El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a Ximo Puig y la vicealcaldesa de Valencia, Sandra Gómez, en un mitin en Valencia.

Pedro Sánchez, junto a Ximo Puig y la vicealcaldesa de Valencia, Sandra Gómez, en un mitin en Valencia.ROBER SOLSONA / EUROPA PRESS

Elecciones 28-M  El balance valenciano de Sánchez en campaña: mucho autobombo y ni palabra sobre financiación o el Tajo-Segura

El presidente del Gobierno ha utilizado sus cuatro viajes en un mes a la Comunidad para lanzar anuncios electorales propios, ignorando los problemas y reivindicaciones de la región

Una de las tareas en las que se está afanando el Partido Socialista en esta campaña electoral que ya casi toca a su fin es asegurar que el 28 de mayo se tiene que votar en clave autonómica y municipal y no pensando en ámbito nacional. Ese mensaje es el primero del argumentario de la formación, que repiten sus dirigentes hasta la saciedad cada vez que tienen oportunidad de ello.

Paradójicamente, quien menos se ciñe a esa directriz es el propio secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que poco menos que ningunea a sus candidatos regionales y locales en los mítines en los que participan junto a él. Allá donde acude tan solo habla de la gestión o aspiraciones de sus compañeros durante unos segundos y el resto del tiempo -sus discursos suelen durar media hora aproximadamente- lo dedica a presumir de la gestión del Gobierno central y a anunciar qué medidas aprobará el Consejo de Ministros a los pocos días.

En el caso de la Comunidad Valenciana, ni siquiera el más elemental cálculo electoral ante el contexto de máxima igualdad que pronostican las encuestas ha hecho posible que el jefe del Ejecutivo cambiase de rumbo y dejase a un lado un ego blindado y acorazado. A la región ha viajado hasta en cuatro ocasiones en el último mes y en todas ellas ha seguido el mismo guion antes descrito.

Anuncios propagandísticos

De hecho, fue en Valencia donde Sánchez comenzó la utilización del Consejo de Ministros como arma electoral, prometiendo por primera vez la construcción de miles de viviendas sociales. El «milagro del pan y los pisos», según palabras del presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, tuvo su origen en ese mitin, pero no fue el único en que el líder socialista roció autobombo en tierras valencianas.

A lo largo de sus otros actos, una semana la promesa recayó sobre la financiación gubernamental del Interrail español, mientras que este mismo sábado se comprometió a una partida presupuestaria de 580 millones de euros dedicada a la Atención Primaria en todo el país. En el único evento que no adelantó nada , se arrogó todos los méritos del acuerdo entre sindicatos y patronal para la subida salarial.

Cómo no, los focos y los aplausos siempre tienen el mismo destinatario: Pedro Sánchez. Por contra, frente a él, ha estado un Ximo Puig al que el presidente del Gobierno apenas le mencionaba a él ni ponía en valor su gestión al frente de la Generalitat, cuando es el valenciano el que realmente se juega la reelección –y quizás su futuro político– este próximo domingo.

Entre propaganda y propaganda, el líder socialista ha sido incapaz de decir qué van a hacer él y sus ministros por la Comunidad una vez pasen las elecciones del 28. No ha habido ni una sola promesa al respecto que, aunque fuera mínimamente, levantara el ánimo a Puig y sirviera para movilizar a un electorado de izquierdas que en cinco días puede ver cómo deja de gestionar la plaza más importante que tiene en España.

Es más, en las aproximadamente dos horas que ha hablado entre los cuatro eventos, no ha abordado en ningún momento los principales asuntos que tiene la región por resolver. De este modo, los valencianos acudirán a las urnas sin saber cuál es la hoja de ruta de Sánchez para cambiar el modelo de financiación autonómica y dejar de ser la región que menos fondos públicos recibe en base a su población y servicios que presta.

Este no es un problema que esté recogido en la agenda del Gobierno como prioritario a la hora de darle una solución. Muestra de ello es que allá por finales del mes de marzo el ya exdiputado y candidato de Compromís a la presidencia de la Generalitat, Joan Baldoví, le recriminó a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la tardanza en iniciar los trámites y la respuesta de esta fue la de que se tiene que «seguir trabajando». Nada más.

Pedro Sánchez y Ximo Puig, en un mitin del PSOE en Valencia.

Pedro Sánchez y Ximo Puig, en un mitin del PSOE en ValenciaPSOE

El líder de los socialistas tampoco ha tocado el tema del agua que, además, ha sido el que ha detonado de manera definitiva la ya erosionada relación que mantenía con Puig. No lo ha hecho en Castellón, ni en sus dos mítines en Valencia ni, quizás sea lo más polémico, en el de Alicante. Esta es la provincia valenciana afectada por el recorte del Gobierno al trasvase Tajo-Segura sin que obedezca a ninguna razón científica, medioambiental o de otra índole que no sea meramente política e ideológica.

La decisión de Sánchez auspiciada por la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha provocado que los agricultores de Alicante, Murcia y Almería convocaran diversas manifestaciones e incluso una concentración frente al palacio de la Moncloa para exigir ser escuchados y expresar su absoluto rechazo a un plan que condena a la denominada ‘huerta de Europa’ desde el inmediato plazo.

Los campesinos también han sido 'olvidados' por Sánchez a pesar de que el trasvase Tajo-Segura es uno de los temas que están marcando la campaña en la Comunidad Valenciana, ha tenido repercusión nacional y, en cambio, ha estado durante días hablando sobre Doñana y viajando allí de manera exprés. En Alicante, ni palabra ni soluciones.

Por tanto, este es el triste balance de la campaña de Sánchez en la región. Un presidente del Gobierno que, al igual que considera el Consejo de Ministros una extensión de sus propios intereses electorales, ha utilizado sus visitas a la Comunidad para intentar reflotar su maltrecha opinión entre los españoles a golpe de anuncio sin aportar nada al futuro de los más de cinco millones de valencianos a los que representa.

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