La empresa privada que investiga el incendio de Valencia avisa sobre los peligros de las fachadas ventiladas
Se trata de Synthesis, la misma que indagó sobre el colapso de la Torre Windsor de Madrid, en 2005, o el fuego en varias discotecas de Murcia, el año pasado
Este lunes, los agentes de la Comisaría General de Policía Científica concluían sus pesquisas sobre el incendio del doble bloque residencial de 14 plantas, donde el pasado jueves se produjo un incendio, en el barrio de Campanar, en Valencia, en el que murieron diez personas. El mismo día, el Juzgado de Instrucción número 10 de Valencia se inhibía de las diligencias previas en favor del número 9, que es ya el que asume, bajo secreto de sumario, las averiguaciones sobre el trágico suceso. La investigación, sin embargo, está lejos de acabar.
Las aseguradoras del inmueble están contratando a empresas privadas para que realicen sus propias investigaciones, de cara a conocer qué pasó exactamente aquella tarde y quién o quiénes deben asumir responsabilidades. La que ha trascendido que ya está en ello es Synthesis, especializada en la investigación de siniestros y que ya recibió en 2005 el encargo de averiguar qué ocurrió para que la Torre Windsor de Madrid se incendiara y colapsara o, el año pasado, el de indagar cómo se produjo el incendio de la discoteca Fonda Milagros de Murcia.
En un comunicado, la compañía traslada su «más sentido pésame» a los familiares de los diez fallecidos y avanza que «intervendrá a través de sus trabajos técnicos indagatorios, en el esclarecimiento de las circunstancias desconocidas provocadoras y propagadoras del citado incendio». «Esperamos resolver los ocultos desencadenantes de esta rapidísima propagación a través de sus fachadas y poder contribuir con ello a una normativa más selecta y rigurosa para esta clase de fachadas ventiladas».
Synthesis explica en un documento que «aunque las fachadas ventiladas pueden ofrecer ventajas en términos de aislamiento térmico al edificio, su presencia puede agravar la propagación del fuego en caso de incendio, pudiendo llevar a la destrucción total del edificio, tal como ocurrió en Valencia el pasado 22 de febrero de 2024». El escrito precisa que aquel día «concurrieron varios factores, tales como las condiciones climáticas, reflejadas por el intenso viento» que contribuyeron «a su desastre total» y desgrana los detalles sobre su uso en inmuebles residenciales.
Aseguran que las fachadas ventiladas, como la del bloque sito en la Avenida Maestro Rodrigo, «presentan ciertas ventajas y desventajas en su aplicación en edificaciones, por lo que la meticulosidad en la composición recomendada por el fabricante para su instalación debe ser el principal objetivo del promotor y del cuerpo facultativo encargado de la construcción». «Igualmente –continúan–, es fundamental verificar su correcta colocación e instalación con materiales ignífugos apropiados, por parte de los servicios pertinentes de la Administración responsables de supervisar y otorgar los permisos de habitabilidad».
Unos materiales que en el caso del inmueble calcinado en el barrio de Campanar no está muy claro cuáles fueron, pero para los que, en todo caso, se debe «cumplir rigurosamente con los preceptos de colocación y composición ignífuga de los materiales de aislamiento térmico», según estos investigadores privados.
De esta manera se «garantiza que, en caso de incendio, no haya materiales que actúen como propagadores del fuego, evitando así la propagación a través de los espacios ventilados de la fachada, gracias al 'efecto chimenea' que se produce en su interior». «En presencia de vientos intensos, la propagación del fuego puede ocurrir en todas direcciones», advierten.
Asimismo, añaden, en referencia al incendio de la Torre Grenfell de Londres, en el que murieron 72 personas, que desde entonces «estos inmuebles se consideran altamente peligrosos y sin valor». El de Valencia, que pudo comenzar a arder debido a un cortocircuito, según la principal hipótesis que maneja la Policía Científica, comenzó a construirse en 2005 y se entregó en 2008, aparentemente cumpliendo la normativa vigente.
Según Synthesis, este edificio, al igual que el resto que tiene «fachada ventilada», tiene la ventaja de que ofrecer una «eficiente barrera térmica», al proporcionar «un aislamiento térmico eficaz al interior de los edificios a través de las paredes externas». También goza de una «menor acumulación de calor y frío», con lo que se «contribuye a mantener una temperatura más estable en el interior de las viviendas».
Mas inconvenientes que ventajas
Sin embargo, son mayores los inconvenientes. Esta compañía con sede en La Rioja y delegaciones en varios puntos de España indica que cuando hay una propagación de fuego desde el exterior y se da una situación en la que las llamas alcanzan la fachada y hay vientos fuertes, «las fachadas ventiladas pueden facilitar la propagación del fuego a través del espacio de aire hacia otras partes de la estructura». Previsiblemente lo que ocurrió en el bloque de Valencia.
También advierten del riesgo de colapso que existe porque «el viento puede ejercer presión adicional sobre la estructura de la composición de esa clase de fachadas, especialmente en caso de incendio», lo que aumenta las probabilidades si los materiales se debilitan. Por último, avisan de la «dificultad para controlar el incendio desde el exterior». «El diseño de las fachadas ventiladas puede obstaculizar el acceso de los medios de extinción de los equipos de bomberos, que utilizan para controlar el fuego desde el exterior, limitando su capacidad de refrigeración del incendio existente en su interior», zanjan.