Antonio Cañizares se despide como Arzobispo de Valencia: «Dios tiene que estar en el centro de todo»

El Cardenal Antonio Cañizares ha oficiado su última eucaristía como Arzobispo de Valencia, después de estar ocho años en la archidiócesis.

En una misa celebrada en la Catedral de la capital levantina, Cañizares se ha despedido agradeciendo en el «alma» el trabajo y la compañía de quienes han estado a su lado en estos «años intensos».

En este sentido, el Cardenal ha destacado que cierra esta etapa coincidiendo con el comienzo del Adviento, un tiempo «de solidaridad y esperanza»

En el inicio de la celebración, un sacerdote ha tomado la palabra para repasar la trayectoria de Cañizares, así como su manera de transmitir la palabra de Dios: «Nada humano le ha sido ajeno, pero nada divino ha estado ausente de su mirada y su misión espiritual», ha indicado el religioso.

Así, ha destacado que el Cardenal ha hecho «de la voluntad de Dios su santo y seña» y ha puesto en valor que durante su etapa como Arzobispo de Valencia ha actuado con «libertad para proclamar la Buena Nueva».

Consejo de Ratzinger

De este modo, ha valorado que Cañizares haya sabido transmitir «plenamente» la «grandeza de la obra de Dios» y ha deseado que el Señor «contribuya a que siga sirviendo a la Iglesia».

Durante su homilía, el Cardenal ha recordado que cuando fue designado Arzobispo de Ávila, Joseph Ratzinger le comentó que iba a una tierra con dos santos destacados como San Juan y Santa Teresa y le conminó a seguir sus pasos.

Por tanto, tras pedir «perdón» por los «errores» que hubiera podido cometer en el ejercicio de su labor, Cañizares ha señalado que su máxima ha sido y es la de «poner a Dios en el centro de todo».

Tras la Comunión, otro religioso ha realizado una breve intervención, en la que ha definido al Cardenal como una persona «con un corazón rebosante de humildad y emoción».

También le ha agradecido su trabajo a la hora de llevar a cabo la «hermosa lección de buscar, hallar y amar a Dios en todas partes», que es el relato «más hermoso»: «Las cosas del mundo se diluyen con el tiempo, pero Dios siempre está y camina con nosotros»

Tras estas palabras, los cientos de asistentes a la eucaristía han despedido al Arzobispo de Valencia con un sonoro y largo aplauso puestos en pie.

Antes de la eucaristía, Cañizares ha acudido a la Basílica de la Virgen de los Desamparados, a escasos metros de la Catedral, donde ha firmado en el libro de oro, ha besado la mano de la Virgen y ha cantado el himno de la Coronación.

El Cardenal Antonio Cañizares nació en Utiel (Valencia) en 1945. Miembro de la Real Academia de la Historia, desde 2014 ha sido Arzobispo de Valencia, responsabilidad que ha compatibilizado con la de ser prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

Anteriormente, ha sido Arzobispo de Toledo (2002-2008), de Granada (1996-2002) y de Ávila, entre 1992 y 1996. Además, ha sido vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en dos etapas distintas, de 2005 a 2008 y de desde 2017 a 2020.

Académicamente, Cañizares obtuvo el Bachiller en Filosofía en 1964 en el Seminario Conciliar de Valencia. Cuatro años más tarde, en 1968, se trasladó a la Universidad de Salamanca, donde se licenció en Teología.

En 1971 se doctoró en Teología por la misma Universidad por sus estudios realizados en la especialidad de Catequesis.

El sucesor de Cañizares es Enrique Benavent, hasta la fecha Arzobispo de Tortosa y quien, en una misa simultánea con la del Cardenal, también se ha despedido de su diócesis.