Comunidad Valenciana Catalá apostará por la Copa América en Valencia frente a la desidia de Puig y Ribó en favor de Barcelona
La nueva alcaldesa coincide con los empresarios en el impacto positivo para el empleo y el turismo que dejaría en la ciudad volver a albergar un evento de este tipo
En noviembre de 2003, Valencia fue escogida para celebrar la Copa America de Vela en el año 2007. Este hecho fue celebrado por todo lo alto desde Suiza, donde se confirmó la decisión, por el entonces presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, y por la alcaldesa de la capital levantina, Rita Barberá, ahora difunta. También fue motivo de alegría por parte del Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, a pesar de que las administraciones local y regional eran de distinto color que la nacional.
Eso no fue obstáculo. Jamás lo fue porque Alcaldía, Generalitat y Ejecutivo fueron de la mano. Lo importante era el desarrollo de Valencia, sin distinción de color político alguno. De hecho, para que la denominada 'Fórmula 1 de la vela' se celebrase con éxito, unos y otros se pusieron manos a la obra. Así, no solo el puerto, sino las zonas adyacentes experimentaron una época de renovación que culminó en esplendor. Valencia pasó de ser una ciudad que vivía de espaldas al mar a tener su epicentro en un puerto moderno, remodelado y envidia de medio mundo.
Barcelona sí, Valencia no
El consenso político de antaño es el que hoy día se echa completamente de menos. La capital del Turia hace unos años volvió a aspirar a albergar la Copa América, pero por una serie se factores, la candidatura no llegó a buen puerto. En honor a la verdad, ese fracaso se debió a la inacción que tanto la Generalitat como el Ayuntamiento ejercieron. Ni el Gobierno de Ximo Puig ni el de Joan Ribó quisieron apostar seriamente por Valencia como sede y, en consecuencia, no invirtieron prácticamente ni un euro para el triunfo.
Por contra, la ciudad designada fue Barcelona, algo de lo que tanto el socialista como el nacionalista se congratularon a pesar de que la tierra a la que representan –Ribó ya no por ser exregidor– necesitaba como el comer un evento de semejantes características. La manera de actuar de ambos coincide plenamente con su postura acerca de la ampliación del puerto de Valencia, otra obra vital para la capital con tal de atender a su oferta.
Compromís siempre ha mostrado su firme oposición a este proyecto. Por su parte, el PSPV-PSOE, como viene siendo habitual en estos casos, mantiene una posición tan equidistante como ambivalente, según la cual lo mismo le vale decir «sí» que «no». Ahora bien, cuando el puerto a ampliar es el de Barcelona, las ambigüedades quedan a un lado y todos votan «sí». Incluso Compromís en el Congreso de los Diputados expresó esa postura con un entusiasmo nunca visto en la Comunidad.
No obstante, en política todo cambia y ha sido la nueva alcaldesa de Valencia, María José Catalá, quien ha retomado la aspiración para que la ciudad albergue en los próximos años una nueva edición del campeonato de vela más prestigioso del mundo y ya se ha puesto manos a la obra. Según declara, va a «pelear» por ello porque este evento «tiene un importante beneficio económico» para la ciudad que es sede. Por ello mismo, lamenta que los «prejuicios ideológicos de Puig y Ribó» hayan «impedido» la celebración en Valencia.
Frente a la negativa de ambos mandatarios, la regidora expone informes sobre el balance positivo a nivel de creación de puestos de trabajo y de impacto en el sector turístico que supuso la celebración de la Copa América en 2007 para Valencia. En este sentido, Catalá asegura que si la ciudad acoge la 37 Edición el impacto será de 1.200 millones de euros y 19.000 puestos de trabajo.
Con esas cifras, la popular considera que tanto Ribó como Puig y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, deberían explicar a los valencianos por qué no se apostó por la candidatura levantina: «El sectarismo y el prejuicio de la izquierda valenciana impidió que la Copa América viniera a Valencia. Siempre ponen la ideología por encima de la gestión y de los intereses de los valencianos», denuncia.
Para la causa, Catalá no está sola. Esta misma semana, el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda, le ha brindado todo su apoyo. A su vez, el naviero no esconde su descontento por que la Generalitat de Puig haya hecho oídos sordos a tan gran acontecimiento y no haya contado con la ayuda de su colectivo: «A mí, como presidente de AVE no se ha dirigido nadie. Nunca. Jamás», se muestra tajante.
Con lo cual, Catalá sigue implementando el cambio que prometió si llegaba al Ayuntamiento de Valencia. Comenzó recuperando el topónimo en castellano a la ciudad de Valencia y, entre otras medidas, ahora se propone devolver la mayor competición de vela a una ciudad que vivió un antes y un después desde que fue designada sede.