Imagen sequía Castellón

Imagen de archivo de un campo afectado por la sequía en CastellónAVA-ASAJA

Los daños causados por la sequía en los campos de Castellón ya superan los 30 millones de euros este año

La Consejería de Agricultura alerta de estas cifras, que todavía aumentarán en los próximos meses cuando se sumen las pérdidas de los cítricos que todavía no están contempladas

No es sorpresa para nadie que la sequía en las tierras valencianas es cada vez más latente y que sus consecuencias están empezando a hacer mella. Además de las restricciones que ha acarreado la escasez del agua en multitud de municipios, sobre todo en el interior de las provincias, donde se ha llegado a prohibir lavar el coche o llenar piscinas, si hay un sector especialmente afectado es la agricultura.

La Consejería de Agricultura ha publicado el último informe del año agrícola, que abarca hasta el mes de agosto y que constata el importante impacto de la falta de lluvias en todo el sector primario de la Comunidad . Las pérdidas en los cultivos de Castellón, Valencia y Alicante alcanzan los 118 millones, de los que 30 corresponden a la provincia de La Plana.

Una cifra ya desorbitada, pero que todavía se prevé que aumente considerablemente más, ya que los cítricos no están incluidos en el análisis, ya que su campaña empieza en septiembre. El estudio oficial publicado recoge el olivar, almendro, cereales, vid, trufa y cereza, principalmente.

Las cifras de la sequía durante este 2024 están siendo de una gravedad extrema en toda España. Y es que zonas como la Comunidad Valenciana, con una escasez de lluvia histórica y con sus pantanos en reservas mínimas, ha obligado a algunos municipios a tomar medidas y comenzar con restricciones para la población durante la temporada estival.

Las previsiones ya auguraban un verano seco y donde los vecinos de algunas zonas debían amoldarse a esta nueva normalidad. Los agricultores, con restricciones en el riego, han sido los primeros en verse afectados por estas medidas, que han llegado a causar pérdidas millonarias en cultivos. Al inicio del verano, durante el mes de junio, La Unión Llauradora cifraba en hasta 73 millones de euros las pérdidas de los productores de secano en toda la región. En el estudio elaborado por la asociación, advertían de que en muchos casos los daños ya eran «irreversibles» y necesitaban una compensación por parte de las administraciones para los afectados.

El documento señalaba que más de la mitad de las hectáreas de suelo cultivadas en territorio valenciano son de secano. Olivar, almendro, uva de vinificación y cereales, localizados fundamentalmente en las comarcas del interior, con 264.098 hectáreas son los más representativos y suponen el 93 % del total cultivado en secano. También hay pérdidas todavía por cuantificar en otro cultivo como la cereza y en sectores ganaderos en extensivo ante la falta de pasto y agua.

Pérdidas en casi el 100 % de la cosecha

De entre los géneros más afectados en Castellón por las pérdidas de la sequía se encuentra el olivar, cuyo impacto se ha dejado notar en las principales zonas productoras de la provincia como el Bajo Maestrazgo, Plana Alta y Alto Palancia. Los efectos son de tal magnitud, que el ecrito estima la pérdida de «la práctica totalidad de la cosecha, con unos daños de entre un 90 % y un 100 %». En el resto de las zonas la afección también es significativa, oscilando entre un 40 % y un 95 %.

Por su parte, en el almendro la merma de la cosecha se sitúa entre el 20 % y el 100 % según territorios. Cabe tener en cuenta que la productividad del almendro está muy vinculada a la disponibilidad del agua y la falta de lluvia ha perjudicado al crecimiento del fruto.

Respecto a otros cultivos, la reducción en la cereza en el Bajo Maestrazgo y el Alcalatén llega al 40 % por haber menos horas de frío en el otoño y a la escasa pluviometría. Otro producto muy deteriorado es la trufa, común en el interior de la provincia, con unas bajadas de rendimiento de entre un 40 % y un 60 %.

La Consejería estima en el viñedo una pérdida de entre un 20 % y un 40 %. Mientras, en el cereal, la caída en Els Ports sube hasta el 85 %, en el Alcalatén entre un 75 % y un 80 %; y en el Alto Maestrazgo entre un 85 % y un 100 %.

¿Solución en el futuro?

Las pérdidas tanto en la provincia de Castellón como en el resto de la Comunidad Valenciana, cifrando unos 49,6 millones de euros en Valencia y otros 38 millones en Alicante, son cada vez más significativas y la situación derivada de la sequía comienza a tener efectos irreversibles, como ya vienen advirtiendo durante meses desde asociaciones como Asaja o La Unión.

Carles Peris, secretario general de este último colectivo, reclama el impulso de planes a medio y largo plazo que garanticen el suministro hídrico para toda la región. La organización considera necesario reforzar una red de balsas comunes al tiempo que demanda a la Confederación Hidrográfica del Júcar que incremente la capacidad del pantano de Arenós, que ahora sólo puede albergar un 65 %.

Por su parte, la Generalitat también trabaja para plantear medidas y atajar las consecuencias de la sequía en la región lo máximo posible, aunque Agricultura tiene las manos atadas en muchos campos y es responsabilidad del Gobierno central tomar parte en el asunto.

La ciudad de Valencia ha tomado la iniciativa y está comenzando a implantar algunas medidas para combatir la sequía. Ha comenzado a monitorear con fibra óptica y sensores el caudal de las acequias de la huerta de Francs, Marjals y Extremals, situada entre la carretera de Cortes y el barrio de la Fuente de San Luís, gracias al Proyecto Horta-Tech.

Esta iniciativa está impulsada por el Ayuntamiento levantino, a través de Valencia Innovation Capital, con el fin de «optimizar la gestión del agua y posibilitar la planificación de los riegos», según informa el Consistorio en un comunicado.

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