio radical a lo que fue en su momento el local. Ahora se convertirá en un espacio de música de autor, jazz, flamenco y rumba catalana. Será un espacio parecido a lo que fue la Cova del Drac de la calle Tusset de Barcelona de 1965 a 1992, que fundó Guillem d’Efak, vinculado a la Nova Cançó.

Como explicó el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, con respecto al nuevo Molino «el objetivo de su reapertura es revitalizar la parte baja del Paral·lel e impulsar la salud cultural de la escena catalana». El Ayuntamiento compró el local en 2021 por seis millones de euros. Este pasado mes de junio decidió darle una nueva vida a cargo de la organizadora del festival Cruïlla, quien ganó en junio el concurso para la concesión del uso privado de dominio público del equipamiento.

El nuevo Molino será un espacio de reconocido prestigio musical internacional, que acogerá conciertos íntimos de los grandes músicos internacionales, pero que también tendrá espacio para una cuidada presencia de artistas locales. Además de todo lo explicado, se incluirá en el espacio una oferta gastronómica y de coctelería.

No tendrá sillones alineados, sino que habrá mesas, sillas y sofás en un formato que quiere emular a los clubs de los años 30, «como el Cotton Club de Nueva York», aseguran desde el Ayuntamiento. La sala tendrá espacio para 250 personas que podrán comer y beber mientras asisten a una actuación de pequeño formato.

El Molino abrirá cinco días a la semana, de miércoles a domingo. Todos los días habrá tres sesiones con espectáculo (a las 20, las 22.30 y las 0 h). En el caso de la última, el público podrá quedarse en el teatro, y una vez finalice la actuación musical o de comedia se iniciará una sesión de DJ.

Las entradas valdrán entre los 15 y los 50 euros, en función de la actuación. La oferta gastronómica y de cócteles correrá a cargo de los responsables del restaurante JOK, de la calle Mallorca.

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