Trips Scirtothrips aurantii

Trips Scirtothrips aurantiiCoarval

Los agricultores valencianos alertan de la llegada de una nueva plaga a la región que afecta a la naranja

Se oficializa la presencia en la Comunidad Valenciana de la misma plaga procedente de África y Yemen que se detectó en 2020 en Huelva

Los agricultores valencianos han alertado de la llegada de una nueva plaga a la región que afecta a más de 70 especies. La Unió de Llauradors ha confirmado la presencia de Trips Scirtothrips auranti en la Comunidad Valenciana. Este hecho ha sido comunicado de forma oficial por parte de la Consejería de Agricultura, al Ministerio de Agricultura, Comisión Europea y a otras comunidades autónomas.

La Consejería de Agricultura ya ha oficializado la existencia de la plaga que se publicará en el Diario Oficial de la Generalitat en los próximos días.

Aunque ya había Programa Nacional, para la Aplicación de la Normativa Fitosanitaria, para afrontar esta problemática, desde febrero de 2021, La Unió asegura estar trabajando en la elaboración de unas recomendaciones de mano de la Consejería de Agricultura y el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA).

El primer ataque de un trips que alertó de la situación se dio en el sur de Alicante en el cultivo de caqui de la Ribera Alta, con indicios de que podría ser el Scirtotrhrips aurantii, que proviene de África y Yemen, presente en España desde noviembre de 2020 en la provincia de Huelva.

La aparición de la plaga se ha debido a las temperaturas cálidas que se han vivido en los meses de invierno. Esto, junto a la humedad, ha favorecido la dispersión de Scirtothrips aurantii, en zonas productoras de Sevilla, Huelva y el sur de Portugal, ahora también en la Comunidad Valenciana.

El Scirtotrhrips aurantii es una plaga muy voraz que afecta a más de 70 especies vegetales de diferentes familias botánicas.

Esta especie de trips es considerada una plaga de gran importancia, principalmente afecta a la naranja, pero puede afectar también a las producciones de aguacate, uva de mesa, granada y caqui. Su efecto produce daños en los frutos, que hacen que estos pierdan su valor comercial, dejándolos solo aptos para su procesado.

El principal daño en fruto es provocado por las larvas y los adultos, a pesar de que los brotes en formación también pueden ser atacados reiteradamente por la plaga.

La entrada de plagas es cada vez más grande por el aumento de importaciones de cítricos, por ello, La Unió reclama al Ministerio de Agricultura que refuerce las fronteras. Además de pedir a las diferentes administraciones públicas unas ayudas, para las explotaciones afectadas por una plaga en la que los agricultores no tienen ninguna responsabilidad y deben asumir los sobrecostes de combatirla.

Los grandes especialistas advierten que el comercio global conlleva una plaga global, por ello, La Unió pide incrementar la seguridad en los protocolos de importación.

«La importación de fruta fresca es una potencial vía de entrada. Estamos ante un riesgo muy elevado y más vale prevenir ahora que curar después. La introducción de otras plagas podría conllevar una grave afección a una producción de frutas como la nuestra orientada al mercado en fresco, por lo que las pérdidas y la desestabilización para el sector europeo serían irreparables», señala Carles Peris, secretario general de La Unió.

«Nos sentimos indefensos»

Peris insiste reforzar la producción autóctona frente a las importaciones. «Las Administraciones deben apostar por salvaguardar las producciones de aquí. Depender de las importaciones de otros países, cada vez más elevadas, es un claro riesgo para la entrada de enfermedades que podrían ser letales para el futuro de la citricultura europea y también implican un alto coste medioambiental», explica el secretario general.

El secretario asegura que los productores están sufriendo el aumento de costes para poder combatir contra estas nuevas plagas junto con las ya existentes. «Nos sentimos indefensos al no disponer de una lucha biológica suficientemente desarrollada para hacer frente, ya que cada vez tenemos menos materias activas disponibles. Esto implica una pérdida de fruta comercial porque los desperdicios son más altos y falta rentabilidad», sentencia Peris.

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