Ciudad
Barcelona sigue su guerra contra el turismo: propone presionar más a hoteles, buses turísticos y cruceros
El Ayuntamiento presenta su proyecto de Ordenanzas fiscales para 2025 con nuevas tasas y subidas del IBI
El Ayuntamiento de Barcelona no tiene intención de aflojar su ofensiva contra el sector turístico. Así lo refleja su propuesta de Ordenanzas Fiscales para 2025, que contemplan un aumento de la presión fiscal al sector hotelero, a los autobuses turísticos y a las terminales de cruceros. El 16 de octubre tendrá lugar una primera votación de la propuesta de ordenanzas, en la comisión de Economía y Hacienda.
Según ha explicado en la presentación el teniente de alcalde de Economía y Hacienda, Jordi Valls, la voluntad del ejecutivo municipal es congelar impuestos a los vecinos a la vez que aumentan la fiscalidad turística. Según recoge betevé, Valls ha destacado que tanto ERC como los Comunes –los mismos partidos que sostienen el gobierno socialista en la Generalitat– han participado en la propuesta.
Hoteles de lujo y cruceros
En concreto, el Ayuntamiento liderado por Jaume Collboni propone aumentar de cara a 2025 el tipo diferenciado de IBI a los inmuebles con un valor catastral superior a los 5,2 millones de euros. Se trata de unos 230 inmuebles, de los cuales 208 son hoteles: a todos ellos se les quiere aumentar el IBI del 1% al 1,08%, lo que –según el consistorio– permitiría recaudar 2,8 millones de euros adicionales.
Además, también se plantea el incremento del IBI a 130 inmuebles de características especiales (BICES), como el Puerto de Barcelona o las terminales de cruceros «por su peso en la actividad turística», señalan desde el Ayuntamiento. Aquí lo que se propone es pasar del 0,8% actual a un 1,3% en 2027, lo que en 2025 supondría 4,42 millones de euros extra para las arcas municipales.
Tasa diaria al bus turístico
Los aumentos previstos del IBI se suman a lo que el Ayuntamiento llama «proyecto Zona Bus 4.0 para limitar los efectos de la movilidad turística dentro de la ciudad». Esto se traduce en una nueva tasa obligatoria de 35 euros diarios para utilizar los espacios de Zona Bus, así como un coste de tres euros –en formato de reserva previa– cada vez que los buses se paren «en entornos singulares o de gran afluencia».
Con todo esto –junto a un incremento del 12% de las tarifas actuales de la Zona Bus, que habrán de seguirse pagando–, el consistorio prevé que cada autobús turístico pase de pagar 20 euros diarios a 80, de media. La previsión de retorno económico es que en 2025 todos los impuestos y tasas a los autobuses turísticos reporten al Ayuntamiento tres millones de euros, dos millones más que la cantidad actual.
Más allá de las medidas ligadas al turismo, el Ayuntamiento prevé un encarecimiento de entre cinco y diez euros anuales para la tasa de residuos, ya que la ley actual establece que esta tasa no puede ser deficitaria. Además, la zona azul para coches eléctricos ya no será gratuita, y pasará a ser una bonificación del 50%.