Ilustración de san Francisco de Asís en la revista 'La Antorcha'G. Altarriba / ACdP

Iglesia

El arriesgado plan de san Francisco de Asís cuando pisó Barcelona: ir a Marruecos a convertir a los sarracenos

Hace ocho siglos, el fundador de la Orden Franciscana llegó a Cataluña para emprender el Camino de Santiago

Este jueves se celebra en todo el mundo la fiesta de san Francisco de Asís, el «juglar de Dios» que transformó para siempre el rostro de la Iglesia. Aunque nació y murió en la villa italiana de Asís, el fascinante fundador de la Orden Franciscana viajó a menudo, movido por el celo ardiente que le impulsaba a no estar quieto si sabía de un alma que no conocía a Jesucristo.

En este sentido, es famosa su conversación con el sultán de Egipto durante la quinta cruzada: en junio de 1219, el fraile fue admitido en la corte del sobrino de Saladino con el «modesto» objetivo de convertirlo al cristianismo. A pesar de entrar en la garganta del lobo, el santo le cayó en gracia al sultán, y pudo salir de allí indemne, habiéndose ganado el respeto del gobernante de Tierra Santa.

Sin embargo, no es tan conocido otro viaje de san Francisco con idéntico celo apostólico: unos años antes, en torno a 1214 –esto es, hace ocho siglos–, el fraile llegó al puerto de Barcelona en un navío que provenía de Génova, junto a algunos de sus primeros seguidores. Su intención, según recoge el periodista especializado en historia de la Iglesia Luis Antequera, era recorrer el Camino de Santiago y cruzar España «hacia un Marruecos totalmente musulmán».

Según señalaba Antequera en Religión en Libertad, Francisco estimaba «idóneo» el país sarraceno «para emprender la misión y acaso alcanzar el martirio». También señala el historiador que aquel no había sido su primer intento de visitar tierras sarracenas, ya que poco antes se había embarcado rumbo a Siria, tierra que no pudo alcanzar debido a una tormenta que desvió el barco en el que viajaba.

Santiago en Barcelona

Según las crónicas, cuando Francisco pisó Barcelona, se hospedó en un hospital de peregrinos junto al mar. Cuenta la tradición que el santo dijo que en aquel lugar se levantaría «un notable monasterio de frailes de mi orden», y para ello dejó en la Ciudad Condal a los frailes Illuminato de Rieti y Pedro de Cede.

Desde entonces, a esta callejuela barcelonesa se la conoce como Pasaje del Dormitorio de San Francisco. El lugar donde se hospedó Il Poverello se convirtió más adelante en el Convento de San Francisco, que llegó a convertirse en el principal núcleo franciscano de la ciudad, y que se mantuvo en activo hasta 1835, fecha en la que sufrió los efectos de la desamortización de Mendizábal. Dos años después, el edificio se demolió, y en su lugar se yergue hoy el edificio del Gobierno Militar de Barcelona.

Tras su paso por Barcelona, san Francisco visitó otros lugares de España, siguiendo con su peregrinar. Según recoge san Buenaventura en la Leyenda mayor de San Francisco, el fraile habría realizado varios milagros, en sitios como Castrojeriz, Palencia y Sahagún. También habría pasado por Burgos, donde se identifica a una de las figuras en la puerta del claustro con el santo.