Comunidad Valenciana Oltra abandonó la defensa de una mujer atropellada por su exnovio: «Me dejó tirada y quiso cobrarme»
Cuando era abogada, la exvicepresidenta valenciana no dio señales de vida en las numerosas ocasiones que la víctima de violencia de género intentó localizarle
El 21 de octubre de 2021, la por aquél entonces vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, Mónica Oltra, clausuraba el I Congreso de Mujeres de Castellón.
En el acto, la dirigente de Compromís hizo numerosos alegatos a favor del feminismo y arengó a las mujeres a defenderlo y formar parte de él.
Una de sus frases fue que si algo define «socialmente a las mujeres, es la capacidad de hacer pueblo, de crear vínculos familiares, vecinales, de cooperación y de apoyo mutuo, de crear 'matria'».
Seguidamente, aseguró que ese trabajo en red, que perdura en la «socialización como mujeres», es la esencia «de cualquier sociedad, que a lo largo de los siglos tiene como base ese apoyo mutuo que está en la esencia del feminismo».
Recibo hecho a mano y sin sello
Sin embargo, parece ser que la retórica empleada por Oltra –su principal instrumento para alcanzar el poder- no va acompasada con los hechos. No ya políticamente hablando, puesto que está investigada por haber encubierto, presuntamente, los casos de abusos sexuales de su exmarido a una menor de catorce años cuya tutela tenía encomendada; sino también en su época como abogada.
El Debate ha tenido acceso al testimonio de una mujer que fue víctima de un caso de violencia de género y a la que Oltra, que era su abogada, dejó «tirada» casi desde el minuto uno.
Según relata la fuente, en el mes de diciembre de 2007, visitó por primera vez a la letrada en el despacho Linke Jurídic donde trabajaba para que iniciase «el proceso de medidas provisionales» en relación a su hija, ya que no estaba casa con su pareja.
En ese mismo momento, Oltra le pidió que le ingresara la cantidad de «trescientos euros» para lo que la chica le había solicitado, aspecto que llevó a cabo.
Pocas semanas después, ya en enero de 2008, la futura vicepresidenta autonómica procede de la misma manera con «otro ingreso de 420 euros» pero, en esta ocasión, «como provisión de fondos para la procuradora para comenzar la causa en el Juzgado». La joven, de nuevo, procede a pagar a Oltra.
Al respecto, llama poderosamente la atención el recibo que le da: un folio mal doblado, escrito a boli, con un garabato a modo firma y sin rastro alguno de sello. Además, indica «procedimiento de divorcio de mutuo acuerdo», cuando no estaban casados.
Sin embargo, relata que desde ese preciso instante hasta meses después la clienta no tiene «noticias» sobre su abogada.
Todo se tuerce cuando en mayo de 2008 la expareja de la mujer le atropella en presencia de la hija que tenían en común, causándole, tal como relata la hoja de Urgencias del momento, una «contusión en el codo derecho y una contractura muscular en espalda y cuello» y especifica que es por «violencia de género».
«Sin abogada» antes del juicio
A raíz de esta agresión, la víctima abre una causa judicial contra él hombre el 18 de mayo. Ante ello, y con un juicio rápido por ello programado, la chica se ve «sin abogada», ya que no tiene noticia alguna de Oltra: «No sé dónde está, no aparece y no consigo contactar con ella tampoco en las siguientes dos semanas», lamenta.
Aún así, el testimonio sigue insistiendo, «pero no hay manera» de dar con la persona que, en teoría tendría que llevar su defensa. Para intentar remediarlo y acudir asistida a la vista, la Justicia le pone un abogado de oficio.
Sin embargo, al trabajar en aquélla época en un despacho de abogados, sus compañeros le proporcionan una letrada porque, según explica, «no consideran normal que tenga uno de oficio para un caso de violencia de género». Lo hacen debido a que la fuente les comenta que tiene una abogada «que se llama Mónica Oltra», pero con la que no consigue contactar y no sabe «qué ha pasado».
Así pues, acude al juicio por el atropello con la letrada de su trabajo y al finalizar, consigue una orden de alejamiento de doscientos metros, así como la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio.
No obstante, casualmente es «desde ese momento» cuando Oltra vuelve a dar señales de vida y le empieza a solicitar a la chica que le pague lo que, en caso de haber concluido su trabajo, le faltaría por abonar «para liquidar el presupuesto» que le había dado.
De este modo, la mujer le contesta que no iba a pagarle ninguna cantidad de dinero porque, lejos de haber terminado el proceso, «solo lo había iniciado» con la formalización del documento de apoderamiento apud acta.
En un primer momento, las reclamaciones de Oltra son «vía telefónica», pero más adelante «lo hace más formal, con una carta». Concretamente, el texto de la misma -esta vez ya con sello y logotipo-, fechada a día 29 de julio de 2008, era el siguiente:
«Apreciada clienta: Adjunto le remitimos la minuta por los servicios prestados de este despacho profesional. Para abonar los honorarios, al pie de la misma encontrará una cuenta corriente del Banco de Valencia donde puede ejecutar el pago. Le rogamos que especifique al hacer el ingreso o transferencia su nombre y apellidos para no dar lugar a confusión. Esperamos que nuestro trabajo haya sido de su satisfacción y nos elija nuevamente en el futuro. Atentamente, Mónica Oltra Jarque. Linke Jurídic».
Naturalmente, el estupor de la fuente al recibir semejante misiva fue mayúsculo, más aún cuando habla de «satisfacción» con los servicios prestados.
En total, la minuta que adjuntaba la carta ascendía a 599,22 euros, cantidad nada desdeñable para no haber terminado las tareas encomendadas.
Al igual que en las anteriores veces, la chica señala que «por supuesto» no le pagó: «No es normal que me deje tirada, que no me avise, que no sepa dónde está y que no tenga abogada para un juicio por violencia de género. Me sentí muy abandonada por ella», asegura dolida.
Para colmo, la joven critica que «encima pidiese el dinero por algo que no ha hecho»: «Ni me asistió ni terminó lo que le solicité», concluye el testimonio.