Una clase de primaria, en una imagen de archivo
El fin de la imposición lingüística en Valencia dispara el número de centros con el español como idioma base
107 nuevos colegios han solicitado que el castellano sea la lengua vehicular, con lo que serán 621 de los 1.369 los que impartirán clases con este modelo, un 45 % de todos los de la Comunidad
El próximo curso escolar en la Comunidad Valenciana traerá varias novedades como consecuencia de la puesta en práctica de la política de la Generalitat, con su presidente, Carlos Mazón, al frente, de cara a poner fin al modelo de imposición en las aulas que durante ocho años ejecutó el tripartito de izquierdas formado por el PSPV-PSOE, Compromís y Unidas Podemos. Uno de los aspectos que cambiarán será la elección de la lengua vehicular que tendrá cada centro y, por tanto, se deja atrás el predominio por ley del valenciano sobre el castellano.
Después de derogar por procedimiento de urgencia la Ley de Plurilingüismo y de aprobar la pasada semana la de Libertad Educativa, 107 nuevos colegios entre las tres provincias de la región han solicitado que el español sea el idioma base en su actividad docente, un hecho que el Consell de Ximo Puig no permitía. Con esta modificación, casi la mitad de los centros en la Comunidad va a funcionar desde el curso 2024-2025 con este modelo.
En concreto, son 621 de los 1.369 que hay sumando Castellón, Valencia y Alicante o, lo que es lo mismo, el 45 % de estos, según datos aportados por la propia Consejería de Educación, que lidera José Antonio Rovira. De la cifra llama la atención que de los 107 que han pedido adherirse al español como lengua vehicular, 85 pertenecen a la provincia de Alicante. En términos globales, la iniciativa del Ejecutivo autonómico que conforman el Partido Popular y Vox significa que el 50 % de las horas se impartirán en español, mientras que la otra mitad del tiempo se hará a partes iguales entre el valenciano y el inglés.
Vuelve el criterio de los padres
Para alcanzar esa nueva circunstancia, los consejos escolares, integrados por los correspondientes equipos directivos, profesores, madres y padres de alumnos y estudiantes (esto solo en el caso de Secundaria) han llegado a consensos, pero será a partir de 2025 cuando votar por un idioma u otro correrá a cargo de los padres exclusivamente.
José Antonio Rovira sonríe a Vicent Marzà, que fue consejero de Educación entre 2015 y 2022
Al respecto, cabe destacar que la no obligatoriedad de cursar en valenciano en las zonas castellanohablantes de la comunidad vio la luz verde a principios de este año en un total de 143 centros escolares. En ellos, serán los alumnos los que podrán pedir la exención del valenciano. En esta línea, la hoja de ruta de Mazón lleva aparejado que los mismos estudiantes puedan decidir si los exámenes de las asignaturas que no sean lingüísticas los realizan en la lengua autonómica o en castellano.
Igualmente, el plan de recuperación de la libertad en la educación impulsado por el Gobierno de centro-derecha no se reduce a la elección de lengua, sino que también queda reflejado en hacer lo propio con el centro en el que estudiar. Con Compromís al frente de la cartera de Educación entre 2015 y 2023, esto se reducía a un simple trámite administrativo, dado que los progenitores tenían que conformarse con llevar a sus hijos al colegio marcado por el código postal de residencia.
Ahora, en cambio, Mazón ha sacado adelante el distrito único, es decir, que los estudiantes acudirán allí donde decidan sus padres en base a los criterios que cada familia tenga y no se tendrán que resignar solo al criterio de proximidad al domicilio habitual, pudiendo optar a una plaza en cualquier lugar de la región.
