Por qué al Valencia Club de Fútbol se le llama «equipo bronco y copero»
Un personaje icónico de cuando se produjo esta acuñación fue Daniel Mañó, que ha fallecido esta misma semana a sus 92 años siendo el último sobreviviente de la legendaria final de 1954
El Valencia Club de Fútbol es una de las instituciones deportivas más emblemáticas de España que ha sido conocida durante décadas como el «equipo bronco y copero». Este apodo, lleno de historia y significado, refleja no solo la personalidad del club, sino también su éxito en competiciones.
La denominación de «bronco y copero» tiene sus raíces en la posguerra española. Concretamente, durante la década de 1940, el Valencia comenzó a forjar su identidad en el duro terreno de juego de su propio campo, Mestalla, y otros estadios nacionales.
La característica de ser un equipo «bronco» se debe a su estilo de juego aguerrido y combativo, un estilo que no rehuyó de la brusquedad cuando fue necesario y que siempre mostró una entrega absoluta. Este enfoque llevó al equipo a disputar partidos épicos en condiciones muchas veces adversas y en campos que eran verdaderos lodazales comparados con los estándares actuales.
El primer gran hito que consolidó la reputación del Valencia fue la Copa del Generalísimo de 1941, el primer título importante del club. En una final memorable, el equipo derrotó al RCD Espanyol por 3-1, con goles de Mundo y Asensi. Este triunfo fue solo el comienzo de una serie de éxitos en las competiciones coperas, estableciendo a la entidad como un equipo temible en estos torneos.
El apodo de «copero» viene de la capacidad del Valencia para destacar en competiciones eliminatorias, especialmente la Copa del Generalísimo y la del Rey. Durante los años 40, 50 y 60, los chés no solo ganaron varias Copas del Generalísimo, sino que también alcanzaron múltiples finales, muchas veces dejando en el camino a equipos más favoritos.
La victoria en la Copa de 1954, donde el Valencia arrolló al F.C. Barcelona con un contundente 3-0, es uno de los momentos más gloriosos de esta era. Este triunfo no solo significó otro título en sus vitrinas. Además, consolidó la imagen del equipo como un equipo resistente y eficiente en los torneos de eliminación directa.
Un personaje icónico de este periodo fue Daniel Mañó, conocido como «Manyonet», quien formó parte de aquel conjunto que acuñó el término «bronco y copero». Mañó, junto a otros jugadores provenientes de Sueca como Antonio Puchades y Paco Sendra, fue fundamental en las hazañas del Valencia durante las décadas de 1950 y 1960.
«Manyonet», quien ha fallecido esta misma semana a sus 92 años, fue el último sobreviviente de la legendaria final de 1954. Su carrera en el Valencia estuvo marcada por su habilidad, perseverancia y espíritu combativo, cualidades que encarnaron perfectamente el espíritu «bronco y copero» del club.
El término «bronco y copero» también fue alimentado por las tres finales consecutivas en la Copa del Generalísimo durante los años 40, todas ellas disputadas en el estadio Olímpico de Montjuïc.
A pesar de las derrotas, el Valencia siempre mostró una notable resiliencia, característica de su estilo «bronco». Esta tenacidad finalmente rindió frutos con la victoria en la Copa del Generalísimo de 1949, donde se impuso al Athletic de Bilbao en Chamartín.
El Valencia CF siempre será recordado como «bronco y copero» como testimonio de su rica historia y de su estilo de juego inquebrantable. Un equipo que refleja una era de luchas y triunfos que ha dejado una huella imborrable en la memoria de sus aficionados y en la historia del fútbol español.
Desde los primeros títulos en la década de 1940 hasta los recientes éxitos, el Valencia ha sabido mantener viva la esencia de ser un equipo combativo y triunfador en competiciones coperas.