Los ayuntamientos valencianos de PP y Vox respiran por ahora al no verse salpicados por la ruptura autonómica
El tsunami desatado por el divorcio de los ejecutivos autonómicos de las dos formaciones de derechas no afecta, por el momento, a los principales consistorios de la Comunidad Valenciana donde gobiernan, aunque el equilibrio de fuerzas no les afecta por igual
Una viñeta adorna la cuenta de Instagram de la portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Elche, Aurora Rodil. En la misma, un pasajero de autobús, contento, viene acompañado del mensaje «has votado a Vox y tu voto va a Vox». En otra fila, otro pasajero, cariacontecido, está sentado junto a la leyenda: «Has votado PP y tu voto acaba en el PSOE». Es la ilustración con la que los de Santiago Abascal justifican su ruptura con el PP de Alberto Núñez Feijóo en los gobiernos de cinco comunidades autónomas, tras el pacto de reparto de menas. En la Comunidad Valenciana, por ahora, y más allá de este tipo de críticas, no salpica a los ejecutivos municipales de las principales ciudades de la región.
«Estoy encantado de gobernar con Vox», aseveraba hace unos meses en una entrevista con El Debate, Pablo Ruz, el alcalde 'popular' de la localidad ilicitana, la tercera más habitada de la región. Allí, la cohabitación con el Vox de la citada Rodil al frente de la Corporación municipal se ha caracterizado por la tranquilidad, al igual que les sucedía al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, y a su hasta este jueves vicepresidente, Vicente Barrera. En Elche, sin embargo, los 'populares' dependen de ellos para poder mantener la Alcaldía.
En el Consistorio ilicitano, el PP tiene 11 concejales, por los tres que posee Vox. Enfrente, la izquierda suma 13 ediles, entre los 12 del PSOE y el que tiene Compromís, por lo que si quieren mantener la estabilidad vigente y sacar adelante las aprobaciones en los plenos no queda otra que el entendimiento. Y más cuando los socialistas fueron la fuerza política más votada el 28-M. «La salud de la situación del gobierno es de absoluta normalidad y de seguir avanzando. Ha sido un año bueno», aseguraba Ruz este viernes, en un canutazo ante la prensa en el que auguraba que «la visión ha sido tan compartida en estos 13 meses de Gobierno» que no contemplaba «otra alternativa», en referencia a una posible separación de Vox.
En Castellón, y el caso es extrapolable al del resto de ayuntamientos gobernados por Vox y 'populares', las cosas por el momento seguirán calmadas, pero no por ello exentas de advertencias. Así, el portavoz de los de Abascal en la capital de La Plana, Antonio Ortolá, recordaba que el divorcio entre los dos principales partidos de derechas es «una decisión a nivel nacional que afecta a lo nacional y a las comunidades autónomas, no en lo local».
En el ámbito castellonense, destacaba que el pacto con la alcaldesa, Begoña Carrasco, es «muy firme, que va muy bien, que va como un cohete, donde se ha notado en este año una mejora en la ciudad en todos los aspectos». Eso sí, Ortolá avisaba de que «si el PP a nivel nacional sigue haciendo lo que hacía el PSOE, nosotros no podemos estar con ellos. Yo mismo he venido a la política desde mi trabajo y no tendría ningún problema en irme si el PP no respeta nuestras reglas de juego». En la ciudad castellonense, el apoyo plenario de los de Vox también es clave, ya que con sus cuatro concejales unidos a los 11 del PP garantizan que salgan adelante las votaciones frente a los 12 asientos del bloque de izquierdas.
En Valencia, donde, a nivel de la Comunidad Valenciana, ha habido hasta el momento más discrepancias públicas durante su etapa de gobierno, Vox se ha manifestado en términos muy parecidos a los empleados en Castellón. Así, su portavoz municipal y segundo teniente de alcalde, Juanma Badenas, indicaba que «por encima de todo» los concejales de este grupo están «para defender los intereses de los valencianos», pero, de nuevo, con aviso: «Si vemos que no se cumple, tomaremos la decisión que corresponda. Pero, en principio, vamos a seguir cumpliendo el pacto porque creemos que es bueno para los valencianos».
En la ciudad del Turia, regida por María José Catalá, los 'populares' cuentan con 13 ediles, Vox, con cuatro, Compromís, con nueve y los socialistas, con siete, por lo que, de nuevo, el bloque de izquierdas suma más que la mayoría simple de un PP que comenzó la legislatura gobernando en solitario pero que tuvo que incluir a Vox en el Ejecutivo para conseguir estabilidad. Juan Carlos Caballero, portavoz del PP en el Consistorio levantino, por su parte, afirmaba que «este Ayuntamiento sigue trabajando de forma contundente, con responsabilidad, con sentido común y ofreciendo estabilidad a todos los valencianos porque lo más importante es trabajar por ellos».
«Las crisis de cualquier partido de la corporación no afectan a la gestión municipal y al interés que tiene el Ayuntamiento por atender los problemas de los valencianos», remachaba Caballero, destacando la vigencia de sus pactos y evidenciando que, como en Elche y Castellón, ambas formaciones, por ahora, respiran, aunque no con la misma tranquilidad que el primer edil de Alicante, Luis Barcala, que gobierna en solitario la segunda ciudad más poblada de la región. Y es que, como advertía Abascal este viernes, Vox también romperá con el PP si «colaboran activamente» en el reparto de menores migrantes no acompañados en los ayuntamientos donde gobiernan en coalición.