Panorámica de la ciudad de Barcelona

Panorámica de la ciudad de BarcelonaEuropa Press

El precio del alquiler no baja en Barcelona y asfixia a los jóvenes: las claves

Se conocía el otro día a través de Betevé un caso de dos chicas que pagaban 850 euros mensuales por vivir en un piso de 30 metros cuadrados sin aislamiento y construido en un balcón de Gracia, Barcelona. Las inquilinas, evidentemente, cuestionan que su vivienda cumpla las condiciones para ser un lugar habitable, pero ambas descartan dejar su «piso», si es que se puede llamar así, por la falta de alquileres asequibles.

Se podría decir que es un caso aislado, pero lamentablemente este tipo de situaciones se ven cada vez más. Son muchos los jóvenes -y no tan jóvenes- obligados a compartir vivienda, que muchas veces no está adecuada y supone un gasto ingente.

El acceso a la vivienda es un problema fundamental que tiene implicaciones muy profundas, por ejemplo, el crecimiento de la desigualdad social, que afecta sobre todo los jóvenes. Esto provoca que se pare el desarrollo normal de una sociedad. Pero, más allá de las implicaciones a largo plazo, el problema inmobiliario es un problema del presente. Y así lo reflejan los datos mes tras mes.

Según los últimos datos inmobiliarios del Idealista , el precio de alquiler en España ha subido un 10,4% en julio de manera interanual. Nuevamente Barcelona tiene los alquileres más caros de España. Con 21,6 euros por metro cuadrado, la capital catalana engorda todavía más el problema inmobiliario.

Desde El Debate hemos podido hablar con el experto en mercado inmobiliario Ángel Sánchez, del bufete Asoban Abogados, para tener algunas pistas sobre las causas, consecuencias y posibles soluciones a este tipo de prácticas. Unas prácticas «más extendidas de lo que podríamos imaginar, ya que actualmente se está aprovechando cualquier nicho, como almacenes, trasteros… cuya finalidad es diferente a la de vivienda para alquilarlo como tal y así obtener mayor lucro que el fin primigenio para el que se construyó.», explica el abogado. Además, añade que otra práctica habitual de este estilo es la de dividir viviendas sin cumplir con la normativa urbanística, cosa que luego provoca que los inquilinos terminen «encontrándose faltos de ventilación, espacio, seguridad…».

Lo sorprendente es que, como explica el experto en mercado inmobiliario, pese a que esta práctica no cesa, «todo ello ya se encuentra regulado en distintas leyes de ámbito estatal, como la Ley de la Edificación, Ley del Suelo, Ley Propiedad Horizontal… y en normativas de ámbito Local y Autonómico como los Planes Generales de Urbanismo».

El abogado explica que este tipo de casos son denunciables ante la concejalía de urbanismo de los ayuntamientos, «donde radica el inmueble e incluso en la Consejería de urbanismo de las Comunidades Autónomas», en ambos casos la administración requerirá al propietario para solventar las deficiencias, y «en su defecto abrirá expediente donde podrán incluso ordenar el precinto o derribo de las instalaciones irregulares».

¿Y cómo hay que proceder? Sánchez explica que primero debe denunciarse la infracción, lo que pasa a veces es que «los inquilinos no lo quieren hacer porque si no perderán ese piso y eso les causará tener que irse a otro que será más caro». Por tanto, es la pescadilla que se muerde la cola, «los espacios que habitan son irregulares, pero no quieren dejarlos ante lo encarecido que está el mercado del alquiler «regulado», cosa que acaba siendo un problema estructural de la economía», añade Sánchez.

Los motivos

«El principal motivo que ha acrecentado este problema es el intervencionismo de las administraciones en el mercado y el sobreproteccionismo del inquilino», explica el abogado. Añade que ello ha provocado que muchos pequeños propietarios hayan retirado sus viviendas del mercado del alquiler, y «al haber bajado la oferta, sube el precio y baja también la calidad de la vivienda, atomizándose además los propietarios en empresas dedicadas profesionalmente a ello y monopolizando el mercado»

La situación a largo plazo

Cuando se le pregunta por un pronóstico a futuro, el experto augura que con la bajada del Euríbor habrá « un aumento del precio de los inmuebles, y por tanto un aumento del precio del alquiler».

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