El Debate accede a los mensajes
Históricos del PSOE tildan de farsa la consulta de Sánchez a las bases y la comparan con las que hacía Franco
Ex altos cargos socialistas critican en un grupo de WhatsApp que el partido oculte en la pregunta la amnistía y sus pactos con los separatistas
Un exdiputado por Valencia relata la presión interna para que la militancia apoye un acuerdo con los independentistas: «Hay miles de personas que están por su nómina y la de sus familias»
A medida que se perfila cada vez más el pacto de Pedro Sánchez con los independentistas para que le apoyen en su investidura para seguir al frente de Moncloa, cada vez son más las voces del PSOE que se alzan contra su secretario general. Y si públicamente este miércoles se producía una cascada de renuncias y críticas por la amnistía a los organizadores y participantes en la consulta ilegal del 1 de octubre de 2017 en Cataluña, en privado el tono de algunos socialistas es mucho más agrio.
Así se desprende de unos mensajes publicados por históricos socialistas en grupos privados de WhatsApp a los que ha tenido acceso El Debate. En los mismos se vierten duras acusaciones contra el partido a raíz de la consulta a la militancia que está llevando a cabo el PSOE durante estos días, a través de una pregunta con la que Sánchez pretende legitimar sus cesiones a los separatistas: «¿Apoyas el acuerdo para formar un gobierno con Sumar y lograr el apoyo de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria?».
En uno de estos grupos, en concreto de militantes y simpatizantes del PSOE-PSPV, un exdirigente «que ha tenido responsabilidades de todo tipo en el partido e institucionales a nivel nacional, según apunta a este diario un histórico exdiputado del PSOE en el Congreso por Valencia, llega a comparar la consulta de Sánchez con las que hacía Franco durante la dictadura.
Propaganda por el «sí»
Este significado militante critica que le han llegado tres misivas de Ximo Puig para que vote «sí», sin dar explicaciones sobre otras opciones, y omitiendo «tramposamente» que detrás de ese «otras formaciones» de la pregunta se encuentran las de Arnaldo Otegi, Oriol Junqueras o Carles Puigdemont; y todo ello con dinero del partido.
«No sé qué miedo pueden tener salvo que quieran obtener el 100 % de los votos o el 102 % de éstos, como ocurría a veces en algunos referendos franquistas. Por cierto, en aquellas consultas de la dictadura únicamente se podía hacer propaganda del 'sí', pero era imposible hacerla del no (o) por la abstención. No sé por qué me habrá venido eso a la memoria», ironiza este defensor del «no» sobre el procedimiento de su partido en la región y el hecho de que no hayan facilitado los datos de afiliados para poder hacer campaña por las otras opciones. Este diario se ha puesto en contacto con el PSOE-PSPV para recabar su versión sobre este último hecho, sin que por el momento haya recibido respuesta.
El PSPV-PSOE anunció el pasado lunes que pondría en marcha una campaña «a favor de un gobierno de progreso, concordia y convivencia» para que la militancia socialista, llamada a votar entre el pasado 30 de octubre y este viernes, apoyara los planes de Sánchez. O, en sus palabras, «para dar apoyo a un gobierno que mejore la vida de los ciudadanos y ciudadanas entendiendo la realidad territorial y plural de España».
Una postura que la Comisión Ejecutiva Nacional (CEN) de los socialistas valencianos, formada por 63 personas y encabezada por el expresidente autonómico Puig, aprobó por unanimidad el lunes, según anunció la formación, pero que, a tenor de este tipo de mensajes, parece contar con algunos detractores entre sus bases, tanto favorables al «no» como a la abstención.
También a nivel nacional
El citado exdiputado socialista en la Cámara Baja, un veterano actualmente fuera del partido, dedicado al ámbito privado y poseedor de un rostro conocido para muchos españoles, prefiere mantenerse en el anonimato por temor a sufrir represalias. Y es que critica con vehemencia los pasos dados por el PSOE de Sánchez y su Gobierno, que define como «caprichos de un régimen ya predictatorial».
Esta fuente contextualiza otro de los mensajes a los que ha tenido acceso este periódico. Forma parte de un grupo privado en la misma aplicación de mensajería instantánea en el que participan históricos miembros del PSOE de hace décadas y vinculado, según explica, a la Fundación Fernández de los Ríos, encabezada por Nicolás Redondo Terreros, quien fue suspendido indefinidamente de militancia hace ahora un mes por clamar contra la amnistía y su partido.
En el caso del autor de este otro mensaje, él apuesta por abstenerse de participar en una consulta a la que «siempre» se ha opuesto y que tilda de «plebiscito» y de «farsa». Afea a Sánchez que pregunte a las bases a posteriori sobre «un acuerdo con Sumar, que ya está firmado –todos lo hemos visto por televisión, oído por radio y leído en la prensa escrita– con solemnidad y aparato publicitario». También que no se haga mención a la amnistía a los cabecillas del procés y el resto de artífices de los hechos del 1-0.
«Todos sabemos la gravedad de la misma y los efectos que conlleva. Ese silencio es una humillación para los que defendieron la legalidad constitucional», continúa este militante sobre una amnistía que, como recuerda, tanto Sánchez como «destacadísimos dirigentes» del PSOE negaron durante la campaña electoral de las elecciones generales del pasado 23 de julio que se fuera a producir.
El autor del whatsapp protesta por el hecho de que «además, se pretende que demos un cheque en blanco a los dirigentes del partido para contraer acuerdos para que el secretario general logre alcanzar la investidura a presidente del Gobierno con los votos de Junts, ERC, Bildu y PNV, ya que los militantes no tenemos información sobre el contenido de esos acuerdos, cuando por boca de los portavoces del PSOE sabemos que están muy avanzados».
Existe un evidente clima de malestar en un sector del PSOE, que ha ido aflorando con fuerza durante las últimas jornadas, con voces críticas que se han sumado a las ya habituales de Felipe González, Alfonso Guerra o, en menor medida, Emiliano García-Page.
Así lo evidencian la marcha del partido de Julián Galán, ex alto cargo de Sánchez; el anunció del voto negativo a la consulta de Zenón Jiménez, militante socialista de Valladolid durante más de 40 años; el lamento de la también vallisoletana Soraya Rodríguez tras la foto del secretario de Organización, Santos Cerdán, con Puigdemont; la petición de repetición electoral del alcalde de Ágreda (Soria), Jesús Manuel Alonso, o la posición abiertamente en contra de aplicar la mencionada medida de gracia de Jesús Quijano, exsecretario general de Castilla y León.
Sin esperanzas
Sin embargo, nuestra fuente no se siente nada esperanzado con que pueda producirse algún movimiento de calado dentro de todos los socialistas a los que les revuelve las tripas el precio que está dispuesto a pagar su secretario general para poder seguir siendo presidente del Gobierno.
«No hay una oposición estructurada. Nadie se atreve a defender públicamente el 'no' y además hay miles y miles de personas que están por la nómina; la suya y la de sus familias. Están beneficiando a asesores y cargos públicos y también a sus familias. Existe una corrupción descarada dentro del PSOE, que se ha convertido en una agencia de colocación y hay miedo a que les echen. Además está también ese sentimiento medio religioso que hay dentro de los partidos», lamenta este histórico exparlamentario que cree que hoy sus sucesores «atacan a la Constitución» y nos llevan a la «destrucción del Estado de Derecho y de la democracia» .