Ximo Puig y la ministra de Ciencia y Universidades, Diana Morant, a la entrada de las Cortes ValencianasEuropa Press / Eduardo Manzana

Sucesión de Puig, refundación de Compromís y educación en libertad, claves del año político valenciano

Socialistas y nacionalistas afrontan un 2024 vital para sus aspiraciones de volver al poder, mientras que Mazón avanzará en su proyecto de eliminar la ideología de las aulas

Los primeros días del año es la época por excelencia para hacerse propósitos. Más allá de los clásicos como apuntarse al gimnasio, dejar de fumar o tantos otros tan manidos, en política la sucesión de deseos también se da en abundancia. Aunque 2024, salvo sorpresa mayúscula, 'solo' traerá elecciones europeas, autonómicas en Galicia y el País Vasco y no habrá generales, eso no significa que los próximos doce meses vayan a estar exentos de ajetreos, idas y venidas y fechas claves.

En lo que respecta a la Comunidad Valenciana, son varios aspectos los que marcarán el año en lo institucional, que será el primero completo con Carlos Mazón como presidente de la Generalitat. No habrá que esperar mucho para el primer acontecimiento marcado en rojo en el calendario. Aún no hay días concretos, pero ya se sabe que será en el primer trimestre del año. Se trata del Congreso Extraordinario que el PSPV-PSOE celebrará con tal de designar al sucesor de Ximo Puig, ya fuera del poder y asumiendo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le ha empujado a abandonar la primera línea política.

Hasta el momento, todavía ningún dirigente se ha postulado oficialmente para ser el secretario general de los socialistas regionales, pero los nombres en las quinielas son varios. Así, el de la ministra de Ciencia y Universidades, Diana Morant, es el que con más fuerza suena. Sería la apuesta personal del jefe del Ejecutivo y le serviría para controlar de cerca y en la práctica la federación valenciana, evitando barones con implantación territorial como en su día lo fue Puig. Dos pájaros de un tiro.

Morant como candidata de unidad

Otro posible candidato sería el alcalde de la localidad valenciana de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, que también es el secretario provincial del partido. De cara al 23-J ya le ganó el pulso al aún líder del PSPV-PSOE a la hora de configurar las listas al Congreso con el beneplácito de Sánchez, pero no haber logrado la presidencia de la Diputación de Valencia le ha restado puntos frente a una Morant que se presentaría como candidatura de unidad. Sin embargo, no es descartable que haya otros aspirantes, como podrían ser el responsable de la formación en Alicante, Alejandro Soler, o, incluso, algún integrante del círculo en el que José Luis Ábalos sigue gozando de gran influencia. En cualquier caso, el sucesor de Puig tendrá que lidiar con más de tres años en la oposición en la Generalitat y en las principales ciudades e instituciones de la Comunidad, una tarea nada fácil.

2024 también podría ser un año de cambios en Compromís. Su compleja situación interna con tres 'familias', Més, Iniciativa del Poble Valencià y Els Verds ha abocado en los últimos 18 meses a los nacionalistas a una crisis interna sin precedentes, llevándoles al límite de la implosión. El debate actual en el seno de la coalición se centra en qué modelo ha de adoptar. Més, donde milita Joan Baldoví, aboga por evolucionar hacia constituirse como un partido político al uso o, en su defecto, hacia una federación de partidos. Por contra, Iniciativa, la organización de Mónica Oltra y Aitana Mas, apuesta por no acometer cambio alguno y seguir en modo casi asambleario.

Joan Baldoví y Aitana Mas, en el pleno que evidenció la ruptura de CompromisBiel Aliño / EFE

Esta postura no es unánime, lo que ha provocado una cascada de dimisiones de dirigentes de la formación, así como de bajas de militancia y salidas hacia Més. Tanto si Compromís decide abordar este año ese proceso interno como si lo termina posponiendo, el panorama orgánico es más que complicado. En el año recién acabado los nacionalistas no solo han salido abruptamente del poder autonómico, sino que también lo han hecho del Ayuntamiento de Valencia, donde Joan Ribó era el alcalde, como de los gobiernos de las diputaciones y consistorios levantino y de Castellón, todas esas plazas en coalición con el PSPV-PSOE.

Fin a la «imposición» del valenciano

En cuanto a la labor del Consell, Mazón seguirá avanzando en el camino de bajar impuestos para terminar con lo que denomina «infierno fiscal» de Puig y en eliminar «grasa política» de la Administración autonómica. Igualmente, antes de que termine el mes de abril la Consejería de Educación tiene previsto aprobar una modificación «en profundidad» de la Ley de Plurilingüismo con tal de devolver la libertad educativa a las aulas y alejarlas de la ideología. Un primer paso para ello ya se dio con la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos de la Generalitat, que salió adelante a finales de diciembre en el último pleno del año.

Con ese trámite se eliminó la obligatoriedad de que los alumnos de las zonas castellanohablantes de la región cursen desde el próximo curso asignaturas troncales como Matemáticas o Historia en valenciano, suprimiendo de esa manera el sistema de porcentajes que el tripartito importó del modelo catalán. Con el nuevo texto, Mazón busca dar carpetazo a la «imposición» del valenciano y que sean los padres los que elijan la lengua vehicular en la que estudien sus hijos. En este sentido, también se implantará el distrito único, de modo que las familias podrán escoger el centro educativo y que este no se asigne por ser el más próximo al lugar de residencia.

Finalmente, el 9 de junio será la primera gran prueba de estrés política, puesto que se celebrarán las elecciones al Parlamento Europeo. A pesar de que la circunscripción es única y que más que de asuntos autonómicos y comunitarios se hablará de temas nacionales, los resultados en parte servirán como termómetro para medir la aprobación del Gobierno de Mazón y el tirón del nuevo líder del PSPV-PSOE, que debutará en una convocatoria electoral apenas tres meses después de asumir el cargo.