Una empresa valenciana busca acabar con las heces de perro en las calles de toda Europa
ADN Canino es pionera a nivel europeo en establecer un censo de estos animales y ya colabora con varios ayuntamientos de España para reforzar su «compromiso inquebrantable por la calidad y la sostenibilidad»
El tejido empresarial valenciano suma un nuevo exponente. Se trata de ADN Canino, una compañía pionera en el ámbito de las mascotas cuyo trabajo ha sido valorado por la Unión Europea. El organismo comunitario le ha otorgado las certificaciones ISO 9001 e ISO 14001 por su «compromiso inquebrantable por la calidad y la sostenibilidad», tal y como señala la empresa en su propia página web por el hecho de elaborar censos genéticos de animales.
Según explica el CEO de la mercantil, Enrique Perigüell, el reconocimiento ha venido como consecuencia de «una gestión medioambiental adecuada y la buena praxis realizada con la información sensible» que manejan. A su vez, los empleados se esfuerzan «por brindar un servicio de calidad» para los organismos para los que trabajan «sin renunciar a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, y al desempeño del servicio esencial» que prestan «a favor del bienestar animal, la salud pública y la prevención contra el abandono y el maltrato de animales».
La idea surgió en 2020, en plena pandemia de la covid. Desde entonces, Perigüell y sus empleados han trabajado utilizando «el servicio de biotecnología aplicada a veterinaria para mejorar la vida en las ciudades y la salud de las mascotas». Ejemplo de ello es que ADN Canino se ha erigido como «el método más fiable» para la erradicación de las heces de perros en las calles. Como muestra, cabe recordar que esta herramienta ya está presente en más de 90 municipios o 'Ciudades ADN Canino', donde se ha conseguido reducir más del 85 % de las cacas de perro abandonadas en las calles gracias al registro genético canino.
Propietarios «incívicos»
Este registro cuenta en España con más de 140.000 perros censados en una base de datos global acumulada de, en total, más de dos millones de personas. Este año se han realizado más de 8.000 muestras de heces procedentes de la vía pública en colaboración con distintos ayuntamientos de toda España con los que la empresa trabaja. Del mismo modo, ha firmado convenios con 500 clínicas veterinarias y cuenta con 600 veterinarios colegiados.
A tenor de los datos que aporta ADN Canino, por cada 10.000 perros, hay un 10 % de propietarios «incívicos que no recoge las deposiciones de sus canes». Es decir, si se tiene en cuenta que cada perro deja en la vía pública una media de dos cacas al día, por cada 10.000 perros serían unas 20.000 heces diarias olvidadas en las aceras de nuestras ciudades. Con la aplicación del sistema que ofrece la empresa, El 85 % de ellas puede evitarse.
De hecho, el proyecto surgió como consecuencia del actual contexto sobre el «maltrato animal», una «lucha» a la que se han sumado todos los trabajadores. Es más, una de sus motivaciones es que «estos actos delictivos como el maltrato y abandono del animal no queden impunes». «Obteniendo un censo genético canino completo de la zona podemos asegurar que solo por el mero hecho de quitar el microchip al animal, no quede sin identificar el infractor», asegura el CEO de ADN Canino, porque «la huella genética» de cada una de las mascotas, «junto con el microchip, hace que muchos de los actos incívicos, o incluso delictivos, puedan ser identificados inequívocamente». «Nuestro objetivo es mejorar el bienestar animal con una tenencia responsable por parte de los propietarios de los animales», subraya Perogüello.
Igualmente, afirma que los perros «siempre han estado muy ligados en la relación social con los humanos», por lo que es necesario cumplir con una serie de conductas cívicas. El responsable de la empresa hace hincapié: «La necesidad de encontrar nuestras calles limpias y salubres nos ha llevado a desarrollar un sistema infalible contra el incivismo de aquellas personas que abandonan los excrementos de perros en la vía pública. Este inconveniente se convierte en un problema de imagen y salud pública debido a la transmisión de enfermedades que puede conllevar».