'La captura de Moctezuma', por Jan Karel Donatus Van BeecqWikimedia

Historias de Cataluña

El minúsculo pueblo de Lérida donde estuvo enterrada la hija del emperador azteca Moctezuma

Hasta que fue saqueada durante la guerra civil española, en Toloríu se encontraba la tumba de María de Moctezuma

En el pequeño pueblo de Toloríu (Lérida) viven 26 vecinos, y hasta hace pocos años se guardaban allí los restos de un curioso personaje: la heredera del emperador azteca, que estuvo enterrada allí hasta poco antes de la guerra civil, cuando saquearon su tumba en busca de un tesoro. Esta es su historia.

De esta población son originarios los Guerau. Del primero que tenemos referencias es Guillem de Guerau, señor de Borguja. En 1190 se casó con Joana de Queralt. El matrimonio tuvo varios hijos. De ellos, Guillem, Martí y Bernat de Guerau i de Queralt ayudaron a Jaime I en la conquista de Valencia.

Descendiente de estos fue Joan Pere de Guerau que, en 1336, estuvo al lado de Pedro IV el Ceremonioso en la reconquista de Valencia. Una vez terminada, el rey le regaló el castillo de Tahús (Seu d’Urgell). Descendiente de este es Joan de Guerau i Ribó o Joan de Grau. Este era barón de Toloríu y, como sus antepasados, tenía espíritu aventurero.

Las hijas de Moctezuma

Junto con su primo, Pere de Guerau, Joan se alistó en la expedición organizada para ir hasta México. Entraron en Tenochtitlan el 8 de noviembre de 1519 junto a Hernán Cortés, y fueron recibidos triunfalmente por Moctezuma en la calzada de Tlalpan. Este creía que se trataba del dios Quetzalcóatl quien, según la leyenda, regresaría un día por el oriente. Moctezuma hospedó a Cortés en el Palacio de Axayácatl y pronto fue capturado por el español.

Dos de las hijas de Moctezuma se emparentaron con los Guerau. La princesa Isabel de Moctezuma se casó con Pere de Guerau, barón de Bar, y se trasladó a vivir a Cataluña, a la baronía que tenía este noble catalán. Bien poco es lo que sabemos de ellos. La princesa Isabel murió en 1550 y esta rama familiar se extinguió en 1775.

Sin embargo, María de Moctezuma se casó con Joan de Guerau i Ribó, barón de Toloríu. Vivieron en una casa llamada Mas Vima. Algunas fuentes aseguran que ella murió soltera, lo cual no es cierto. El 5 de mayo de 1536 nació Joan Pere de Toloríu i de Moctezuma. Fue bautizado en la Iglesia de Sant Jaume de Toloríu el 17 de mayo de ese año.

María de Moctezuma testamentó el 7 de noviembre de 1536, según certifica el notario Manuel Pallás de Torrents, murió en Toloríu el 10 de enero de 1537 y fue sepultada en la Iglesia de Sant Jaume, bajo el altar mayor. Atendiendo a su origen fue enterrada con sus pertenencias. Allí colocaron una lápida que rezaba así:

«Aquí yace la princesa María de Moctezuma Miaguachuchil, hija del emperador Diego I Moctezuma de México, mujer del honorable Juan Grau, que Dios perdone, e finó diez días andado de enero era mil e quinientos e treinta y siete»

Emperadores de México

Con el paso de los años se tejió la leyenda que la princesa había sido enterrada con el tesoro que los aztecas trajeron a España. Esto se entremezcló con el hecho de que, al parecer, María reclamó para ella y sus descendientes los derechos a la corona azteca. Durante doce generaciones los Guerau-Moctezuma han reclamado sus privilegios como emperadores de México.

El más disparatado de todos es el último, llamado Guillermo de Guerau-Moctezuma i Rifé, que se hacía llamar Guillermo III. No solo reclamaba sus derechos dinásticos sobre México, sino que en 1968 consiguió que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos lo considerara soberano en el exilio.

El documento sirve de muy poco, pero él se encargó de reivindicarlo para sus propósitos personales. Estaba afincado en Andorra y, según explicaba a aquellos que le querían oír, tenía abiertas embajadas en Bel Air, Texas y París. Además era el Gran Maestre de la Orden de la Corona Azteca en Francia.

En 1934, un grupo de alemanes compraron el Mas Vima para localizar el tesoro oculto de los aztecas. No encontraron nada. Unos masoveros de la finca encontraron dos monedas de oro de los siglos XVI y XVII. Antes de estallar la guerra civil, en 1936, la tumba de María de Moctezuma fue saqueada y destruida. Los vándalos tampoco localizaron el tesoro azteca.

Guillermo III mandó colocar una placa en la Iglesia de Sant Jaume de Toloríu, que aún puede verse, que reza así: «Le chapitre des chevaliers de l’Ordre de la couronne aztèque de France a la mémoire de S.A.I. Princesse Xipaguazin Moctezuma épouse du noble Juan de Grau Baron de Toloriu décédée en l’an 1537. Chevalier L. Vilar Pradal de Mir. 1963». El nombre que aparece al final es uno de los muchos heterónomos que utilizó Guillermo III a lo largo de su vida.