Opositores en Vitoria

Opositores, en una imagen de archivo

Opositores valencianos se empadronan fuera para obtener el título de catalán: «Es casi imposible aprobar aquí»

Esta alternativa a la que muchos valencianos tienen que recurrir es cada vez más común entre estudiantes que necesitan la acreditación oficial del idioma para poder trabajar en el ámbito público en la Comunidad Valenciana

Tener el título oficial de catalán para acceder a puestos de trabajo o poder graduarte de una carrera se está convirtiendo cada vez más en un requisito imprescindible. En la Comunidad Valenciana, donde es obligatorio tener la certificación para trabajar en el ámbito público y superar las oposiciones, se ha convertido en todo un reto para muchos vecinos de la región.

Y es que superar los exámenes de niveles superiores como el C1 o C2 es todo un hito, donde suspenden incluso personas catalanoparlantes o que hablan el valenciano con fluidez en su día a día. Ante la dificultad de muchos para poder pasar el nivel de las pruebas requerido, algunos han optado por una vía de escape para conseguirlo de manera más fácil: empadronarse en otra provincia fuera de la Comunidad Valenciana y cursar el examen allí.

Tan solo el 31 % aprobó en 2023

El único requisito para presentarse a las pruebas de nivel de catalán es estar empadronado en la provincia donde te examines. Después de pasar el examen y aprobarlo, solo se tiene que homologar y convalidar en la provincia de la Comunidad Valenciana donde se requiera.

Esta es una alternativa cada vez más usual por la que optan muchos que ya han pasado por el examen oficial en su provincia de origen, pero no han conseguido superarlo. Y es que aprobar este tipo de exámenes oficiales no es coser y cantar precisamente. Según los datos de la Consejería de Educación del año 2023, participaron más de 19.000 personas en las de la convocatoria, pero tan solo el 31 % obtuvo la calificación final de apto y recibieron el certificado oficial que acredita el nivel de conocimientos de valenciano, es decir, solo 6.000 personas.

Me he visto obligada a hacer estos truquitos porque no me ha quedado otraUna vecina de Almazora, Castellón

Este es el caso de una vecina de la localidad castellonense de Almazora, que tras suspender en repetidas ocasiones el examen oficial en su provincia, optó por empadronarse en Granada para cursarlo allí.

«Es casi imposible aprobar aquí», relata la almazorina que suspendió el examen en Castellón y necesita la acreditación para poder aprobar las oposiciones de educación infantil en la Comunidad Valenciana.

En este caso en concreto, la estudiante de educación infantil se empadronó en un municipio granadino gracias a que su cuñada reside allí y le hizo «el favor» de prestarse a los trámites para empadronarse en su casa y así pagar las tasas del examen y cursarlo en la provincia andaluza. «Al final me he visto obligada a hacer estos truquitos porque no me ha quedado otra. Yo tengo la suerte de tener a mi cuñada, pero otros no tienen forma de empadronarse por esas zonas y lo tienen mucho más complicado».

Según afirma la vecina de Castellón, se enteró de la posibilidad de hacer este «truco» y empadronarse en otra provincia gracias a un grupo de WhatsApp de estudiantes que habían suspendido de la Comunidad Valenciana. «No lo había pensado, pero en el grupo en el que me metieron algunos comentaban esa opción y me puse a investigar», ha detallado.

«Al final es una imposición y además del tiempo y el esfuerzo cuesta mucho dinero». Así lo ha criticado la almazorina, que ha subrayado el esfuerzo económico de mover los papeles y pagar el transporte hacia Granada para poder empadronarse y después presentarse a cursar el examen. «Además de todas las tasas que he tenido que pagar en los exámenes que he suspendido ya», añade.

«Nivel de exigencia más elevado»

Otro caso similar en el que un habitante de la Comunidad Valenciana ha recurrido a examinarse en otra provincia es el del alicantino José. Según cuentan desde el medio Todo Alicante, el estudiante, también dedicado a la docencia, se empadronó en Granada para poder aprobar la certificación de catalán.

El alicantino denuncia que «el nivel de exigencia a la hora de corregir en la Comunitat es mucho más elevado» y asegura que «lo complican tanto que llega a ser incluso más difícil que el inglés».

En el caso de José, ha optado por examinarse en otras instituciones porque valoran la «variedad oriental de la lengua que pertenece a Cataluña», como es el caso del Instituto Ramón Llull y la Generalitat de Cataluña.

Para esta última institución se ha desplazado también a Tarragona, y debido a la cantidad de gente que había en el aula no pudo cursar el examen y debe volver para realizar el examen oral. Lo que supone otro gasto añadido al esfuerzo económico que suponen las tasas y desplazamientos para realizar este tipo de exámenes, como en el caso similar de la vecina de Almazora.

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