El sótano del hospital Clínico de Valencia, convertido en un «vertedero», tal como denuncia CSIFCSIF

Comunidad Valenciana  La gestión sanitaria de Ximo Puig deja un sistema colapsado, abandonado y sumido en el caos

El presidente valenciano en funciones obvia un sinfín de problemas como la suciedad en los centros, las listas de espera, las Urgencias saturadas o no haber planificado los refuerzos de personal para verano

La sanidad pública es uno de los aspectos sobre los que el presidente de la Generalitat Valenciana en funciones, Ximo Puig, ha construido su relato de que la Comunidad que deja está infinitamente mejor que la que heredó del Partido Popular en 2015. Tan orgulloso está de la gestión realizada, que en el mes de abril, en la precampaña de las elecciones autonómicas, el PSPV-PSOE organizó un acto monotemático sobre sanidad a escasos metros de donde el PP celebraba un mitin con Isabel Díaz Ayuso, a quien acusan de privatizar el sistema.

No obstante, cuando presume de ello, el socialista obvia aspectos tan importantes como que las Urgencias de muchos hospitales en la región siguen sufriendo un colapso sin precedentes, las listas de esperas superan récord tras récord o que la Atención Primaria no aguanta más en la actual situación. Tampoco se le conoce alusión alguna acerca de la huelga de médicos que durante tres días tuvo lugar.

Estas y otras cuestiones las denuncia el sindicato CSIF. Respecto a la congestión de Urgencias, uno de los centros que más la está padeciendo es el Clínico de Valencia, donde esta misma semana ha habido hasta «55 pacientes en las salas de Observación y Preingreso con esperas medias de 48 horas» para subir a planta. Tal es el caos, que el hospital ha tenido que habilitar «la unidad técnico-quirúrgica» como lugar para que los enfermos aguarden a ser atendidos debido a la «falta de camas».

Un sótano convertido en «vertedero»

Ante este escenario límite, la central exige «soluciones inmediatas» porque la situación «que se repite» mientras la Consejería de Sanidad no ha «adoptado» ninguna medida para solucionarla. La saturación no es el único problema acuciante del Clínico. El colectivo de funcionarios también urge a la dirección del hospital a limpiar el primer sótano del edificio, puesto que se ha convertido en un «trastero» que obstaculiza el desplazamiento de pacientes y es un riesgo añadido en caso de evacuación.

Tal como explica la organización, esa planta tiene «un empleo frecuente para el traslado de pacientes a radioterapia, medicina nuclear, farmacia o mamografía». Sin embargo, eso parece que no es problema para que esté siendo utilizado a modo de «vertedero»: «Se están depositando sofás cambiados, mesas deterioradas o camas rotas y reemplazadas en las habitaciones por otras en condiciones», censura CSIF.

El idílico análisis que todavía a día de hoy Puig repite cae por su propio peso si se atiende a cómo se han organizado las vacaciones de verano, en la que se prevén registros nunca antes vistos.

Así, el sindicato de funcionarios señala «falta de información» por parte de los trabajadores sanitarios en determinados centros del litoral valenciano, zona que será masivamente visitada por turistas de todo el mundo y que hará incrementar «de forma exponencial la población». Aún con todo, hay hospitales como el de La Ribera en los que a horas de que comience el mes de julio no se sabe «cómo se van a reforzar», es decir, no se han proporcionado «los datos de cobertura del plan de vacaciones».

Este acontecimiento para CSIF constituye algo «injustificable» y «especialmente grave». «Resulta lamentable que estas alturas no exista información sobre cuántos refuerzos ha contratado el departamento para cubrir el turno de vacaciones de su personal y para incrementar la dotación de los centros», rechaza el sindicato.

Uno de los ventiladores instalados en el hospital Arnau de Vilanova de ValenciaCSIF

Puig en todo momento ha mantenido que lo mejor y lo más importante de un sistema sanitario son los profesionales que lo integran, aunque parece que en la Comunidad Valenciana hay carencias a la hora de cuidar a los trabajadores de hospitales, consultorios y centros de salud. Un ejemplo es el Arnau de Vilanova, en la ciudad de Valencia. Allí, la central de empleados públicos ha puesto de manifiesto problemas en la climatización.

En lugar de arreglar las deficiencias que pudiera haber, la solución ideada por la Consejería de Sanidad ha sido la de instalar unos ventiladores. Como era de prever, el remedio no ha sido recibido con agrado por los profesionales, que ya han expresado su «malestar» por tener que trabajar a veintiocho grados cuando la legislación establece que la temperatura ha de estar entre los diecisiete y los veintisiete.

Riesgo para los pacientes

Esta horquilla no es caprichosa, sino que se justifica en que lo contrario «afecta a la calidad de las muestras que se procesan» porque «no se puede proceder correctamente al cortado» de las mismas. A todo ello habría que añadir que los ventiladores pueden convertirse en instrumentos que ayuden a «dispersar agentes infecciosos».

La avería no se limita a un único aparato de aire acondicionado, sino que, tal como recalca CSIF, en Urgencias «no funciona en las salas de espera, cuarto de celadores y unidad de camas». Igualmente, esta circunstancia se extiende «al hall de Consultas Externas», lo que conlleva el uso de abanicos y una situación de «especial gravedad» a los enfermos «a la espera de ambulancias».

A tenor de las razones del sindicato, los ventiladores más que una solución, son contraproducentes: «No enfrían, sino que recirculan el aire. Esto constituye un riesgo para usuarios, pacientes y trabajadores al ser una fuente de dispersión de agentes infecciosos. Además, afectan a la recuperación de los pacientes, ya que se han producido diversos episodios de hipotensión, entre otras molestias», zanja la central.

En el futuro Gobierno autonómico de Carlos Mazón, la cartera de Sanidad estará en manos del PP. El que ha sido portavoz popular del ramo en las Cortes Valencianas, José Juan Zaplana, declara que «a partir de mañana 1 de julio» los valencianos van a asistir «a cierres de centros de salud, plantas de hospital y Urgencias», a lo que suma «el incremento poblacional» que experimenta la Comunidad en los meses de verano.

La causa de las «muchas deficiencias» en centros Zaplana la achaca a que los equipos sanitarios «están en funciones», así como a la «falta de previsión y planificación» por parte de un Ximo Puig que debería «anteponer los intereses generales a los particulares». En concreto, el popular se refiere a que el presidente en funciones está dilatando la investidura de Mazón cuando lo que tendría que hacer, en su opinión, es «permitir que nuevos equipos se pusieran a liderar la sanidad valenciana».