La vicepresidenta Segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, charla con el diputado de Compromís, Joan Baldoví.

La vicepresidenta Segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, charla con el diputado de Compromís, Joan Baldoví.EP

Elecciones 28-M  La presencia en campaña de Yolanda Díaz aumenta la tensión entre Compromís y Unidas Podemos

Ambas formaciones pretenden contar con la vicepresidenta segunda en sus mítines de cara al 28 de mayo, pero ella sigue sin confirmar si pedirá el voto para alguna de ellas

Yolanda Díaz es el personaje político del momento. La vicepresidenta segunda del Gobierno lleva semanas acaparando titulares, telediarios y minutos en las tertulias. Primeramente, fue protagonista por el interés que suscitaba la fecha en que iba a presentar su proyecto en solitario, Sumar.

Después, siguió en el candelero mediático durante toda la semana del 27 de marzo, que culminó el Domingo de Ramos con la puesta en escena de su iniciativa. Durante este tiempo, se ha mantenido activa en los medios de comunicación por su enfrentamiento con Unidas Podemos (UP), a quien ha llamado a unirse a Sumar.

Finalmente, en los últimos días, las noticias sobre Díaz giran en torno a una entrevista que concedió a La Sexta y en la que soltó perlas como que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han tenido comportamientos machistas o que ella hubiese cesado a Fernando Grande-Marlaska por los incidentes en la valla de Melilla.

Con toda esa notoriedad como base, las empresas demoscópicas ya se afanan en realizar encuestas acerca de cara a saber qué impacto electoral tendría Sumar en los próximos comicios generales de finales de este mismo año.

Así, los primeros promedios sitúan a Yolanda Díaz en torno a los veintidós escaños, mientras que sus hasta ahora compañeros de Unidas Podemos, con Ione Belarra, apenas lograrían diez representantes.

Sumar no estará el 28-M

Con este panorama como telón de fondo, no resulta extraño que, puesto que la plataforma de la ministra de Trabajo no concurre a las elecciones locales y autonómicas del 28 de mayo, las formaciones que sí se presentan quieran contar con la gallega en sus distintos actos de la campaña.

A nivel nacional, la 'número tres' del Gobierno no ha confirmado todavía si participará en mítines de la coalición por la que concurrió a las elecciones, algo que sus dirigentes ya le han pedido abiertamente y cuya negativa a contestar no les está sentando nada bien.

En la Comunidad Valenciana, este escenario cuenta con un actor extra, que es Compromís. La presencia de los nacionalistas, en realidad, supone poner a Díaz entre la espada y la pared, ya que de facto le obliga a elegir, posicionarse y mostrar sus preferencias concretas, algo que astutamente suele evitar a toda costa y en todos los asuntos polémicos.

Mientras tanto, el candidato de la coalición a la presidencia de la Generalitat, Joan Baldoví, nunca ha escondido que, si por él fuera, la vicepresidenta estaría presente en la campaña. Ambos tienen una muy buena relación, forjada a golpe de una ideología común y enraizada en el Congreso de los Diputados.

Sin embargo, la bronca entre Sumar y Unidas Podemos, así como la indecisión de Díaz ha ido enfriando esa opción en los últimos días. Para intentar quitarle hierro al tema, el nacionalista insiste en que la visita de la ministra «no es una prioridad» porque de lo que se trata el 28 de mayo es de unos comicios de carácter regional.

En la coalición saben que si se dedican a disputarse a Díaz como una mercancía electoral con UP, el efecto en la opinión pública puede ser adverso, produciendo una desmovilización de parte de la izquierda ante una cita con máxima igualdad y en la que una baja participación de su electorado sería letal para sus aspiraciones.

Frente a esa postura de dejar que pase el tiempo y ya se verá si participa o no, son los comunistas de Unidas Podemos los que no se bajan del carro e insisten por activa y por pasiva en que Díaz ha de hacer campaña por ellos, aumentando la tensión con Compromís.

De hecho, la coordinadora de Esquerra Unida –integrada en los morados–, Rosa Pérez, asegura que no sería «comprensible» que pidiera el voto explícitamente para los de Baldoví.

La vicepresidente Segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y Joan Baldoví dialoga en el Congreso de los Diputados.

La vicepresidente Segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y Joan Baldoví dialoga en el Congreso de los Diputados.EUROPA PRESS

Algo más diplomático se muestra el vicepresidente segundo de la Generalitat Valenciana, Héctor Illueca. Según el dirigente, su partido aspira a recibir el apoyo de todos los referentes políticos dentro de su espacio ideológico, es decir, a la izquierda del Partido Socialista.

En este sentido, hace hincapié en querer contar con Díaz, pero también con Pablo Iglesias. Este hecho resulta francamente difícil de compatibilizar, ya que el binomio Díaz-Iglesias hace tiempo que se hizo añicos y los reproches y ataques entre ambos lejos de templarse, se recrudecen según la gallega gana protagonismo nacional e Irene Montero y Ione Belarra están totalmente aisladas en el seno del Consejo de Ministros.

En aras de posicionarse como la opción más cercana a los postulados de la gallega, el propio Illueca aseveró tras alcanzar un acuerdo con Alianza Verde y Los Verdes que su partido es el que verdaderamente «ha sumado en la Comunidad Valenciana».

A tenor de las encuestas, es Unidas Podemos quien más necesitado estaría a la hora de contar con un personaje de talla que les sirva para remontar en los sondeos. Actualmente, la candidatura de Illueca tendría aproximadamente el 6 % de los apoyos el 28 de mayo, muy cerca de rebasar por debajo el umbral del 5 % que les dejaría fuera de las Cortes regionales.

Por tanto, el tono de voz que emplea Díaz marcadamente buenista y casi naíf poco tiene que ver con las formas que utilizan en la Comunidad aquellos que quieren contar con ella. Unos y otros tensan la cuerda hacia su lado. Falta por ver si alguno de ellos se la lleva finalmente a su campo o si es la misma vicepresidenta la que la corta y decide no apoyar a nadie en la región.

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