Carlos Mazón y Ximo Puig se saludan.

Carlos Mazón y Ximo Puig se saludanEFE

Comunidad Valenciana  Alicante marca la agenda de los candidatos en la Comunidad Valenciana

Asuntos como el trasvase Tajo-Segura o los Presupuestos Generales del Estado han puesto a la provincia en el centro del debate político en la región

Las elecciones autonómicas que, presumiblemente, se celebrarán en el mes de mayo de 2023, en la Comunidad Valenciana se prevén tan igualadas que casi literalmente se podría decir aquello de que quien gobierne lo hará por un puñado de votos.

Ante este escenario de empate técnico entre el bloque de centro-derecha, con Partido Popular y Vox, y las fuerzas que sustentan el tripartito, PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem, los temas que están generando las principales fricciones políticas giran en torno a la provincia de Alicante.

Esta tradicionalmente ha sido la circunscripción que ha determinado el gobierno de un color u otro cuando los resultados de las otras dos provincias regionales eran muy ajustados. En poco más de seis meses, si las encuestas aciertan, podría volver a ser decisiva y, por ello, no es casual la relevancia mediática que ha adquirido en las últimas semanas.

Primeramente, cabe recordar que el presidente del PP en la Comunidad Valenciana y candidato a presidir la Generalitat, Carlos Mazón, también lo es de la Diputación de Alicante.

De este modo, el líder regional de los populares contrasta la gestión llevada a cabo por Ximo Puig con la suya al frente del organismo provincial. Así lo ha hecho, por ejemplo, en materia fiscal y de ayudas a las clases medias, donde presume de labor económica y efectividad frente a la bajada de impuestos anunciada por el socialista que, según su formación, únicamente supondrá un ahorro de cinco euros al mes a cada valenciano.

El trasvase Tajo-Segura, tema capital

Por tanto, el hecho de que Mazón sea el presidente de la Diputación de Alicante y que esa sea su hoja de servicios como gobernante ha hecho que tanto la institución como la provincia adquieran una relevancia mayor frente a otras ocasiones.

Por otra parte, Alicante también ha sido noticia –junto a la Región de Murcia– porque el levante español va a sufrir un recorte en el trasvase de agua entre los ríos Tajo y Segura tras la decisión del Ministerio para la Transición Ecológica de aumentar el caudal del río de cabecera.

Dando un paso al frente y asumiendo en primera persona las reivindicaciones de los agricultores y regantes de la zona, Mazón ha construido una alianza estratégica con el presidente murciano, Fernando López Miras. El objetivo es llevar a cabo todas las acciones pertinentes, tanto políticas como sociales y judiciales si fuese pertinente, en contra de la decisión del Gobierno central referente al trasvase.

Esta actitud combativa contrasta con la reacción plana de Puig, que califica como «un buen acuerdo» lo que Mazón define como «un gran engaño».

Así, el trasvase Tajo-Segura ha reforzado esa posición mediática de fuerza que está adquiriendo la provincia de Alicante últimamente, ya que está siendo –y todo apunta a que seguirá siéndolo– uno de los temas que han copado tanto las tertulias en los medios de comunicación como la bronca política en las Cortes Valencianas.

Asimismo, a la par que el Gobierno daba un estacazo que puede ser definitivo al trasvase Tajo-Segura, aprobaba definitivamente en el Congreso de los Diputados los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

Más allá de las habituales concesiones a aliados de Pedro Sánchez como el PNV, Esquerra Republicana de Cataluña o Bildu, en la Comunidad Valenciana estas cuentas públicas serán recordadas por ser las que ponen a Alicante como la provincia que menos inversión de la Administración central recibirá en 2023.

Ante esta situación, se vuelven a dar las mismas actitudes de los líderes valencianos que con el asunto del trasvase. Mientras Puig se ha limitado a señalar que los PGE para la provincia son «manifiestamente insuficientes», por lo que no podía «estar de acuerdo», ninguno de los cuatro diputados socialistas por Alicante en el Congreso se atrevió a romper la disciplina de voto.

Por el contrario, al igual que con el tema del agua, Mazón ha capitalizado el descontento general por las inversiones previstas por el Gobierno para la provincia y lo ha hecho trasversalmente, sumando apoyos tanto de empresarios como de la sociedad civil.

Otro asunto en que Alicante ha centrado las críticas al Gobierno central ha sido que el Ejecutivo no haya elegido, dentro de su estrategia de descentralización, a la capital alicantina como se de la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial, que fue a parar a La Coruña, ni a la localidad de Elche para albergar la Agencia Espacial, con destino Sevilla.

De nuevo, los focos puestos sobre la misma provincia, ya que el Partido Popular reprocha a Puig que «no pinta nada» en el ámbito nacional de la política y que por ello estas dos «oportunidades importantísimas» han pasado «de largo».

Esfuerzos por la alcaldía de Alicante

Por último, tanto Mazón como Puig son pleno conocedores del papel que juega el municipalismo si se quiere conseguir –o mantener– la presidencia regional. Así, la alcaldía de Alicante se concibe en los cuarteles generales de los dos principales partidos como una verdadera joya.

El bastón de mando está en manos del popular Luis Barcala, que tiene todos los sondeos de cara para continuar como alcalde cuatro años más, con una ventaja que le acercaría a poder gobernar en solitario. Alicante es, sin duda, la plaza más 'segura' para los intereses del PP en comparación con Valencia y Castellón.

Sin embargo, la victoria no sería un camino de rosas para Barcala, ya que enfrente tendrá a la exconsejera de Sanidad y actual portavoz socialista en las Cortes Valencianas, Ana Barceló. Puig sabe a la perfección la importancia de conseguir la alcaldía alicantina fruto de la movilización de sus fieles en la provincia, por ello no ha dudado en 'sacrificar' a su síndica en la Cámara autonómica para que sea la extensión del tripartito en el Ayuntamiento de Alicante.

Mazón asegura que sin la provincia de Alicante «no hay futuro para la Comunidad Valenciana». Con unos pronósticos como los que prevén las encuestas, tampoco parece que sin ella pueda haber presidencia de la Generalitat.

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