Ciudad
Barcelona restaurará su icónico monumento a Colón, en un estado «preocupante»
El Ayuntamiento ha licitado la redacción del proyecto ejecutivo, con un presupuesto base de 96.800 euros
El icónico monumento a Cristóbal Colón que se encuentra al final de La Rambla de Barcelona está en un estado de conservación «preocupante», según constata el proyecto ejecutivo de restauración que ha licitado el Ayuntamiento, con un presupuesto base de 96.800 euros. Según avanzó La Vanguardia, el consistorio se pondrá manos a la obra para revertir la situación de la obra y evitar su degradación.
El documento licitado por el Ayuntamiento deberá incluir un diagnóstico del estado actual de conservación del monumento, así como una definición de los criterios de actuación, una propuesta de restauración y una planificación temporal y económica de las actuaciones. La duración del contrato será de seis meses a partir de la fecha que se fije en el acta de inicio.
La licitación recoge que preocupan especialmente «todos sus conjuntos y elementos escultóricos ejecutados en piedra». Según el análisis preliminar, la baja calidad de los materiales, su ubicación frente al mar y la climatología han hecho que el envejecimiento del monumento se acelere.
También se constata que no ha habido suficiente con las «actuaciones puntuales de restauración» llevadas a cabo por el departamento de Patrimonio Arquitectónico, Histórico y Artístico de la Generalitat.
Una historia polémica
El monumento a Cristóbal Colón es obra del arquitecto Cayetano Buigas: se construyó entre 1881, cuando se puso la primera piedra, y 1888, cuando se inauguró, con motivo de la Exposición Universal de Barcelona celebrada aquel año. En su momento fue motivo de polémica a cuenta de la financiación: al principio se planteó que se pagase con donaciones particulares, pero estas fueron insuficientes para cubrir el presupuesto final, que alcanzó más de un millón de pesetas.
Otra polémica, de carácter práctico, hace referencia al dedo de Colón, ya que inicialmente se decía que señalaba a América, pero en realidad está apuntando en dirección contraria, hacia el Mediterráneo. De hecho, en el proyecto original de Buigas el navegante no tenía el brazo levantado, sino que sostenía un estandarte con la mano izquierda y apoyaba la derecha en su pecho, «en la sublime situación de pisar por primera vez la tierra americana y, fijada la mirada hacia arriba, dirigir a Dios una ferviente y agradecida plegaria», según recoge Judit Subirachs en L'escultura commemorativa a Barcelona fins al 1936.
Según se recoge en el libro Art públic de Barcelona, el Gobierno cedió 30 toneladas de bronce para construir el monumento, procedentes de material militar desechado. La obra se convirtió rápidamente en un icono de la ciudad, marcando su litoral con su particular perfil.