Un edil de Elche niega que tuviera sexo bajo un paso de Semana Santa pero admite que fue ebrio a la iglesia

La celebración de la Semana Santa por parte de un concejal del Ayuntamiento de Elche ha levantado una tormenta política en la ciudad de las palmeras y ha puesto en un brete al Gobierno de coalición de PP y Vox en el Consistorio. El protagonista de la polémica es el 'popular' José Navarro, edil de Recursos Humanos, Deportes y Seguridad, a quien acusan de mantener relaciones sexuales debajo del trono de un paso de la Cofradía Santísimo Cristo de La Columna.

Navarro ha negado «tajantemente» la mayor y ha anunciado que ha interpuesto una querella por calumnias en el juzgado contra quienes «han difundido este rumor malintencionado», «sobre el que no existe ninguna prueba, ni ninguna denuncia», en referencia a una información publicada por El Plural que recoge varios testimonios de miembros de distintas hermandades ilicitanas.

«No he cometido ningún acto de ninguna índole sexual en el interior de la iglesia», ha aseverado el concejal, quien, sin embargo, sí que ha reconocido que tuvo un «comportamiento fuera de lugar» en el interior de la iglesia, a la que habría acudido a altas horas de la madrugada junto con una mujer, según el citado diario, y «con un grupo de amigos y procedente de una cena de celebración», según su propio testimonio.

Navarro ha admitido, además, que fue a la iglesia «bajo los efectos del alcohol» y por ello ya ha pedido perdón a su familia, a sus compañeros de Corporación y a quienes le conocen, así como a la cofradía a la que pertenece, la Hermandad de la Flagelación y Gloria de Elche, de la que se ha dado de baja «para no manchar su nombre», aunque insistiendo en que «en ningún caso» cometió «los actos que se me achacan».

El concejal, eso sí, no ha dimitido de su cargo en el Ayuntamiento, colocando en una difícil situación al alcalde de Elche, el también 'popular' Pablo Ruz –quien no esconde sus profundas convicciones religiosas–, y, por extensión, a todo el Ejecutivo de derechas, en el que se incluye a un partido como Vox, que también hace gala de su defensa del cristianismo. Desde ambas formaciones, por ahora, eluden el tema, más allá de indicar que es un asunto perteneciente a la esfera personal del implicado.

Un asiento clave en el Pleno

Más allá del golpe a la imagen de Gobierno que supondría airear demasiado el asunto, este silencio a medias y el hecho de que, por ahora, no se hayan tomado medidas contra el edil se explica por la aritmética en el Pleno. PP y Vox tienen 14 concejales, por los 13 que suman los socialistas y Compromís y, dado que el acta de concejal no se pierde salvo renuncia o causas de fuerza mayor, sí él no quiere dimitir podría pasar al grupo de los no adscritos, pudiéndose convertir con su voto en el encargado de decantar en un sentido o en otro las votaciones.

Desde el PSPV ya han pedido a Ruz que, si el edil no dimite, «tome las medidas correspondientes para que el señor Navarro no forme parte de la Corporación municipal y lo cese y le retire las competencias, porque no se pueden consentir este tipo de hechos».

«Como grupo municipal, no hacemos valoraciones de ningún tipo de la vida privada de nadie, sino que denunciamos que un concejal no puede tener ese tipo de comportamiento en un lugar sagrado como una iglesia», han apuntado. En este sentido, la Fundación Española de Abogados Cristianos ha tildado el comportamiento de Navarro de «muy grave» y han anunciado que ya está «estudiando acciones contra el concejal de Elche».

Esta incómoda controversia ya ha trascendido los límites municipales y provinciales y ha obligado a pronunciarse incluso al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, quien, este jueves, a preguntas de los medios, pedía mantener «algo de calma y un poquito de sosiego», a la vez que trasladaba «toda» su confianza al alcalde ilicitano.