Historia Valenciana
¿Cuándo se aprobó el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana?
Los valencianos obtuvieron la capacidad de autogobierno hace más de cuatro décadas
El 1 de julio de 1982 quedó grabado en la historia valenciana como el día en que se aprobó el Estatuto de Autonomía en la región. Este hito marcó el inicio de una nueva etapa, en la que los valencianos obtuvieron la capacidad de autogobernarse en ámbitos cruciales para su desarrollo, siempre dentro de la Constitución.
En España tenemos 19 estatutos: 17 (uno por cada comunidad autónoma) y dos correspondientes a Ceuta y Melilla. Cada estatuto de autonomía es diferente y solo sirve en su comunidad. En cambio, la Constitución de 1978, se utiliza de igual forma en toda España.
Los estatutos tratan temas muy importantes, como la organización del Gobierno de la comunidad, las funciones de sus cargos, los derechos y deberes de la ciudadanía y los símbolos que caracterizan a la comunidad autónoma. En el caso del valenciano, quedan definidas sus competencias en áreas fundamentales como la educación, la sanidad, la cultura o la administración local. Además, se reconoció y protegió la identidad cultural y lingüística valenciana por primera vez, promoviendo el uso del valenciano.
Dos reformas importantes
La primera modificación se llevó a cabo mediante la Ley Orgánica 4/1991, que modificó la fecha de celebración de las elecciones autonómicas al cuarto domingo de mayo. La segunda reforma se realizó a través de la Ley Orgánica 5/1994, introduciendo cambios significativos como que la Generalitat Valenciana asumió completamente todas las competencias que le fueron otorgadas por el Estatuto de Autonomía. Esto significa que la comunidad autónoma pudo ejercer todas las funciones y responsabilidades que estaban definidas y delegadas en su estatuto.
Este proceso surgió en un contexto de transformaciones políticas, que tuvo que convivir con el fin de la dictadura y la consolidación de la democracia. La búsqueda de un equilibrio entre la centralización y el reconocimiento de las identidades regionales fue un gran desafío. En este escenario, la Comunidad Valenciana se embarcó en la tarea de elaborar un estatuto que reconociera sus particularidades a la vez que le otorgara autonomía en la gestión de sus asuntos.