Dos chicas fuman en una playa de Benidorm, esta semana

Dos chicas fuman en una playa de Benidorm, esta semanaMaría Curiel

Ocho localidades valencianas vuelven a permitir fumar en sus playas: «A la gente no le molesta»

Valencia, Alicante, Villajoyosa, Elche, Benicarló, Castellón de la Plana, Tavernes de la Valldigna y Teulada eliminan las restricciones para los fumadores en sus arenales

Ocho localidades de la Comunidad Valenciana, entre ellas las tres capitales de provincia y la tercera ciudad más poblada de la región, vuelven a permitir fumar en sus playas, en una noticia que supone una alegría para los consumidores de tabaco y un lamento para la organización No Fumadores, quien ha recabado la información de todos los arenales de España y pide a los ayuntamientos que reculen y vuelvan a los vetos al humo.

En concreto, se trata de los municipios de Valencia, Alicante, Villajoyosa, Elche, Benicarló, Castellón de la Plana, Tavernes de la Valldigna y Teulada, que suman 48 playas en las que nuevamente se puede fumar, en una tendencia opuesta a la que se refieren desde la citada organización, que apunta a que «cada vez mas municipios se adhieren a la idea de vetar el humo y las colillas en sus playas y en sus piscinas por salud pública y por ecología».

En concreto, explican que este verano España tendrá más de 700 playas sin humo por primera vez en su historia, de las más de 3.500 que hay repartidas en casi 8.000 kilómetros de costa. De esta manera, aproximadamente en dos de cada cinco playas está prohibido fumar en nuestro país, en una proporción que desde No Fumadores esperan que se incremente. En este sentido, han recogido casi 400.000 firmas a favor de prohibir fumar y vapear en toda la costa española. En la Comunidad Valenciana hay 95 playas, frente a las 96 de 2023 y las 72 de 2022.

«A pesar del aumento exponencial del número de arenales sin humo, la medida es simplemente cosmética y educativa en la inmensa mayoría de ellos al no multarse las infracciones, lo cual dificulta el cumplimiento», precisa la presidenta de la organización, Raquel Fernández, en un comunicado en el que afean que en la mayoría de casos de arenales en los que se puede volver a fumar tras estar prohibido gobierna el Partido Popular.

El poder fumar, o no, en las playas no es un asunto que aúne a la sociedad, ya que hay gente no fumadora que apuesta por que haya libertad, siempre y cuando se respeten las mínimas normas de civismo, tales como llevar un cenicero portátil a la playa para no arrojar las colillas. Algo que se sanciona en cualquier ayuntamiento.

Cartel en la cala Finestrat en el que se especifica que es un espacio "libre de humos"

Cartel en la cala Finestrat en el que se especifica que es un espacio «libre de humos»María Curiel

Por ejemplo, José Julio, residente en Benidorm de 79 años, apunta que la Cala Finestrat, donde él se baña, «es un sitio abierto y habiendo ceniceros y teniendo cuidado con las colillas no le veo problema, no entiendo por qué tiene que estar prohibido». «A la gente no le molesta que la gente fume. A los que mandan, sí, porque quieren dictar todo lo que quieren. Ellos solo quieren que se cumplan sus caprichos. Normalmente la gente que fuma no incumple la ley de las playas. Se salen fuera y ya está, pero siempre hay gente que le da igual», señala.

Una opinión similar tiene Carmen, veraneante toledana de 22 años, que explica a este periódico que «siendo una persona no fumadora y que además odia el tabaco no me parecen bien estas prohibiciones». «Una playa no deja de ser un espacio público en el que por ley, supuestamente, se puede fumar al aire libre», añade, y zanja: «Si, por ejemplo, cerca hubiese una persona con salud delicada o un niño que le molestase ahí simplemente es pedirle a la persona fumadora que no fume cerca o se aleje, pero eso depende de cada uno y no de una norma que controle si la gente fuma o no».

Desde No Fumadores, sin embargo, apuestan por que haya más mano dura e incluso piden la intervención del Gobierno de Pedro Sánchez. «La lucha contra el perjuicio para la salud y la contaminación ambiental producida por la industria tabaquera y los residuos que genera requiere de un respaldo del Gobierno central», animan, en la línea dirigida por la ministra de Sanidad, Mónica García, que este año presentó el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo.

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