¿Por qué la laguna rosa de Torrevieja tiene ese color?

La laguna rosa de Torrevieja, en plena comarca alicantina de la Vega Baja del Segura, forma parte del Parque Natural de la Mata. Con 1.400 hectáreas de superficie, es la laguna salada más productiva de Europa, ya que de ella se extraen 800.000 toneladas anuales de sal con fines industriales como el deshielo en carreteras o la sal que se utiliza en el lavavajillas; pero también alimentarios, como para hacer, por ejemplo, salazones de pescado.

Como su propio nombre indica, una de las características naturales más populares de este enclave es su color rosado. Por lo que no hace falta salir de la península para conocer este lugar similar a otros más lejanos como el lago Hillier o Hutt Lagoon, en Australia; los lagos rosas de Las Coloradas (México); el lago Dusty Rose de Canadá, el lago Masazirgol de Azerbaiyán o el lago rosa de Senegal.

El origen del rosa

Este fenómeno de origen natural, único en España, se produce por diversos factores. El más común es una bacteria llamada halobacteria, que libera un pigmento rosáceo. Solamente se da en aguas con una alta concentración de sal. Por ejemplo, en el caso de la laguna rosa se producen 350 gramos por litro de agua, una cifra muy similar a la del Mar Muerto.

Pero también existe un alga unicelular llamada dunaliella, que contribuye a la coloración rosada del lago. Criaturas como los crustáceos artemia salina adquieren un tono rosado al alimentarse de las algas y las bacterias.

Y sí, los flamencos también deben su color a la alimentación. El color tan característico que tienen se debe precisamente a que comen estos crustáceos que se encuentran en la mayoría de aguas salobres continentales.

En cuanto a la laguna, el tono rosado es visible durante los meses más cálidos o la temporada de verano, ya que es cuando las temperaturas son más altas y tanto bacterias como algas son más activas y el agua adquiere el tono rosáceo.

Prohibido el baño

Aunque las fotos que publica la gente parezcan indicar lo contrario, el baño está prohibido. Esto se debe a motivos medioambientales, que buscan garantizar la calidad de los ecosistemas de las lagunas.

Asimismo, hay razones de seguridad, porque la extracción de la sal se realiza con máquinas agrícolas sumergidas, llamadas «volvedoras», lo que supone un peligro para los bañistas.