Caso Erial El excontable de Zaplana lo defiende frente a su supuesto testaferro: le «obligaron» a declarar contra él
Francisco Grau, exasesor fiscal del expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro del PP apunta a los hermanos Cotino como titulares de los fondos de Luxemburgo
Nueva versión de los hechos juzgados sobre el caso Erial. Francisco Grau, el considerado contable o gestor de la supuesta trama corrupta del caso Erial, por la que también se juzga al expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro Eduardo Zaplana, ha declarado este jueves que el supuesto testaferro Joaquín Barceló, amigo de ambos, le dijo ayer que le «obligaron a confesar».
«Al acabar la sesión del juicio me dijo que le habían obligado a hacerlo», ha asegurado Grau, quien se ha referido a la situación de Barceló como «una espada de Damocles la que tenemos con la petición de cárcel que ha hecho usted», en referencia al fiscal. Según ha relatado el supuesto excontable de Zaplana, en declaraciones recogidas por Efe, Barceló y el estuvieron «unos meses en una misma celda, sabemos lo que se sufre, además sabemos lo que se sufre cuando estás solo, porque yo luego me fui (a la prisión) de Alicante y él se quedó (en Picasent). En diciembre –2018– me dijo que él no iba a volver a prisión, que iba a hacer lo que hiciese falta para que no volver».
Grau, por otro lado, ha apuntado este jueves a los hermanos Cotino como titulares de los fondos de Luxemburgo y ha descartado que ese dinero fuese del exdirigente del PP, como indicó la víspera Barceló. Durante la cuarta sesión del juicio del caso Erial, por las supuestas «mordidas» en las adjudicaciones de las ITV valencianas y parques eólicos, Grau ha negado que entregase cinco millones de euros en efectivo a Barceló para que los llevase a Andorra, como explicó ayer el testaferro confeso.
En primer lugar el fiscal se ha interesado por Imision International, sobre la que el acusado ha explicado que la conoció en 2005 a través de Barceló, como informa Europa Press.
Según ha comentado, Barceló le pidió asesoramiento relacionado con esta sociedad –de Luxemburgo– y una inversión y empezó a buscar datos. Seguidamente se reunión con el director financiero de Sedesa y le explicó las inversiones y de dónde provenían los fondos de la sociedad. El dinero de la sociedad, según ha dicho, provenía de los hermanos Cotino –también acusados en este procedimiento–. «Me dijo que el dinero de Imision era de los señores Cotino», ha señalado.
También habló con otra persona, Beatriz García Paesa, y le pidió datos y documentación de la sociedad. Sin embargo, ha insistido en que no le dio órdenes sobre lo que hacer con los fondos. Preguntado por si comentó a Zaplana la inversión de Barceló a través de Imision, ha dicho que «no». «En los despachos hay que procurar mantener una estricta confidencialidad», ha subrayado.
Respecto a las sociedades y las cuentas en Andorra, el acusado ha repetido que no daba órdenes «de nada», únicamente «instrucciones» sobre cifras que debían figurar en documentos. «Por ejemplo, yo he instruido sobre la cifra del número de participaciones a suscribir y por qué importe», ha dicho.
En esta línea, interpelado por quién ordenó transferencias de Imision a dos sociedades panameñas, el acusado ha dicho que «quien tenía poder para hacerlo». «Quien daba los datos de dónde se tenía que hacer la transferencia o a qué empresas e importes, eso sí lo hago yo», ha puntualizado.
El fiscal ha proseguido el interrogatorio con su participación e intervención en otras sociedades como Medlevante, Gesdesarrollo o Costera del Glorio. Al respecto ha explicado, en general, que era Barceló el que le presentaba inversiones y pedía asesoramiento, y él lo gestionaba. «Yo estoy ahí para facturar y ganar un dinerito. A veces voy a éxito y si no sale bien...», ha agregado. El ministerio público le ha trasladado en varias ocasiones que no llegaba a entender por qué tenía que establecer porcentajes en sociedades si el dinero era de Barceló.
En esta línea, el fiscal le ha preguntado por qué le necesitaba Barceló para sus operaciones si él ya tenía un asesor, a lo que ha indicado: «Él tenía un asesor de Benidorm que hace nóminas y seguros pero esto del IVA es el impuesto más problemático que hay. Entiendo que Joaquín, en ese momento, se fiaba más de lo que pudiera ver o conseguir».
En cualquier caso, el acusado ha insistido en que «nunca» informaba a Zaplana de este tipo de operativas. Sí contaban con él en el caso en que necesitaran su «ayuda» para algo. Ha puesto como ejemplo de unos áticos que se iban a comprar y sobre los que hubo problemas: «Zaplana tenía ascendencia sobre otro señor para que ayudara a deshacer el problema, que era muy gordo. Se le dijo que si podía mediar, se le agradecería», ha señalado.
También fue Zaplana, ha agregado, quien le presentó al empresario Fernando Belhot –testigo clave de la Fiscalía– como inversor y se le pidió ayuda por una inversión que iba a hacer éste en un negocio que movía, ha señalado. Belhot ingresó 1.800.000 euros en el banco para esta operación y, preguntado por si sabía el origen de este importe, el acusado ha dicho que «de eso se preocuparía el banco».
Por otro lado, el fiscal ha preguntado al acusado por la compra de un piso en Núñez de Balboa de Madrid en el que residió Zaplana una temporada. El expresidente autonómico aseguró en su declaración que lo adquirió Barceló y se lo dejó, mientras que éste le contradijo y señaló que la compra la negoció Zaplana y el piso «realmente» era de él.
Grau ha aclarado que él no participó ni en la venta ni en la compra del piso y que únicamente se encargó del contrato de arras tras pedírselo quien compró el piso, «Barceló», ha dicho.
«Yo no usaba el barco porque me mareo»
Sobre una embarcación adquirida por varias personas, entre ellas Zaplana y Barceló, el acusado ha indicado que no preparó la operación ni confeccionó el contrato para la compra. «El contrato lo hizo el vendedor y puede ser que yo lo tuviera grabado en mi ordenador. Puede que los datos de los compradores los pusiera yo, pero el contrato no lo hice yo», ha insistido. «Recurrieron a mí porque alguien daría mi referencia, cualquiera que participara en la compra del banco», ha apostillado, al tiempo que ha agregado: «Yo no usaba el barco porque me mareo».
Por último, interpelado por el motivo por el que elaboró un testamento a Barceló –ayer este acusado afirmó que ni lo pidió ni lo firmó–, ha indicado que no era un testamento sino «una alternativa de otro tipo a lo que podría ser la fiducia. Era para un inversor y, de cara a él, un punto de partida», ha dicho.