Cine
Clint Eastwood revela su actriz favorita de todos los tiempos
Pese a su dilatada carrera, no ha tenido la oportunidad de trabajar con ella
Clint Eastwood ha tenido el privilegio de compartir pantalla con algunos de los grandes de todos los tiempos: John Malkovich, en En la línea de fuego; Gene Hackman y Morgan Freeman, en Los imperdonables o Tommy Lee Jones y Donald Sutherland, en Space cowboys. Y eso sin contar la gran cantidad de actores que ha dirigido a lo largo de los años.
Por suerte para él, los elencos de sus películas no han sido exclusivamente masculinos, lo que le ha permitido trabajar también con las actrices más legendarias de su generación. Se convirtió en amante de Meryl Streep en la inolvidable Los puentes de Madison, enseñó a boxear a Hilary Swank en Million Dollar Baby y dirigió a Angelina Jolie mientras intentaba encontrar a su hijo desaparecido en El sustituto.
Algunas de estas colaboraciones, incluso, se trasladaron a la vida real. El mejor ejemplo es Sondra Locke, a la que conoció durante el rodaje de El fuera de la Ley, cuando aún estaba casado con Maggie Johnson, y con la que después también coincidió en Duro de pelar e Impacto súbito. «Lo nuestro fue a primera vista. Creo que durante mucho tiempo los dos estuvimos muy enamorados. Fuimos muy felices», confesó ella en cierta ocasión. Aunque lo suyo no acabó del todo bien –en Hollywood se rumorea que Eastwood hundió su carrera en el que momento en el que vio que no podía controlarla–, demuestra a la perfección el gusto del cineasta por las actrices con popularidad.
Este aprecio particular se remonta a su juventud. Así lo reveló en una entrevista The New York Times en 1995: «Me encantaban las actrices de los años 30 y 40». El actor y director fue más allá y desveló cuáles eran en concreto sus tres actrices favoritas de la historia del cine. Curiosamente, no son ninguna de las mencionadas en líneas pasadas, sino Barbara Stainwyck, Rosalind Russell y Bette Davis. ¿El motivo con el que argumenta su elección? «Todas tenían voces estupendas y no tenían miedo de ser sensuales».
De las tres, la que ha conseguido traspasar los albores del tiempo es Bette Davis. Considerada como una de las mejores actrices del mundo, comenzó su carrera en el teatro, se mudó a Hollywood en la década de los 30 para perseguir su sueño como actriz y para la de los 40 ya había consagrado su carrera con dos premios Oscar por sus interpretaciones en Peligrosa y Jezabel. Sin embargo, fue su papel de la venerada actriz Margo Channing en Eva al desnudo el que consiguió cautivar a Eastwood.
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Por el contrario, la más desconocida del trío sería Rosalind Russell, aunque eso no significa que no destacase en su época por su talento. Se dio a conocer en el clásico de Howard Hawcks Luna nueva, en la que interpreta a una intrépida periodista que desea abandonar su oficio para casarse y tener hijo. Que fuese Cary Grant, editor del periódico, exmarido y contrapunto masculino, el que intenta convencerla para que cambie de opinión convirtió a la película en la de las favoritas del público en la década de los 40. De hecho, Eastwood alabó su trabajo en ella y dijo que era una de sus películas favoritas de todos los tiempos.
Por desgracia para Eastwood, no tuvo la oportunidad de trabajar con ninguna de las dos, pero sí pudo formar parte del mismo proyecto con Barbara Stainwyck. Curiosamente, eso no significó que compartiesen pantalla. La consabida actriz apareció en 1962 en Látigo, la serie de televisión del Oeste que le dio al actor uno de sus primeros sabores del estrellato. Sin embargo, Eastwood no estuvo en ese capítulo, por lo que perdió la oportunidad de trabajar con una de las intérpretes que más había disfrutado viendo cuando era adolescente.