Cine
Clint Eastwood reniega de la película que definió su carrera: «Era una basura»
De no haber aceptado el papel, su destino en el cine habría cambiado de forma drástica
El personaje más famoso de Clint Eastwood en las películas del Oeste es el antihéroe conocido como El hombre sin nombre, pero su papel decisivo para poder llegar a él fue otro muy diferente. Hasta el estreno de la trilogía del Dólar, Eastwood había interpretado pequeños papeles en películas y programas de televisión y encontró la fama gracias a Cuero crudo, que retrataba las vidas y luchas a las que se enfrentaban los ganaderos en la década de 1960. Fue su interpretación del vaquero Rowdy Yates quien le permitió despegar su carrera.
Con este clásico en su currículum, el actor atravesó los obstáculos que se le presentan a los artistas emergentes y se identificó como algo más que un galán de Hollywood con una serie de películas que definieron a toda una generación. Como si eso no fuera suficiente, decidió ponerse detrás de la cámara para dirigir películas.
Teniendo 94 años y una de las carreras más prolíficas de Hollywood, hay muchos momentos como este que pueden ser considerados puntos de inflexión. Sin embargo, la decisión que podría haber cambiado drásticamente su destino fue haber entonado un 'no' a una de sus películas más emblemáticas hasta la fecha: Por un puñado de dólares.
Y eso que como, muchos actores de la época, Eastwood se tropezó con la interpretación de manera casual. El western era un terreno cómodo para comenzar su andadura, pero con el tiempo quiso abrir horizontes y explorar nuevas facetas interpretativas. Entendemos, por tanto, que, en el momento en el que consiguió un agente, lo último que quería era volver a dar vida a un vaquero, bandido o forajido.
«Si quisiera ir a Italia y hacer un western, un remake de una película japonesa, lo haría», le comentó ante el ofrecimiento de interpretar por primera vez al hombre sin nombre. «No, de verdad que no. Ahora estoy haciendo un western y lo emiten en televisión todas las semanas. Tengo un pequeño descanso en el rodaje y me gustaría tener unos días libres para ir a pescar, por ejemplo», le explicó.
Más información
Su agente insistió y Eastwood aceptó ver el guion, pese a pensar que sería «una basura». Sin embargo, tuvo que comerse sus propias palabras y terminó reconociendo el potencial que tenía de inmediato: «Lo leí y dije: 'Oye, esto es Yojimbo'. Era muy fan de la película y de Kurosawa. En el momento en el que la vi pensé que sería un gran western, pero nunca creí que nadie tuviera el coraje suficiente para hacerla al ser tan salvaje».
La película original está considerada como una de las mejores de Kurosawa, ya que el cineasta examina un fenómeno intercultural combinando el género samurái con temas del western. «Estaba harto del mundo de los yakuza», reveló Kurosawa. «Así que, para atacar su maldad e irracionalidad y destrozarlos por completo, incorporé al supersamurái interpretado por Mifune. Él mismo era un extraño, una especie de proscrito, lo que le permitía actuar con flexibilidad, aunque a veces de forma temeraria. Solo un samurái como él podría destrozar a estos gánsteres. La película evolucionó a partir de ahí».
La conexión de Por un puñado de dólares con Kurosawa, el director favorito de Eastwood en aquella época, hizo que finalmente aceptase el papel. «Fui al rodaje y me encontré con una película pequeña. Se hizo con apenas 20.000 dólares, pero era buena. Luego volví e hice otras dos», refiriéndose a La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo.
Al final, su devoción por Kurosawa le haría aceptar la película, pero la forma de trabajar de Leone cambiaría su vida para siempre, como ha señalado con franqueza en alguna que otra ocasión: «Tenía una forma diferente de ver el tamaño y el alcance de las películas. Eran westerns operísticos. Aprendí mucho de él».