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Lee Van Cleef, en El bueno, el feo y el malo

Lee Van Cleef, en El bueno, el feo y el maloGTRES

Cine

Lee Van Cleef, el villano perfecto del cine: «Nacer con ojos de malo es lo mejor que me ha pasado en la vida»

Nacido hace ahora un siglo, fue 'descubierto' por Sergio Leone a los 40 años y su aportación al spaghetti wéstern fue fundamental para el éxito del género

Ha habido poco actores más carismáticos y que más se identificaran con el paradigma de perfecto villano: alto, hercúleo, de pocas palabras, mirada intensa y vestido de negro, la presencia de Lee Van Cleef en un filme era la de la imagen misma de la muerte.

Se llamaba Clarence LeRoy Van Cleef Jr y era de ascendencia holandesa. Hijo de una concertista de piano y un farmacéutico, su cuidada educación y su posterior paso por la Armada, no consiguieron apartar su interés por el teatro, que le había atraído desde siempre. Después de servir en la Segunda Guerra Mundial, debuta en los teatros de Nueva Jersey hasta que un cazatalentos ve en su porte y el corte de su mirada la perfecta imagen del villano de wéstern, género de moda a finales de los 40 y principios de los 50. No en vano, su debut en Hollywood es por la puerta grande de la mano de Fred Zinnemann en uno de los wésterns más aplaudidos de la historia del cine, Solo ante el peligro (1952) en donde da vida a uno de los peligrosos miembros de la banda de asesinos. En 1984, el propio Van Cleef contaría en el show de Jonny Carson cómo fue su llegada a ese proyecto: «Stanley Kramer me llamó para trabajar en Solo ante el peligro, pero me dijo que me tenía que arreglar la nariz. Y yo le dije que mi nariz era mi seña de identidad. Me llamaban 'Nariz sexy' en el set… Así que le dije lo que podía hacer con su sugerencia… Pero al día siguiente me llamó para hacer de uno de los malos».

Sin embargo, durante los siguientes diez años, su paso por Hollywood fue modesto y de pocas palabras, lleno de películas de serie B y seriales de televisión, desde El llanero solitario hasta Cimarron City, cuando John Ford le incluye en el casting de la también obra maestra El hombre que mató a Liberty Valance (1962) en donde da vida, por supuesto, a uno de los esbirros del villano del título.

Sin embargo, sus días de cine y televisión parecían haber llegado a su fin, pues apenas podía mantenerse con lo que ganaba con aquellos papeles menores. La suerte le sonrío cuando Henry Fonda, primero, y Lee Marvin, después, rechazan el papel del coronel Corbett en la segunda película de un director de cine italiano que había hecho un wéstern que había llamado la atención del público en 1964 llamado Por un puñado de dólares. Sergio Leone había visto a Van Cleef en la serie Rawhide de la que había sacado a su protagonista, Clint Eastwood, y le templanza y aspecto del actor le habían llamado la atención. Así que desesperado ante la carencia de villano para La muerte tenía un precio contacta con él que escucha, receloso, la oferta. Estaba harto de malos papales. Pero el cheque de 17.000 dólares que le pone Leone encima de la mesa le hace abandonar rápidamente Nueva York donde malvivía como pintor y se instala en Europa.

Gina Lollobrigida y Lee Van Cleef, durante el rodaje de El hombre de Río Malo

Gina Lollobrigida y Lee Van Cleef, durante el rodaje de El hombre de Río MaloGTRES

A partir de ese momento, Lee Van Cleef trabajaría incansablemente en un éxito tras otro de aquel nuevo género que estaba naciendo, el spaghetti wéstern: El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966), El halcón y la presa (Sergio Sollima, 1966), El día de la ira (Tonino Valerii, 1967), De hombre a hombre (Giulio Petroni, 1967), Más allá de la ley (Giorgio Stegani, 1968), Gran duelo al amanecer (Giancarlo Santi, 1972), Por la senda más dura (Antonio Margheriti, 1975), Seis balas… una venganza… una oración (Gianfranco Parolini, 1976) o las indispensables Oro sangriento y Texas 1870 de Gianfranco Parolini de 1969 y 1971, respectivamente, donde da vida al icónico pistolero Sabata.

A partir de medidos de los 70, cuando el género italiano empezó su lenta agonía, aún haría algunas películas significativas vinculado siempre al thriller o la acción como Objetivo: Matar, Venganza sangrienta o El regreso de Chris Gretchco, si bien sus trabajos en la década de los 90 fueron mas anecdóticos. Con todo, participó en la paradigmática 1997: Rescate en Nueva York levantando las pasiones de sus fans que nunca dejaron de seguir su trabajo.

Casado en tres ocasiones y padre de cuatro hijos, Lee Van Cleef nunca llegó a retirarse del cine y murió de un infarto nada más terminar el rodaje de su última película, Camaleón, estrenada después de su muerte, en diciembre de 1989, a los 64 años.

Agradecido por la vida que le había tocado vivir nunca le daba mucha importancia al hecho de hacer siempre de malo, es más, le estimulaban especialmente estos personajes. Sobre esto diría: «Nacer con ojos de malo es lo mejor que me ha pasado en la vida. Los malos siempre han sido mi estilo... Parezco malo sin siquiera intentarlo. El público me odia naturalmente en la pantalla. Y se puede hacer mucho más con un papel de villano».

Lo cierto es que pocos actores como él lograron que se helara la sangre del público nada más aparecer en pantalla y que aquellos fantásticos villanos estén en lo más alto de la historia del cine.

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