Fachada del antiguo Hospital de Sant Sever, en Barcelona

Fachada del antiguo Hospital de Sant Sever, en BarcelonaWikimedia

Historias de Barcelona

La accidentada vida del hospital de la calle de la Palla: de asilo para sacerdotes enfermos a museo privado

En los números 19 y 21 de la calle de la Palla de Barcelona se levanta un edificio que, durante más de 500 años, fue un hospital dedicado a la asistencia de sacerdotes enfermos o con alguna enfermedad mental. Estos últimos, con celdas independientes del resto. Conocido como Hospital de Sant Sever, fue fundado por el presbítero de la Catedral de Barcelona, Jaume Aldomar, en 1412.

La calle de la Palla se llamaba, con anterioridad a la construcción del hospital, calle Cuyrater, porque en su momento había artesanos que trabajaban el cuero. Cambió de nombre, por Palla, en el 1355, porque en esa calle se empezó a calcular el peso de este producto para aplicarle un impuesto. Esta práctica continuó hasta el 1626. Hasta no hace muchos años fue una de las calles más importantes de Barcelona, por lo que se refiere a las tiendas de anticuarios.

Ampliación del hospital

En el siglo XVI se construyeron nuevos espacios e instalaciones, incluyendo una nueva iglesia en la parte posterior del recinto, ocupando el terreno del huerto, y un siglo más tarde se adquirió una nueva parcela de terreno, al lado de la iglesia, donde posteriormente se construyó el claustro.

En el transcurso de la segunda mitad del siglo XVIII se efectuó la reforma más importante del recinto, que configuró la estructura interna actual del edificio, probablemente a causa del incendio que se declaró en el hospital el 8 de diciembre de 1748.

En 1837 se agregó al conjunto la finca número 19, una reedificación del año 1771. Las últimas remodelaciones se hicieron entre los siglos XIX y XX para adecuarlo a nuevos usos domésticos, construyéndose las plantas superiores, del segundo al cuarto piso, destinadas a uso residencial, y se configuraron los accesos, segregando la escalera para el personal del hospital de la entrada para los inquilinos particulares.

El edificio tenía un claustro gótico, una iglesia y la fachada es de estilo renacentista. En su interior se construyeron galerías de arco de medio punto, sostenidas por pilares de sección cuadrada con una moldura a modo de capitel. Esta construcción de arcos es un recurso renacentista casi inédito en Barcelona.

Planta del hospital según los «Quarterons» de Garriga i Roca (1859—1862).

Planta del hospital según los «Quarterons» de Garriga i Roca (1859—1862).Wikimedia

En unas excavaciones llevadas a cabo se descubrió una pequeña necrópolis romana. En la fachada se puede leer «Hospitale Sacerdotum Sancti Severi» y la fecha 1462, que corresponde a la primera reforma hecha al edificio medieval ya existente.

La administración del Hospital de Sant Sever, al ser público, corría a cargo de dos presbíteros de la catedral, uno de Santa María del Pino y uno de Santa María del Mar. Dejó de funcionar en 1925 debido a que sus condiciones no eran las óptimas para cuidar enfermos.

De mano en mano

El Obispado de Barcelona, después de ser abandonado, vendió el edificio, no sin antes retirar el retablo de la iglesia. En la descripción del retablo podemos leer: «Traslado a Barcelona de las reliquias de San Severo, con el rey Martín el Humano y su hijo Martín el Joven, rey de Sicilia. En este retablo vemos el escudo de la ciudad de Barcelona junto al escudo cuatribarrado de la casa real, que aparece en este retablo en la persona del rey y su príncipe heredero».

El edificio pasó por varias manos y, en su momento, la planta baja albergó la tienda del anticuario Agustín Mendoza y la Imprenta Surià. En 1958 adquirió el edificio la abuela de José María Sesplugues por 900 euros. En 2009 se destapó una trama de corrupción en la cual se vieron implicados los funcionarios del Ayuntamiento de Barcelona Helio Lozano y Elena Ariza, así como el ingeniero externo Joaquín Quilez.

En el edificio se tenía que construir un hotel, pero la licencia se concedió de manera irregular. En un primer momento tenían que ser pisos, luego un hotel de 4 estrellas y finalmente apartamentos. Nunca llegó a realizarse el proyecto, por las irregularidades y por la muerte de José María Sesplugues y la falta de interés de sus hijos.

Ahora será un museo

Con posterioridad el inmueble lo compró la Sociedad Casacuberta Marsans Inversiones SL. La estructura social la forman Fernando Casacuberta, Rosario «Coty» Marsans y sus hijos Ignacio, Pablo, Álvaro y Gonzalo. La rehabilitación del edificio la ha llevado a cabo el despacho de Jordi Garcés, Daria de Seta y Anna Bonet Giné.

Los Casacuberta-Marsans poseen en Barcelona el Palacio Antonio Castell de Pons o Casa Cornet; Casa Jover; Casa Gralla; Edificio Plaza villa de Madrid; Edificio Calle Duque de la victoria; Hotel Kimotn Vividora; Hotel Hesperia Ramblas; Edificio Ronda Sant Pere; Palacio del Duque de Sessa. También poseen naves en los Polígonos Industriales Almeda (Cornellà de Llobregat); Les Planes (Sant Joan Despí); La Florida (Santa Perpetua de la Mogoda); Tenería (Mollet del Valles). En Madrid, el Hotel Totem. En Bilbao, un bloque de pisos, y lo mismo en Praga. El Hotel Beau-Rivage en Ginebra y dos edificios en esta ciudad, uno de ellos conocido como Rolex.

La familia Casacuberta Marsans le ha dado nueva vida a ese edificio, con una galería en la que expondrá sus colecciones de pintura y concertará visitas privadas. La pintura que se expondrá será mayoritariamente catalana, con presencia de grandes autores del modernismo, como Ramon Casas, Isidre Nonell o Santiago Rusiñol.

La colección de los Casacuberta-Marsans consta de más de 200 obras que se dividen en dos grandes bloques. Uno de arte medieval de la Corona de Aragón y otro de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Además de los ya mencionados genios modernistas catalanes, los galeristas también poseen obras de Joan Mates, Lluís Borrassà, Bartolomé Bermejo, Hermenegildo Anglada Camarasa, Darío de Regoyos, José Gutiérrez Solano, Joan Mates, Lluís Borcossà o Joaquín Mir.

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