Ximo Puig en el Palau de la Generalitat

Ximo Puig en el Palau de la GeneralitatEuropa Press

Comunidad Valenciana  Las elecciones y los casos Oltra y Azud, claves de la política valenciana en 2023

El PP aspira a recuperar la Generalitat tras ocho años mientras el PSPV-PSOE y Compromís afrontan causas judiciales de exdirigentes de ambos partidos

Si el año que termina ha sido realmente intenso en la política valenciana, 2023 promete ser de los más emocionantes de los últimos tiempos.

Se cierra un año marcado por las tensiones internas en múltiples focos en el seno del tripartito, donde Compromís está viviendo una crisis sin precedentes a raíz de la dimisión de la otrora vicepresidenta Mónica Oltra. También, doce meses en los que la sombra de la corrupción acecha sobre los socialistas valencianos, a quienes quiere desalojar del poder el Partido Popular de Carlos Mazón el 28 de mayo.

Precisamente, esas tres patas, elecciones locales y autonómicas y los casos Oltra y Azud serán los grandes protagonistas de un año nuevo que no va a dar tegua en lo político.

La fecha ineludible es el cuarto domingo de mayo, cuando las urnas se abrirán para elegir a los concejales de todos los municipios de la Comunidad y a los 99 diputados autonómicos que configurarán las Cortes autonómicas la próxima legislatura.

Son estos unos comicios que se prevén en la mayoría de las grandes plazas igualados hasta el último momento. En clave regional, los sondeos pronostican un empate técnico entre el actual tripartito de PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem frente al bloque de centro-derecha de PP y Vox.

Sánchez se la juega en la Comunidad

Puig sabe que tras no poder gobernar su formación en Cataluña pese a haber ganado, la mayoría absoluta de Juanma Moreno en Andalucía y las ínfimas opciones de conseguir el Gobierno de la Comunidad de Madrid frente a Isabel Díaz Ayuso, la Comunidad Valenciana es donde el presidente Pedro Sánchez tiene puestas todas las miradas.

Lo que no sea reeditar el Ejecutivo de izquierdas supondrá un fracaso en toda regla para un Puig que no atraviesa su mejor momento con su jefe de filas. Además, sería un mazazo moral de calado en La Moncloa, que vería seriamente dañadas las opciones de que Sánchez pudiera seguir al frente del Gobierno.

Frente al 'todo o nada' socialista, Carlos Mazón y el PP son conocedores de que la Región no es una plaza electoral más y que volver al poder tras ocho años de tripartito de izquierdas significaría rememorar los grandes años del partido.

Del mismo modo que Sánchez, el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, también mira a la Comunidad con la importancia política capital que tiene. Recuperar la Generalitat no es únicamente tener más poder territorial, sino un empuje más que notable a la hora de conseguir una inercia para alcanzar la presidencia del Gobierno.

Con un empate técnico previsto en las encuestas, cualquier aspecto, por insignificante que pudiese parecer, sería capaz de inclinar la balanza de un lado u otro. En contraposición a la gestión que defenderá Puig, Mazón intentará que la agenda la marquen temas como la bajada de impuestos, el fin del adoctrinamiento independentista, la defensa del trasvase Tajo-Segura o el «ninguneo» de Sánchez hacia la Comunidad con el beneplácito de su presidente.

Carlos Mazón y Ximo Puig se saludan.

El duelo entre Puig y Mazón se prevé igualado hasta el último momento.EFE

En las tres capitales, la igualdad es máxima en dos de ellas. Así, la popular María José Catalá busca un último empujón para ser la próxima alcaldesa de Valencia –con un hipotético acuerdo con Vox-. De ser así, el dirigente de Compromís Joan Ribó dejaría de ser el primer edil después de ocho años enlazando polémica tras polémica en aspectos como el modelo de ciudad, la suciedad generalizada o su propensión a subvencionar el pancatalanismo con dinero público.

En esta línea, el mismo escenario se puede dar en el Consistorio de Castellón, mientras que en Alicante Luis Barcala tiene muchos números para seguir siendo alcalde por el PP.

Antes de la cita con las urnas habrá dos acontecimientos también relevantes desde el punto de vista político. Por una parte, tras no pocas semanas de nervios dentro de Compromís, a principios de año la coalición nacionalista celebrará sus primarias.

De ahí saldrá el actual diputado en el Congreso, Joan Baldoví, como candidato a la presidencia de la Generalitat. De este modo sucederá a Oltra, que renunció a todos sus cargos orgánicos e institucionales tras ser investigada por, presuntamente, haber encubierto los abusos sexuales de su marido a una menor de catorce años tutelada por su Consejería.

Por su parte, el cisma en el que está inmerso Ciudadanos tendrá su versión valenciana. Tras el congreso para su refundación a nivel nacional que enfrentará a Inés Arrimadas y Edmundo Bal, el partido 'naranja' tendrá que elegir a sus candidatos para las diferentes contiendas electorales.

Todas las encuestas coinciden en afirmar que no obtendría representación en las Cortes Valencianas ni en ninguno de los tres principales ayuntamientos.

La instrucción del caso Oltra, hasta abril

En el terreno judicial, 2023 también apunta a que va ser movido. En el mes de abril, el magistrado instructor del Juzgado número 15 de Valencia, Vicente Ríos, dará por finalizada la investigación de la causa judicial en que Oltra está imputada.

Tras ese paso, el juez decidirá si le quita la condición de investigada a la que fue 'número dos' del Gobierno autonómico o si, por el contrario, continua y procesa a la exdirigente de Compromís.

Sin duda, el caso Oltra será uno de los principales temas sobre los que girará la campaña electoral. También lo será, naturalmente, todo lo que por el momento se conoce del caso 'Azud', así como las informaciones que vayan haciéndose públicas en los meses que restan hasta que los valencianos emitan su voto.

Si una trama de corrupción siempre es un lastre para un partido político, aún lo es más para una formación como el PSPV-PSOE, que enarboló la bandera de la transparencia en la última legislatura del PP y alcanzó la presidencia de la Generalitat presentándose como árbitro de la limpieza y azote de la corrupción.

Las acusaciones a los socialistas valencianos de cobrar presuntamente mordidas y sobornos a cambio de adjudicaciones de obras públicas, así como las sospechas de haber financiado, supuestamente, dos campañas electorales con dinero negro van a suponer el principal escollo al que Puig tendrá que hacer frente.

Tal como viene publicando El Debate, el extesorero del PSPV-PSOE, José María Cataluña, estaría, según la Fiscalía Anticorrupción, en el centro de una trama con el objetivo de financiar de manera ilegal a su formación. De hecho, una de las obras cuya legalidad cuestiona la Guardia Civil es la que hace referencia a uno de los tramos del trasvase Júcar-Vinalopó, llevada a cabo por el Ministerio de Medio Ambiente en 2007, en manos de la hoy presidenta del PSOE, Cristina Narbona.

La investigación judicial sigue su curso, por lo que es de esperar que a lo largo que avance se vayan conociendo más datos sobre un caso que puede hacer temblar los cimientos del socialismo valenciano y afectaría de lleno al PSOE nacional y al propio Pedro Sánchez con las generales a final de año.

A todo esto cabe unirle otro caso en los Juzgados, el que mantiene imputado al hermano de Puig por el supuesto cobro ilegal de subvenciones a cargo de distintas administraciones, entre ellas, la valenciana.

Por tanto, después de la tregua navideña, la actualidad valenciana va a ir produciéndose a un ritmo vertiginoso con unas elecciones como acontecimiento clave, pero con muchas aristas a su alrededor, todas ellas de enorme relevancia.

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