Rafa Mir, escoltado por la Guardia Civil

Rafa Mir, escoltado por la Guardia CivilEFE

La declaración de Rafa Mir: reconoce un puñetazo con sangre y 4 contactos sexuales consentidos

El Debate accede a la declaración íntegra del jugador: reconoce un puñetazo de su amigo Pablo a una chica y él tener sexo, pero autorizado

El joven futbolista declara relajado ante la jueza de instrucción. Tan relajado que la trata de tú en todo momento, como si estuviese de cervezas con sus amigos. En una ocasión, Su Señoría le tiene que advertir que guarde el decoro en sus manifestaciones. Más allá del comportamiento, el relato de Rafa Mir comienza así: «No bebo mucho porque no estoy acostumbrado. Pero esa noche sí bebí algo. Estamos en la discoteca. Bailando, hablando. Nos lo pasamos superbien. Conocimos a unas chicas y estuvimos bailando con ellas. Con Ana empiezo a bailar, a besarme. En uno de esos momentos de bailar pegados, ella me toca, yo la toco. Le introduzco los dedos en la vagina. Una cosa de la noche, nada más».

Pasa el tiempo. Cuando el local cierra salen de la discoteca y cogen un Uber. Dos amigos de Rafa Mir por un lado y él con las dos chicas por otro. «Entro yo en el coche primero. Después, Ana, que se sienta en el medio y Carmen que se sienta en el otro extremo de la parte de atrás. Estamos en el Uber y entonces empiezo a tontear con Carmen. Me mira. Ana está en medio y se echa hacia adelante y nosotros nos besamos por detrás. Ana se enfada mucho y sale del taxi. Se pone en el sitio del copiloto. Nos echa la bronca a los dos diciendo: 'Oye, ¿qué estáis haciendo?'».

Llegan a la casa de Rafa Mir. «Serían las 8.20 de la mañana, nos bajamos y quito la alarma del chalé. Tengo un perrito pequeño y lo meto dentro de una habitación. A partir de ahí todos caminan hacia la zona de la piscina. Carmen y yo no metemos en la zona del lavadero. Estamos los dos juntos ahí, unos diez minutos en los cuales tenemos sexo. Ella sale y yo me pongo en bañador y voy hacia la piscina. Ahí están mis dos amigos y Ana. Ella está enfadada en una silla. Me acerco y le digo: 'Ana, no te enfades, hemos venido a pasarlo bien'. Entonces la levanto, la cojo en brazos como si fuera un niño, voy hacia la piscina y nos tiramos. En todo momento ella se lo está pasando bien».

La jueza interrumpe la declaración y pregunta: «¿Se le va el enfado de golpe porque la coge y la tira a la piscina?». Rafa Mir responde: «Sí, se le va de golpe. La situación está bien. Nos damos un abrazo en el agua. El agua estaba superfría. Estamos allí un rato. El resto salen a por unas toallas porque todos tenían frío: yo me quedo con Ana en el agua. En ese momento, después de estar en la piscina abrazados y eso, le toco igual que había pasado antes en la discoteca. La toqué con los dedos en la vagina. En la discoteca lo hice delante de todo el mundo, aunque la gente no lo vio. Estábamos bailando en una esquina de forma recogida y por tanto no entiendo que no nos vieran. Solo le introduje los dedos en la vagina».

Finalmente salen del agua porque estaba muy fría. «Salimos fuera y nos sentamos en la terraza y le digo a Ana: 'Vámonos dentro y hablamos'. Ella estaba molesta porque yo había mantenido relaciones sexuales con su amiga. Vamos andando hacia el baño porque íbamos mojados, para secarnos. Nos metemos en el baño y nos ponemos a hablar. Ella me comenta que está enfadada porque yo había estado con su amiga. Yo le digo que no había hecho nada. En ese momento nos volvimos a besar y le vuelvo a tocar y ella me toca a mí. Ana me toca pasando su mano por encima del bañador. Me toca por encima del pene. En ese momento suena la puerta y Ana dice: '¡Mierda!', porque era Carmen la que llamaba. Abre la puerta, sale y empiezan a discutir. '¿Qué haces aquí? Yo he estado primero con él. Yo me he acostado con él'. Y se ponen a chillarse entre ellas. Entonces salimos todos andando hacia la zona de la piscina otra vez».

En ese momento Ana va a buscar su teléfono y anuncia que se va casa. Se quiere ir, pero no encuentra su móvil. «Empieza a preguntar dónde está su móvil. Como no encuentra el teléfono, Ana acusa a mis amigos de que se lo han robado. Después de estar buscando el teléfono se les ocurre buscarlo con una aplicación. Estaba en la discoteca. Se le había olvidado. Ellas cada vez que se veían discutían en plan 'es que estaba conmigo. Esto no se le hace a una amiga, ¿cómo haces esto'. Ellas se dirigen a la calle. En ese momento me meto al baño para hacer pipí y al salir después de 30 segundos me encuentro a mi amigo que está tirándoles la ropa por encima de la valla».

El amigo de Rafa Mir se llama Pablo. Es él quien está tirando la ropa por encima de la valla. «Las había echado porque no paraban de discutir y estaban haciendo mucho ruido. Y él equivocadamente decide echarlas del chalé. Y entonces, cuando veo eso, salgo fuera y veo a Carmen que está con la mano en la cara y le pregunto: '¿Qué ha pasado?' Y ella dice: 'Tu amigo nos ha sacado. Nos ha sacado de malas maneras y a mí me ha pegado un puñetazo. Lo voy a denunciar'. Carmen llevaba puesta una toalla porque ya se había tirado a la piscina con un tanga. Yo veo que Carmen se está vistiendo y en ese momento Pablo le quita la toalla. Me quedo ahí con ella. Intento relajarla».

Es entonces cuando Rafa Mir ve a un vecino con un perro pequeño de color gris. «Este es el que llama a la Policía porque hay ruidos y hay historias. Ana estaba sentada en el suelo esperando a su padre para irse. Entonces viene el primer coche de la seguridad de la urbanización. Se baja y dice: 'Buenos días. ¿Qué está pasando aquí?'. Y yo le digo: 'Bueno, pues aquí un amigo le ha pegado a esta chica'. Él me dice: 'Bueno, la Policía viene hacia acá'. Le respondo: 'Vale, perfecto, que vengan'. Como yo salgo con el bañador sin camiseta, entro, me pongo una camiseta, cojo una botella de agua para las chicas porque después de la pelea, para cuidarlas un poco. Les llevo agua».

Llega entonces la Policía. «Los agentes preguntan: '¿Qué ha sucedido aquí?'. Carmen dice: 'Con él nada' refiriéndose a mí, 'solo con otro que está loco y está ahí dentro', refiriéndose a que mi amigo Pablo estaba escondido dentro de la casa. 'Pero con Rafa nada, que él se está comiendo el marrón, pero con él nada', repite Carmen en muchas ocasiones. Yo le digo: 'Esto es un marrón para mí en la puerta de mi casa. Al final soy una persona pública'. La Policía me pide entrar en la casa. Les digo que sí. Entran en la casa a buscar a mi amigo. La Policía se queda en el recibidor y yo me pongo a buscar a mi amigo y no lo encuentro y le digo a la policía: 'Oye, que no está'. Y me dicen que bueno, que si aparece llame a la Policía. Salgo fuera con la Policía y llega el coche del padre de una de las chicas. Se montan y se van. Le pregunto agentes: '¿Todo bien?'. 'Sí, sí, todo correcto. Todo correcto. Todo. Ok. Puedes meterte en casa'».

«Pensé que habiendo pasado lo de mi amigo se iba a liar y que iba a salir en los medios de comunicación. Llamo a mi asesor. El asesor se llama Javi y yo le cuento. 'Oye, mira, ha pasado esto y dos chicas que se han peleado por mí. Un amigo mío las ha echado. Una de ellas dice que le ha pegado un puñetazo y él no se ha presentado ante la policía'. Él me responde: 'Tranquilidad. No ha pasado nada'. Y nos vamos a dormir. Duermo durante dos horas, me levanto el primero y salgo a pasear el perro. Estoy paseando el perro y me llama el director deportivo del Valencia y dice que le han llamado desde la seguridad de la urbanización y que le han contado que habían pegado a una chica».

El asesor viene a recoger a Rafa Mir y le lleva su casa. «Hablamos de la situación. Les cuento que he conocido unas chicas y que he estado con una de ellas. Luego en el taxi me puse con la otra, llegué a casa, estuve con esa misma chica manteniendo relaciones sexuales, me lie con la otra y se enfadaron las chicas y mi amigo las echó de casa. Hablamos de qué pasaría si eso sale a la luz. Quedamos que era una cosa de un amigo que no tiene nada que ver conmigo, que yo no puedo controlar aunque sea mi casa».

Después Rafa Mir vuelve a su casa. «Yo me iba en avión a mi casa de Mallorca. Durante el día voy hablando con mi agente y con trabajadores del Valencia, pero solo por el tema de mi amigo, porque es lo único que había pasado. Cuando me bajo del avión le digo a un amigo que las conoce que me facilite el número de Carmen porque va a denunciar a mi amigo y por hablar con ella para ver cómo está. De verdad que me sabía muy mal de la forma en las había echado. Me manda el teléfono. Llamo a esta chica cuando llego a mi casa y hablo con ella. '¿Cómo estás? Siento mucho lo que pasó anoche. Joder, solo íbamos a pasarlo bien y mira la que se lía'. Ella me contesta: 'Pues me dio un puñetazo. Lo he denunciado'. '¿Y tu amiga?', le pregunto. 'No, de mi amiga no sé nada', me responde. Yo le pregunto que si su amiga va a hacer algo porque ellas dos dicen que van a denunciar a Pablo en la puerta, yo en ningún momento pienso que me van a denunciar a mí. Para mí no fue un rato agradable, estar ahí con dos chicas y una llevaba sangre en la boca. Yo había estado con las dos, no vi el golpe, pero sí vi la sangre en la boca. Un corte pequeño».

Rafa insiste en que Ana jamás le rechazó: «Mientras que estuve en la piscina con ella, nunca me dijo que no, ni que me apartase, nunca me dijo nada. Tampoco me empujó en ningún momento. No esperaba que Ana me denunciase porque todo fue consentido».

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