Sillas de una terraza encadenadas, en una imagen de archivoEuropa Press

Alicante emprende una cruzada contra el ruido y pone coto a los bares con duras restricciones

El Ayuntamiento limita la actividad nocturna en el centro y el casco antiguo con la creación de Zonas Acústicamente Saturadas para frenar la contaminación sonora

El Ayuntamiento de Alicante ha decidido actuar con firmeza frente a la creciente problemática del ruido en el centro de la ciudad y el casco antiguo, zonas que se han convertido en puntos neurálgicos de la actividad nocturna. Para poner coto a esta situación, el Consistorio ha aprobado la creación de Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), que impondrán duras restricciones a bares, discotecas y terrazas con el objetivo de salvaguardar el derecho al descanso de los vecinos, quienes durante años han denunciado los efectos de la contaminación acústica.

Las medidas, anunciadas tras una reunión entre los concejales de Medio Ambiente, Manuel Villar, y de Comercio, Lidia López, con representantes del sector hostelero, afectarán de forma directa a dos áreas estratégicas de la ciudad. La primera ZAS cubre parte del centro tradicional, incluyendo las calles Castaños, San Ildefonso y San Francisco, mientras que la segunda se centra en la Plaza Quijano y las calles Virgen de Belén, San Agustín y Montegón, en pleno casco antiguo.

Según Villar, estas acciones responden a la necesidad de equilibrar la actividad económica de ocio con el derecho de los residentes a un entorno saludable. «La declaración de las ZAS viene a cumplir una sentencia judicial que obliga al Ayuntamiento a tomar medidas drásticas para proteger el descanso de los vecinos, basándonos en estudios técnicos que muestran que el ruido en estas zonas supera en más de 20 decibelios los niveles permitidos», ha explicado el concejal de Medio Ambiente.

Entre las medidas que se aplicarán se encuentra la suspensión de licencias para la apertura de nuevos locales de ocio y hostelería, así como la prohibición de autorizar nuevas terrazas o la ampliación de las ya existentes. Además, las terrazas y veladores ya autorizados verán reducida su superficie de ocupación en un 50 %, lo que afectará directamente a los negocios que dependen de estos espacios exteriores para atraer clientes.

En cuanto a los horarios, los bares y discotecas deberán ajustarse a nuevas limitaciones que varían en función del día de la semana. De domingo a jueves, los locales deberán cerrar a las 00:30 horas, mientras que los viernes, sábados y vísperas de festivo podrán operar hasta la 1:00 de la madrugada. Por su parte, las terrazas tendrán un horario general de 8:00 a 00:00 horas, con una pequeña ampliación durante los meses de verano, permitiendo su funcionamiento hasta las 00:30 horas los fines de semana y días festivos.

Se exceptúa el período de duración de las fiestas de Hogueras de San Juan, cuyas fechas y horarios quedan establecidos en el Bando o decreto municipal correspondiente. Y las fiestas de Nochebuena, Nochevieja, Año Nuevo y Noche de Reyes, que también se fijará su horario de forma puntual.

En busca del equilibrio

Estas medidas llegan después de años de litigios judiciales. El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número tres de Alicante falló a favor de los vecinos del centro tradicional, quienes desde 2019 han exigido la declaración de estas zonas como ZAS, al considerar que el ruido vulnera sus derechos fundamentales. Alcázar Moreno, presidenta de la Asociación de Vecinos del Centro Tradicional, ha denunciado reiteradamente que las molestias acústicas afectan gravemente la calidad de vida de residentes, muchos de ellos personas mayores, enfermas o familias con menores.

Ahora, el Ejecutivo municipal se enfrenta a la oposición de los empresarios de la zona. La hostelería, uno de los sectores más afectados por estas nuevas normativas, ha mostrado su preocupación por las repercusiones económicas que podrían derivarse de la implementación de las ZAS. Durante la reunión con los concejales, representantes del sector, como María del Mar Valera (APHEA) y Javier Galdeano (Alroa), han expresado su inquietud ante la reducción de horarios y la limitación de las terrazas.

Para mitigar el efecto económico y asegurar el cumplimiento de las normativas, el Ayuntamiento ha propuesto la creación de una mesa de trabajo junto al sector hostelero, con el fin de realizar un seguimiento periódico de las medidas y ajustarlas si es necesario. Asimismo, se incrementará la presencia policial en las zonas afectadas para garantizar que se respeten los nuevos horarios y restricciones.

Un futuro incierto para la vida nocturna

Alicante se enfrenta a un desafío complejo: encontrar el equilibrio entre la importante fuente económica de su vida nocturna y el bienestar de los vecinos que residen en el centro y el casco antiguo. La implementación de las ZAS representa un primer paso para intentar resolver una problemática que lleva años generando tensiones. Sin embargo, el futuro de la vida nocturna en estas áreas sigue siendo incierto, y dependerá de cómo se desarrollen las medidas en los próximos meses.

En cualquier caso, el Consistorio parece decidido a no dar marcha atrás. De este modo, el Gobierno 'popular' de Alicante deja atrás las movilizaciones y quejas constantes de los vecinos que, durante años han exigido al Consistorio medidas contundentes con el objetivo de que se reconozca su derecho al descanso. Sin embargo, con la puesta en marcha de las ZAS es previsible que los hosteleros de la zona se movilicen ante ante la disminución de sus beneficios con la puesta en marcha de las nuevas restricciones.