Comunidad Valenciana Ribó pincha en las calles de Valencia con su cabalgata ideológica de las Magas Republicanas
El evento promovido por el alcalde, con una clara intención política, vuelve a congregar solo a los simpatizantes de Compromís
La originalidad en política conlleva cierta asunción de riesgos. Si no, que le pregunten al alcalde de Valencia, Joan Ribó.
Dentro de su hoja de ruta en contra de las tradiciones y de la religión católica, el dirigente de Compromís ha vuelto a celebrar la cabalgata de las Magas Republicanas.
Sin embargo, el resultado no ha estado a la altura que el propio regidor se había impuesto, ya que el desfile lo han seguido apenas unos pocos miles de valencianos. Lejos de la masiva movilización que la Cabalgata de los Reyes Magos provoca, el invento de Ribó queda muy lejos de ser tomado como una costumbre local.
Para ser honestos, el alcalde valenciano no es que haya innovado a la hora de celebrar este evento. Más bien, lo que hace es escudarse en un acto que tan solo se hizo en 1937.
Ensalzar a Stalin
El motivo, a priori, era que los niños de la época se alejasen de la Guerra Civil. Sin embargo, lo cierto y verdad es que fue un instrumento más de propaganda al servicio del bando republicano, ya que sirvió para hacer loas y ensalzar las figuras de Largo Caballero, Manuel Azaña o Iósif Stalin.
En esta ocasión, hasta la plaza del Ayuntamiento no ha acudido la multitud de ciudadanos que Ribó esperaba. A pesar de ello, las Magas Republicanas, que se hacen llamar Libertad, Igualdad y Fraternidad-Sororidad, han completado el recorrido.
Lo han hecho a través de la asociación independentista El Micalet, a la que el alcalde levantino acostumbra a regar con numerosas y cuantiosas subvenciones públicas. Esa postura contrasta llamativamente con la que el nacionalista adoptó con la Cabalgata de los Reyes Magos, cuando prohibió de manera sorpresiva y a última hora la participación de empresas privadas.
Al ritmo de las batukadas características de los eventos de la izquierda, las Magas Republicanas han pronunciado sus discursos, que este año versaban sobre el cambio climático, asunto sobre el que los niños de pocos años están incuestionablemente comprometidos.
Buena muestra del carácter ideológico de este evento ha sido que ni las Magas, ni el alcalde, ni ninguno de los presentadores del acto han utilizado la expresión Comunidad Valenciana. Por contra, se han referido a la región con la forma de «País Valencià», signo inconfundible de la izquierda y el nacionalismo.
Otro es que, tal como ha señalado el ambientador de la cabalgata, las diferentes asociaciones –entre ellas Escola Valenciana, otra entidad independentista beneficiada por la política catalanista de Ribó– han cantado «canciones tradicionales desde un punto de vista feminista».
Aunque el primer edil levantino no ha tomado la palabra –en 2016 lo hizo para mentar el franquismo–, el nivel de oratoria mostrado por las anfitrionas ha sido más que destacable por su escasez.
Sirva como ejemplo que la Maga Fraternidad-Sororidad ha comenzado su intervención con la siguiente frase: «Holaaaaaa. ¿Cómo estamooooos? Yuhuuuuu».
En general, los ‘discursos’ de las tres se han caracterizado por estar vacíos de todo contenido y por utilizar expresiones simples como «viva la libertad» o «viva la infancia».
Toda la cabalgata, que ha durado más de dos horas, se ha desarrollado en valenciano, sin usar el castellano en ningún momento.
Asimismo, ha tenido una pomposidad y solemnidad que choca de frente con la de los Reyes Magos, cuando suele verse a un Joan Ribó forzado y a la que acude a regañadientes.
A pesar de que, en teoría, era un evento dirigido a los niños, los hechos han vuelto a demostrar sus tintes ideológicos y partidistas, ya que la inmensa mayoría de los asistentes han sido adultos y simpatizantes de los postulados de izquierdas.