Los autores de la muerte del camionero Gheorghe no serán juzgados por asesinato, sino por obstruir el tráfico

Las autoridades belgas han detenido a cinco individuos, dos de ellos menores, tras arrojar desde un puente una tapa de alcantarilla que acabó con la vida de GheorgheTibil, trabajador de una empresa de transportes alicantina.

El arresto se llevó a cabo después de que uno de los cinco implicados se entregase y delatara a los otros cuatro integrantes del grupo, dos de ellos menores de edad. Tras las primeras investigaciones, las autoridades belgas detuvieron a todos los involucrados y la Justicia decretó la entrada en prisión de tres de ellos y el internamiento en un centro de menores de los otros dos.

Según informan medios belgas, los tres adultos comparecerán este viernes ante la Justicia, que decidirá si permanecen o no en prisión. En cuanto a los otros dos involucrados, fueron entregados al juez de menores, decretando el ingreso en el centro de menores Saint-Hubert para uno de ellos y la libertad para el segundo.

Posible premeditación

La polémica ha estallado al conocerse que el crimen no se está investigando como asesinato u homicidio, sino como un presunto delito de «obstrucción al tráfico con resultado de muerte», según recoge la prensa belga. En caso de ser condenados por este delito, los acusados, eso sí, se enfrentan a penas de 20 a 30 años de prisión.

Por su parte, la empresa Castillo Trans, para la que trabajaba la víctima, ha ofrecido una rueda de prensa en la que ha anunciado que trabaja para repatriar el cuerpo de Gheorghe a Rumanía, su país de origen, y que «reclamarán todos los daños personales y civiles».

El alcalde de Lieja, ciudad donde ocurrieron los hechos, advirtió días atrás del significativo robo de tapas de alcantarilla que se había producido en el municipio. Además, dos días antes de la muerte de este camionero afincado en la población alicantina de Almoradí, una camionera denunció que había sufrido el lanzamiento de una de estas piezas metálicas en su camión pero pudo esquivarla.

Por este motivo, gran parte de la opinión pública no comprende que la acusación no sea por asesinato, ya que a pesar de haber confesado que esa noche se encontraban bajo los efectos de óxido nitroso, conocido popularmente como «gas de la risa», haberse hecho con estos objetos contundentes días atrás, podría demostrar la premeditación del asesinato.