Imagen de operarios en Valencia trabajando un sábado a caso treinta grados a las cuatro de la tarde.

Imagen de operarios en Valencia trabajando un sábado a caso treinta grados a las cuatro de la tarde.C.L.

Elecciones 28-M  Ribó, de defender la jornada de 4 días en Valencia a hacer trabajar a obreros en sábado de cara al 28-M

Las malas encuestas que le sacan de la alcaldía llevan al de Compromís a una nueva incoherencia a pesar de ser uno de los más firmes defensores de la reducción de jornada semanal

Hablar de Joan Ribó es hablar de la quintaesencia de la incoherencia. Solo a él se le ocurre, por ejemplo, prometer en campaña electoral que va a construir 2.000 plazas de aparcamiento cuando en sus ocho años de gobierno ha eliminado más de 10.000. También él es el único que tiene el atrevimiento de de prometer una Valencia más verde a pesar de haber quitado miles de árboles y haber convertido muchos emplazamientos en un sinfín de cemento.

En esta línea y en la seguida por otros líderes de la denominada izquierda woke, el regidor levantino se sumó con entusiasmo a la iniciativa de implantar la jornada laboral de cuatro días por semana. De hecho, hizo una suerte de experimento al respecto. Tras Semana Santa, aprovechó que el Lunes de Pascua era festivo es Valencia para sumarlo al de San Vicente -siguiente lunes- y al 1 de mayo. Tan solo estaba el 24 de abril, por lo que el Ayuntamiento lo puso festivo y así cumplir los sueños ideológicos del dirigente de Compromís.

Lo hizo echándose de nuevo en contra al mundo fallero, que le reprochó semejante idea y no haber dado fiesta el 20 de marzo tras la Cremà de las Fallas, cuando los vecinos vuelven a sus casas bien entrada la madrugada y después de casi una semana de fiesta.

A 30 grados y las 4 de la tarde

Sin embargo, Ribó ha vuelto a caer en su propia trampa y de ello ha sido testigo directo El Debate. Este mismo sábado desde las ocho de la mañana varios obreros han estado trabajando en una obras en la zona de Pérez Galdós con el cruce con la Avenida de Cid, en el ensanche de la ciudad. Durante toda la mañana los trabajos se han realizado sin interrupción. Por ello, el redactor que escribe se ha acercado allí a preguntar.

Han sido los propios obreros los que han indicado que se encontraban haciendo trabajos «de aguas». Ante semejante queja, al operario se le ha cuestionado sobre si esas labores no se pueden hacer entre semana y si, en su opinión, obedecían a otros motivos, eminentemente electorales.

Su respuesta, aunque sin comentarlo explícitamente, no ha podido ser más evidente: «¿Tú qué crees, hay que dejarlo todo limpio y aquí estamos, no hay otra».

Obras durante un sábado en Valencia.

Obras durante un sábado en Valencia.C.L.

Lo descrito no deja de ser curioso. Mientras Joan Ribó va este fin de semana de barrio en barrio para proclamar a los cuatro vientos que no se debe trabajar más de cuatro días, tiene a sus empleados -públicos o de subcontratas municipales- ganándose los cuartos un sábado a casi treinta grados y a las cuatro de la tarde.

Igualmente, se traslada de mitin a mitin en coche oficial. Por tanto, nada queda de ese comunista ecologista que entró en bicicleta en su primer día como alcalde de Valencia. En sus intervenciones insiste en que hay que repartir la riqueza y demás mantras de la izquierda. En cambio, los obreros en fin de semana están muy alejados del paraíso terrenal prometido falsamente por Ribó.

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