Eduardo Zaplana, este martes, durante el juicio por el caso Erial

Eduardo Zaplana, durante el juicio por el caso ErialEFE / Biel Aliño

Un testigo clave del caso Erial afirma que Zaplana lo fichó para ocultar sus fondos: «Era muy cuidadoso»

Fernando Belhot, considerado uno de los testaferros del principal acusado, ha testificado que el expresidente valenciano destruía los extractos bancarios que le entregaba y en los que se reflejaban supuestas operaciones ilegales

Fernando Belhot, abogado uruguayo y uno de los considerado como testaferros del expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro con el PP Eduardo Zaplana, se ha ratificado este miércoles en la declaración que prestó en la fase de instrucción y ha asegurado que los fondos que gestionaba por supuestas comisiones ilegales eran del exmandatario. También ha afirmado que éste era «muy cuidadoso» y «destruía los extractos de las cuentas que le daba para que no le vincularan con los activos».

Belhot se ha pronunciado en estos términos en su declaración, en calidad de testigo, en el juicio que se sigue en la Audiencia de Valencia contra Zaplana y otras 14 personas más por el caso Erial. Testigo clave de la Fiscalía, ha explicado que conoció a Zaplana a principios del año 2009 a través de unos amigos «como persona de prestigio público» y éste le pidió una reunión por unas inversiones de un amigo suyo, Joaquín Barceló, conocido como 'Pachano'.

De esta forma, se produjo un encuentro en el que estuvieron Belhot, Zaplana, Barceló y el exasesor fiscal del exjefe del Consell Juan Francisco Grau. Durante la reunión, Belhot les asesoró sobre la sociedad Imison, ubicada en Luxemburgo, y les ofreció una solución para lo que necesitaban. Les recomendó que fueran unas sociedades uruguayas las que realizaran la gestión del patrimonio. «Uruguay cumplía mejor sus requisitos: confidencialidad; país con uno de los secretos bancarios más fuertes del mundo y gran protección jurídica ante las inversiones», ha apuntado.

Destrucción de los extractos bancarios

El testigo ha indicado que inicialmente le comentaron que el dinero que había en la sociedad pertenecía a Barceló pero «luego, con el tiempo, fui comprobando que quien tenía el poder de decisión, el verdadero decisor de todas las operaciones que se podían realizar era Zaplana». Y ha agregado: «Además, con el tiempo también me manifestó que efectivamente era el dueño de la gran mayoría de los activos y me dijo que no quería hacerlo público por su exposición pública como miembro de un partido muy importante en España y por su carácter de empresario vinculado con la asesoría y actividades de lobbie».

Así, ha manifestado que la sociedad Imison, donde estaban los fondos presuntamente defraudados, «era en realidad de Zaplana» y tenía activos líquidos y a través de una sociedad, Medlevante. También participaba en Gesdesarrollo, ha añadido. A través de su asesoramiento, se transfirieron los fondos de Imison a una sociedad holandesa que luego los redirigía «a donde se indicara» tras una comisión. «La idea era que todos los activos líquidos terminaran en una sociedad uruguaya. Mi despacho había abierto una cuenta a esa sociedad en un banco en Suiza», ha desgranado. En total, se transfirieron 7.950.000 euros.

Sobre las operaciones que se realizaban con ese dinero, Belhot ha testificado que «daba cuenta a Zaplana tres o cuatro veces al año, que viajaba a España y le llevaba extractos de operaciones con los activos». «Zaplana, normalmente, como hombre inteligente que creo que es, lo entendía todo perfectamente y, en general, destruía los extractos. Algunas veces me pedía una copia para mostrarlos a Grau, su asesor, y luego los destruía porque era un hombre muy cuidadoso y no quería tener nada en su poder lo que lo vinculara a esos activos», ha afirmado.

En una ocasión, ha narrado que el exdirigente le manifestó que había parte del dinero que no quería que se invirtiera: «Zaplana me pedía que una parte de los activos se mantuvieran en liquidez. Le explicaba que no era rentable y que podía ser peligroso, pero él necesitaba dinero para sus gastos personales y porque tuvo un problema de salud muy importante y se planteaba hacer un trasplante de médula ósea en Nueva York», ha apuntado.

Eduardo Zaplana y otros acusados en el caso Erial, en el banquillo

Eduardo Zaplana y otros acusados en el caso Erial, en el banquilloEuropa Press / Rober Solsona

Así, en los ocho años en que administró su patrimonio le envió a España unos 2.300.000 euros: «Él me pedía cada cierto tiempo dinero, sobre todo en los años 2016 y 2017, para poder hacer frente a sus gastos personales, cosa que era difícil de hacer pero se hacía», ha explicado, y ha puntualizado que la manera de hacerlo era a través de «personas con contactos en distintas partes del mundo».

Colaboración con la Justicia

La entrega del dinero, según el testigo, se realizaba a través de la secretaria de Zaplana, Mitsouko Henríquez. «Nunca lo recibió él», ha puntualizado, para añadir que cuando tenía el dinero, le decía: «Los documentos llegaron. Todo correcto. Y nada más», ha reproducido. Interpelado por la manera en que se comunicaba con el expresidente valenciano, el Belhot ha afirmado que el acusado era un hombre «extremadamente cuidadoso»: «En nueve años que lo conocí nunca me envió un solo correo y siempre nuestra comunicación era por teléfono móvil, nunca por escrito» (...) «Tenía su móvil y los dos de su secretaria», ha añadido.

A preguntas del abogado de Zaplana, el ha manifestado que en nueve años «nunca» pensó que el exministro podía incurrir en estos hechos: «Él me decía que el dinero lo había ganado legítimamente y que lo tenía fuera de España no declarado. Me sorprendí de los cargos contra él», ha aseverado.

Preguntado por si condicionó su colaboración con la Justicia a dejar de ser investigado, ya que inicialmente estuvo imputado en el procedimiento, ha respondido que «no». «No tenía por qué condicionarla porque no tenía nada que ver con los actos que se imputaban a Zaplana. Mi actitud era de colaborar con lo que me pedía la Justicia española», ha dicho.

Belhot, cuestionado por cómo es posible que Zaplana le diera todo el dinero sin firmar ningún documento ni acuerdo escrito, ha señalado: «La relación con él era muy buena, de confianza generada, y entendió que la estructura montada no era la ideal y era muy costosa para él. En cualquier caso, es una pregunta buena para hacérsela a Zaplana. No se firmó nada porque él no quiso, no quería que se hiciera público», ha apostillado.

Por último, también le dijo que si alguna vez le pasaba algo, se pusiera en contacto con su hija mayor, «que no sabía nada de esto pero que se iba a encargar de hablarlo con ella», ha reproducido. Tras destaparse el caso, Belhot ha dicho que entregó a la Justicia española la totalidad del dinero de Zaplana que manejaba, es decir, unos 6.700.000 euros.

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